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miércoles, 7 de noviembre de 2012
Absvrdist - Illusory (2012)
Lo bueno de tener un pequeño blog de música y además poner un correo para todo quien quiera envíe material para promocionar a su banda, ya sea propia o de su sello (recordad, el mail que teneis en el recuadro de vuestra derecha) es que las discográficas pequeñas no escatiman para hacerte llegar sus novedades para que les des publicidad. Lo malo es que envían tanto que es imposible mirarlo todo, y más aún cuando suelen ser bandas similares. Así que como en los viejos tiempos hay que escoger casi a ciegas y guiándose por la primera impresión para escoger algo que valga la pena... y aquí veis el resultado.
Los de Abyssal Warfare, entre muchos otros trabajos me enviaron el debut de esta banda de Grindcore con un sonido cuanto menos curioso.
Este proyecto de tan solo dos miembros, además de ser uno de ellos el batería de The Faceless, me hacía presagiar que aquí no había tan solo unos novatos con ganas de reventarles el tímpano a los vecinos a través de descontrolado Grind.
De hecho a día de hoy me sigue sorprendiendo como de un subgénero del Hardcore que en principio parecía muy limitado musicalmente, a través de diversas fusiones y mucha experimentación ha llegado tan lejos que por ejemplo, nada tienen que ver Last Days Of Humanity con Rotten Sound o Agoraphobic Nosebleed. No es que el Grindcore sea propenso para experimental, es que se mea en las fronteras de los géneros establecidos, y si no, hay que mirar las "burradas" que se han hecho en el nombre del Grindcore, algunas de ellas incluso difícilmente podrían ser consideradas música propiamente dicha, aunque eso es otra historia...
Absvrdist no van a cambiar el género, pero traen una propuesta bastante entretenida. No en la estructura de los temas, que siguen rondando el minuto, minuto y medio, menos el tema que cierra el disco, Abstract Absurdities que llega a los cuatro minutos de sobra, el único corte donde no meten acelerador a tope y lo orientan más riffs más Groove, terminando incluso con una guitarra acústica en los últimos segundos.
Absvrdist no es la típica banda de Goregrind, para empezar porque la voz se mueve entre el Hardcore y el Black Metal y no busca ese sonido gutural de ultratumba.
Los riffs también se mueven por ese espectro, haciéndonos por pensar por unos segundos que estamos escuchando esos pasajes más típicos de Dark Funeral o Immortal, hasta que un Blast-Beat 100% Grind nos devuelve a la realidad. Ejemplos de estos hay unos pocos, como Exposure, Mindless, Amongst Human, o Illusory. Lo mejor es que estos "deja-vú" a otros géneros musicales son muy breves y pronto el tema puede pasar a contener riffs más similares al Hardcore o incluso al Thrash. Podría seguir poniendo ejemplos, pero lo cierto es que todos los temas contienen esa "semilla" en ciertos instantes.
Pero que a nadie se le olvide que al fin y al cabo que la base es Grindcore y los elementos anteriores son tan sólo influencias y aquí lo que vale es poder abrirle la cabeza al de al lado con la música. Sigue siendo música agresiva, abrasiva, y preparada solo para oídos bastante entrenados en estas lindes. Pero con un envoltorio relativamente novedoso, hecho para dar un poco de variedad ante tanta batería desbocada, tanto riff hipersónico y voz ininteligible.
Nota: 7'5
martes, 24 de julio de 2012
Crítica de discos: Aborted - Engineering The Dead
Todas las bandas que han conseguido cierto éxito, tienen una serie de álbumes, normalmente seguidos, que los encumbran sobre sus competidores de género. Después, o bajan el listón, o lo mantienen igual, lo que les proporciona cierto estatus en la escena, o en último caso, y que suele ser más raro, pegan el pelotazo, llaman la atención de los grandes y pasan a fichar por ellos.
Eso fue lo que le pasó a Aborted, su The Archaic Abattoir prácticamente les sacó del underground más puro, les llevó a fichar por Century Media, y el eterno debate sobre si se vendieron o no, salió una vez más a la palestra.
Pero eso es otra historia, porque toca hablar de unos Aborted muy anteriores a todos esos, tremendamente embrutecidos y cabreados, pero a diferencia de su debut, esta vez mejoraron sus armas.
En los dos años de lapsus entre el The Purity Of Perversion y este Engineering The Dead, aprendieron de sus errores, a no abusar de ciertos elementos, mejorar musicalmente para ofrecer más variedad y que no todas las canciones suenen igual, algo imprescindible en el Metal Extremo si quieres destacar. En definitiva, ofrecer un producto atractivo. Hay técnica, si, pero no hay una obsesión por intentar demostrar todas las escalas que pueden tocar en la guitarra, porque precisamente la obsesión por la técnica es lo que roba a muchas bandas el encanto, y los convierte en algo aburrido y sin emoción.
Y en efecto consiguieron su resultado, porque su segunda obra es toda una patada en la cara. Un disco crudo, sin pausa alguna, y donde no sobra ni un solo tema. Cada uno de estos tiene su propio encanto, y más de uno se ha convertido en imprescindible para la banda, como The Holocaust Incarnate o Nailed Through Her Cunt.
No me equivocaría al decir que Aborted demostraron que el Death/Grind no tenía por qué ser lineal. Aquí no hay tiempo para aburrirse, siempre y cuando te guste el género, claro está. Siempre juegan en cada tema con las velocidades. Nada que ver el acelerado inicio de To Roast and Grind con la algo más densa Skullfuck Crescendo. Todo hay que decirlo, esta variedad es bastante relativa, porque esto siguen siendo 36 minutos de mala leche a través de unos altavoces, así que aquí hay velocidad y blast-beats de sobra, en otras palabras, no es el álbum más innovador del mundo, no hay experimentos sonoros, y es un disco perfecto para los puristas del género, no hay ninguna transgresión.
Como vemos las influencias están ahí, siguen teniendo ciertas partes similares a Cannibal Corpse, Suffocation, Morbid Angel... pero ante todo suena a ellos, es la primera obra donde podemos diferenciarlos del resto, un sonido propio, básicamente. Cierto es que la sombra de Carcass sigue muy presente, con esos momentos que son un pesado muro de sonido y que pueden dar lugar a un solo melódico, aunque tampoco nos vamos a rasgar las vestiduras por ello, casos más sangrantes de plagio a Carcass se han visto.
Adonde quiero llegar es que aquí empieza el sonido "clásico" de Aborted, donde dejaron de sonar tanto a otros para sonar más a ellos mismos. La voz gutural y rasgada simultánea de Sven de Caluwé, los riffs afilados, la batería incansable, capaz de estar atronando constantemente a base de bombos... y si, vuelven los samplers de películas de terror al final de cada corte, que siguen siendo toda una gozada de escuchar y nos sacarán una sonrisa si sabemos de que película son. Impagable el inicio de Nailed Through Her Cunt cuando se para sólo para oír a Pinhead con ese Your suffering will be legendary... even in hell!!!.
Y más mérito tiene aún este disco si tenemos en cuenta que la producción no es ni mucho menos la ideal, pero esto nos muestra a la banda tal y como es, transparente, sin exceso de triggers ni acordes imposibles de trasladar al directo, y ese es el encanto de las producciones mediocres, que no engañan, no están protegidas por el falso manto de la tecnología. Quien es bueno, es bueno, quien es malo, es malo. No existe una máquina que de pronto pueda suplir tus carencias y muestre algo que no es real.
Eso es Aborted, Death/Grind puro y duro, una taladradora a tus oídos.
Nota: 8
viernes, 6 de julio de 2012
Crítica de discos: Cattle Decapitation - Monolith Of Inhumanity (2012)
La trayectoria de los de San Diego ha ido subiendo muy progresivamente, parece increíble como lo que empezó siendo una simple banda de Death/Grind del montón, ha presentado su candidatura directa al disco de Death Metal del año, e independientemente de que lo hayan conseguido o no, pues la cosa de las listas no deja de ser algo meramente objetivo, creo que nadie puede negar que se han sacado un discazo de la manga. E incluso aventurandome, diría que lo tiene fácil para convertirse en clásico, tiempo al tiempo.
Dentro del Death Metal existen muchas variantes, como todos los que estáis puestos en la música extrema sabréis. Desde el Death de la vieja escuela, pasando por el Thrash/Death, Doom/Death, Death/Grind, Brutal Death, Death Melódico... nada tienen que ver los cafres acelerados de Aborted con los monstruos densos de Obituary. Pues no se si los americanos se lo habrán propuesto como desafío personal o no, pero este álbum creo que recoge influencias de todos las variantes que he mencionado anteriormente, algo que creo que es la primera vez que oigo en un disco. Siempre que escucho algo de este subgénero, especialmente bandas modernas, pues siempre se nota hacia que rama tira. Sin embargo los Cattle Decapitation, con su base de Death/Grind, le han dado una variedad que pocas veces he visto. Es un contenedor de estilos bastante logrado, capaz de recordar en un momento a Cannibal Corpse, o Morbid Angel, y después a Hypocrisy. Más difícil aún, consiguen que no nos cansemos de la obra, y no sea demasiado difícil escucharla de una pasada, aunque, obviamente, mejor si uno tiene los oídos entrenados, porque sigue siendo un plato muy contundente.
Posiblemente el mejor reflejo de esta variedad sea ese prodigio vocal que es Travis Ryan, que no me equivocaría al decir que es uno de los mejores vocalistas de la actualidad, e incluso de la última década, no sólo por su habilidad de alternar entre el gutural profundo y el rasgado, sino en el poco tiempo en el que lo hace. El ejemplo más claro es Forced Gender Reassignment, a la mitad del tema nos sorprende con un grito desgarrador, más propio del Black noruego, y sin embargo, la parte final de ese acelerado corte, acaba en una sección de Slamming, y efectivamente, no falta la voz cavernosa a lo Barnes.
No suelo hablar de las portadas de los discos, pero es que esta lo merece, por lo genial que es. Un misántropo homenaje a 2001: Una odisea en el espacio, y que hila con un aspecto que no ha variado en ellos, y ha sido siempre una de sus señas de identidad. Las letras, que siguen con su agresiva defensa del veganismo, su ataque al ser humano por su trato ante los animales y en definitiva, una patada en la cara al mundo. Con esta reseña, ni de lejos, conseguiría abarcar la cantidad de detalles que hay en el disco, porque es para examinar cada segundo con lupa. Una de las cosas que puede llamarnos más es que los de San Diego es que saben utilizar muy bien sus instrumentos, parece una obviedad, pero no lo es. Me explico, no se obsesionan con ser lo más técnicos posibles, aunque lógicamente ninguno de los temas del disco es fácil de tocar. En otras palabras, la técnica está al servicio de la música, y no al reves, como intentan muchas bandas de Death Metal actuales que se hacen llamar técnicas. Uno no puede más que quitarse el sombrero ante el trabajo en las guitarras de Josh Elmore, y la potente base rítmica de Derek Engemann en el bajo, y esa mala bestia destroza-baquetas como es David McGraw, que no para en todo el disco, no hay más que oír como los pedales de la batería no aflojan en un sólo momento, puede que haya algo de triggers detrás, pero viendo de lo que es capaz este hombre, poco arreglo de estudio habrá necesitado.
El álbum va In Crescendo, las descerebradas The Carbon Stampede y Dead Set On Suicide (la primera con unos coros más propios del Hardcore, otra prueba más de que estos chicos hacen de todo), dan paso al single del disco, A Living, Breathing Piece Of Defecating Meat, que podría decirse que es lo más accesible de toda la obra, con ese estribillo que se te queda pegado en la cabeza, pero a pesar de ser un single, empieza con un esquizofrenico blast-beat, para que veamos lo "accesible" que es esta banda...
La antes comentada Forced Gender Reassignment posiblemente sea el mejor reflejo de la variedad de la que estoy hablando, mientras que Griste Licker y Projectile Ovulation, se decantan por ámbitos aún más bestias, que ya es decir con los cafres estos. La última en concreto tiene esas partes tan sucias, dignas del Brutal Death moderno, como Cerebral Bore o Defeated Sanity.
Por suerte para nosotros, sigue muy presente esa épica oscura que pueden darle los Cattle Decapitation a sus temas, esos momentos concretos donde aparece la melodía entre tanto caos, y además de manera repentina. No se puede definir de otra manera que no sea... bello, es la belleza entre tanta agresividad.
Como ese final grandioso de Lifestalker, capaz de hacer que se te pongan los pelos de punta, o ese oasis de tranquilidad como es The Monolith, una breve canción ambiental, la única en la que vamos a oír voces limpias, pero siempre con ese aire siniestro, donde sabes que en cualquier momento puede estallar la bomba, como así hace en Kingdom Of Tyrants, el mejor tema del disco. No es el más bestia, ni el más rápido, simple y llanamente es el más épico de todos, reúne cada uno de los elementos de la obra y te los lanza a la cara, casi sin que te des cuenta.
Esta abominación que lleva el nombre de los americanos, va a tardar mucho en ser superada, muy pocas veces se ven tal cantidad de influencias mezcladas perfectamente, imposibles de abarcar en una sola escucha, y que aún así habrá elementos que se escapen, y a pesar de todo son capaces de sonar a ellos mismos, a pesar de que lo que oímos en el minuto tres, puede ser radicalmente distinto del minuto cuatro.
Impresionante ejercicio de furia descontrolada, que le planta cara a los grandes del género, tiempo al tiempo.
Nota: 9'4
sábado, 19 de mayo de 2012
Crítica de discos: Aborted - The Purity Of Perversion (1999)
Cuando eres joven, de lo que más te ocupas es de que todo el mundo tenga claro de donde vienes, que es lo que te gusta, y que es lo que quieres imitar, por tanto.
Eso le pasaba a los belgas de Aborted en su primera obra, The Purity Of Perversion. Muy pocos son los que desde el comienzo tienen su estilo definido, y digamos que camuflan un poco sus raíces y suenan simplemente a ellos mismos.
Entombed o Mayhem son algunos ejemplos de ellos. Pero Aborted no entran en este grupo, pues en este primer disco se nota bastante de donde vienen y adonde quieren llegar, mucho quedaba aún para que desarrollasen su estilo distintivo y más aún para sus incursiones en el Deathcore y su posterior renacer. No, de momento la máxima aspiración de los belgas era divertirse, sacar un disco al mercado, y si además podían tocar más conciertos, mejor. ¿Que les gustaba a "Svencho" y compañía? El Death Metal, Carcass, y las películas de terror. Así de simple y de evidente. Por eso este disco tiene un encanto especial, que no tiene el resto de su discografía. Hoy día apenas se usan samplers de películas en los discos. Por a o por b es una práctica que se ve anticuada, algo que se deja a las bandas de Metal Industrial, principalmente.
Pues Aborted, ni cortos ni perezosos, incluyen samplers en el interludio de cada tema, incluso la intro es otro sampler. Si, ya se que no son los primeros en violar sistemáticamente innumerables derechos de autor, y al más espabilado le vendrá a la mente otro disco que hacía lo mismo, el Necrotism de Carcass ¿que dije al principio sobre las aficiones de estos chicos? Es más, al principio de sus carrera se les acusaba de ser una copia de los revolucionarios de la música extrema británica. Desde luego había razones para esta crítica. Su sonido de Death Metal infestado de Grind, las letras que intentan ser lo más técnicas y sangrientas posibles (aunque aquí no vamos a encontrar apenas vocabulario médico), vamos, que los chicos no se quedan cortos en su homenaje. Aunque obviamente no solo de Goregrind vive el hombre, también tenemos momentos donde quieren ser como Suffocation o Cannibal Corpse.
Aún así podemos vislumbrar algunos de los elementos que después harán únicos a los belgas, como la variedad vocal de Svencho, que va desde la voz ultra gutural a lo Chris Barnes, hasta el grito desgarrador, más propio del Black Metal, o ese ritmo endiablado que son capaces de meter en algunos momentos, y que siempre ha hecho que un álbum de Aborted no sea aburrido y deje con ganas de más.
Desde el comienzo, con The Act Of Supremacy no nos van a dar respiro ninguno, no hay intentos de meter un solo más melódico o de algo de tranquilidad, para nada, todos los temas son crudos y directos, a lo que ayuda bastante la precaria producción del disco. Si queremos descanso ahí tenemos los fragmentos de películas (algunos bastante inquietantes, la verdad). Por supuesto habrá ciertos riffs que nos recuerden a tal o cual banda. De lo que se trata aquí no es de hacer el disco de Metal extremo del año, sino de rendir culto a tus ídolos y pasarlo bien.
Puede que el disco parezca incluso cutre, en ciertos momentos, por la mala producción y el modo tan abrupto por el que pasamos entre canciones y samplers, y tampoco hay ningún tema destacable, que pase a la posteridad para la historia de la banda, pero demuestran como una banda con un inicio tan discreto puede llegar a convertirse en uno de los estandartes actuales del género y como son capaces de poner su nombre en boca de todos.
Nota: 6
jueves, 10 de mayo de 2012
El futuro del metal extremo
Lo se, es contradictorio abrir una entrada llamada futuro, con la foto de una banda formada a mediados de los 80, pero todo tiene una explicación, y sirve para explicar mi particular teoría, que veréis más adelante...
Como bien sabréis muchos, el Metal Extremo como tal, aparece a mediados de los 80 con Possessed, Death, Sarcófago, Sepultura... la lista es larga. A partir de ahí se fue endureciendo progresivamente, desde un Thrash muy sucio, hasta llegar al el Death Metal de Tampa, el Death Metal sueco, el Black Metal noruego, el Death Doom británico, e incluso hubo una crisis del género cuando a mediados y finales de los 90 degeneraron en movimientos mucho más melódicos, por ende más accesible y más explotables comercialmente. Todo el mundo conoce el caso de Cradle Of Filth, Dimmu Borgir o In Flames. Son todo un filón para las discográficas, y aunque son bastante despreciados, han conseguido ejercer de puente entre el Metal más convencional, y el lado extremo. Lo que ha provocado que cada vez haya más gente metida en el Thrash, el Black y el Death. Y se vuelve al mismo dilema de siempre: "Esto ya no mola porque le gusta a todo el mundo".
Hace unos meses, cuando entreviste a Dying, coincidían en esto. Cosas como el Nu-Metal, habían contribuido a que muchos se metiesen en el mundo extremo, y ya sabemos que al metalero medio, esto no le hace ni puta gracia.
Como antes, comenté, ante la salida de todos estos subgéneros melódicos, se embrutecieron los orígenes. Vamos, coger la fórmula original y radicalizarla aún más. Todo con el objetivo de ser cada vez más inalcanzables, crear una música más agresiva y menos digerible. Sin embargo, y por mucho que me gusten estos subgéneros, cualquier aficionado al Rock duro o el Heavy Metal puede escuchar Brutal Death Metal o Raw Black Metal. Tal vez al rato se acaba cansando si no está muy acostumbrado, pero en mi opinión, no consiguen ser todo lo inaccesibles que deberían. Realmente no consiguen que esa persona directamente quite la música porque es demasiado extraña, o demasiado extrema. Todo lo contrario, le aburrirá y el impacto sólo se quedará en la escucha inicial. Lo peor del Brutal Death, el Grindcore y el Raw Black, que son los subgéneros extremos más extendidos, es que, caen en su propia trampa. Al ir tan directos, poco tienen que ofrecer, y son relativamente bastante limitados musicalmente. Cierto es que muchas bandas, como Spawn Of Possession o Hour Of Penance, meten una gran técnica en su música, pero aún así no pueden hacer demasiado por distinguirse. Ya sabemos que en el mundo del Heavy Metal la innovación se paga a un precio muy alto...
También tenemos el caso de subgéneros que se sienten muy cómodos sin innovar, pero, realmente ya han llegado a su tope, y de ahí nadie los saca ¿os suena el Noisegrind?
Poco les queda para ser directamente ruido, en poco más de un minuto han ofrecido todo lo que tenían, que es su objetivo, y me encanta que así sea, pero aquí no hay nada más que mirar, ir más allá sería prácticamente un sin sentido, y ya tenemos (o teníamos) unos Anal Cunt.
A todo esto se le suma el impulso natural de querer ir más allá, de ser un poco más bestia que los demás, pero ir más bestia significaría estar más atado musicalmente, y no ofrecer nada nuevo. Veamos otro ejemplo, el Slamming Brutal Death Metal. Para quien no lo sepa, consiste en coger riffs de pantera, afinarlos lo más grave posible y cantar en voz ultra gutural, al estilo de Tomb Of The Mutilated y basar todo un disco en un elemento que en teoría estaba para rellenar una parte de una canción.
Quiero dejarlo claro, me gusta el Slamming, me parece divertido, pero considero que intentar innovar así es como hacer un hoyo en la arena de la playa. Esta bien para un rato, pero las bandas en el 95% de las veces son clónicas.
Visto así, nos quedamos en un callejón sin salidas, ya no se puede ser más bestia sin hacer directamente algo soporífero, y las ataduras cada vez son mayores, así que necesitamos ser más brutos aún pero con la posibilidad de poder innovar, y además volver a la idea original de ser poco digeribles, un desafío para los oídos. ¿No es acaso la idea que impulsa el Metal Extremo, ir siempre al límite?
Lo que viene ahora es puramente subjetivo, y cabe la posibilidad de que me de una ostia impresionante, pero me lanzo a la piscina.
Cuando hablo de ser extremos, no me refiero a incluir pequeñas variaciones sobre lo que ya está establecido. Me explico, se perfectamente que hay muchas bandas que se están volviendo más técnicas, más progresivas, más complejas. Lo digo por si algún listo me salta con el nombre de Pokemon de Djent. No tengo nada en contra, es más, lo considero otra chorrada de etiqueta. Sin embargo, sigue siendo algo fácil de escuchar. Ahora es el momento de explicar por qué puse una foto de Godflesh al comienzo de la entrada. Hagamos un pequeño experimento, comparemos 4 álbumes de 1989. Slowly We Rot de Obituary, Altars Of Madness de Morbid Angel, Beneath The Remains de Sepultura y Streetcleaner de Godflesh, de esos cuatro, estoy seguro de que los tres primeros los habreis escuchado miles de veces, sin embargo, quien conozca el Streetcleaner estoy seguro de que si lo ha llegado a escuchar entero, desde luego, no con tanta frecuencia como los anteriores. Lo curioso es que siempre hemos considerado que lo más extremo eran los tres primeros discos, y sin embargo tenemos ahí esa rara avis, que a buen seguro, cuesta más de escuchar. Que nadie piense que yo soy un macho que es capaz de oir el Streetcleaner mil veces al día, soy el primero en reconocer que me cuesta mucho escucharlo, mientras que los otros entran como el agua.
Sin duda pienso que el futuro del Metal extremo está en lo que creó Godflesh o Pitchshifter, bandas de Metal Industrial muy abrasivo y muy oscuro, que son una auténtica taladradora de neuronas.
Además ha sido un subgénero que creo que no ha sido todo lo aprovechado que debería ser, Ministry o Nine Inch Nails (cuando Reznor estaba cabreado consigo mismo, sí que se podría considerar Metal) llevaron el género a unos terrenos menos enfermos. Incluso los propios Fear Factory acabaron haciendo algo cercano al Nu Metal en Digimortal. Pero muy pocos siguieron la senda más malvada del Industrial.
No es el único camino a tomar, otro subgénero que parece bastante olvidado es el Doom extremo. Añado la coletilla para distinguirlo del Doom primigenio de Saint Vitus o Pentagram, o el gótico de Paradise Lost y My Dying Bride (Anathema que se jodan, que siguen con sus mierdas alternativoides).
Pero no quiero que se me malinterprete, me encantan todos estos subgéneros, y estas bandas, pero hablo de mirar hacia delante y crear algo realmente extremo, que a un servidor le cueste escuchar.
No sólo hablo de recuperar la senda que del Doom/Death, que algunos como Asphyx siguen llevando, o Doom/Black, como hacen mis admirados Forgotten Tomb. Hablo de cosas como el Drone/Doom Metal ¿os suena Sunn O)))?
El que escribe ha sido incapaz de escucharse un disco entero de estos locos, porque no tiene fuerzas (de momento) para ello. No me equivocaría al decir que Sunn O))) son han causado muchas más pesadillas que Dying Fetus.
Sin embargo, al hacer un Drone bastante puro, corren el serio riesgo riesgo de caer en la monotonía, como el Slamming Brutal, no obstante, ambos viven de abusar de un elemento musical. Aún así, han sido capaces de jugar con el Dark Ambient y el Black Metal en alguno de sus discos (Black One, para más señas).
No todas las bandas de Doom son tan destructivas, así tenemos a los Void o a los Orthodox (que además son paisanos, todo un orgullo) que se mueven en un Doom más "convencional" o al menos no tan opresivo.
Y al igual que el Brutal Death exageró al Death Metal, el Funeral Doom ha sido otra vía para exagerar al Doom. Y aunque no lo parezca, hay que tener muy buenas manos para no aburrir con tu música, no obstante, no es nada extraño ver canciones de más de diez minutos. Pero como se haga bien, y los músicos tengan muy claro que hacer, pueden salir obras maestras como la de aquí abajo.
Y si ya queremos rizar el rizo, dentro del Black Metal han surgido elementos bastante enfermos, como son el Black Metal Depresivo, con Shining, Thy Light, Happy Days, Lifelover, Gris... y os aseguro que hay mil ejemplos más, y ninguna de estas se corta a la hora de experimental y hacer su música más extraña y perversa. Es curioso, pero estas bandas tienen como claro referente a Dead de Mayhem, han llevado la decadencia personal un paso más allá. Famosos son los conciertos de Niklas Kvarforth de Shining, que ha hecho de todo en un escenario, cortarse, mearse, drogarse, beber, escupir.... o Kim Carlsson, de Life Lover y con un torso lleno de cicatrices de cortes (auto provocados, como no). O los que han partido del Black Metal, para hacer un Metal totalmente experimental, impredecible y de locura, llámese Sigh, me fallan a estas alturas los ejemplos, porque tragarse toda esta música, de este calibre, no es nada fácil, y como todos, muchas veces tiro por lo convencional, como todos.
Como vemos, ninguno de los subgéneros que he nombrado ha salido de la nada, es 100% nuevo, pero son bastante minoritarios, y muy poco se ha tocado en ellos. Tal vez por eso los músicos tienen esa libertad absoluta para experimentar y hacer lo que les de la gana, llevar el Heavy Metal hacia un nuevo límite.
Y podría seguir con el ámbito del Post Metal, que es la etiqueta que mejor agrupa a bandas como Neurosis, Isis, Cult Of Luna, aunque también se admite Sludge Ambiental, o cualquier otro término extraño...puede que no sean lo suficientemente extremos, pero, como todos los antes citados, sigue siendo muy difícil de digerir. Aunque, quien sabe, igual este subgénero acaba teniendo una explosión comercial hasta tiene su explosión comercial, quien sabe.
Como os he demostrado, hay muchísimo donde experimentar, donde probar cosas nuevas, y si no se hace es porque no se quiere. El Heavy Metal tiene bastantes vías por donde avanzar, yo he mostrado algunas, y seguro que me dejo por el camino otras tantas. Se hacen cosas nuevas, y al igual que en los 80, cuando el Metal extremo avanzaba, no era fácil buscarlas, pero ahí estaban, y pocos se atrevían a probarlas.
Y parece mentira que todo empezase con unos visionarios que vinieron desde Suiza....
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martes, 7 de febrero de 2012
Crítica de discos: Aborted - Global Flatline (2012)
Volvemos a la carga tras este parón debido a las obligaciones académicas de todo universitario, y que mejor manera que con uno de los discos a los que más me he enganchado durante esta dura época, y por que no decirlo, el que más esperaba. No es de extrañar, el tema que da título al disco salió como single y se me hizo la boca agua, si a esto le sumamos The Origin Of Disease que también salió como adelante, aumentaron aún más si cabe, las sospechas de que Aborted tenían una auténtica cafrería bajo las manos, que hiciese olvidar la decepción que supuso Strychnine.213, debido a su escarceo con el Deathcore (que, aún así, no me pareció un disco tan abominable como lo pintaban algunos, muchas bandas de Deathcore darían un brazo con tal de ser capaces de hacer un disco como ese).
Poco tiempo tardé en darme cuenta que mis expectativas no habían sido defraudadas, sino superadas y con creces. Estamos ante una animalada tan comparable al Goremaggedon, y todo el que sigue a esta banda sabe que eso son palabras mayores. Obviamente no es que esto sea una continuación exacta de dicho álbum (o como gusta decir tanto hoy día: evolución natural), no tiene ese "muro de sonido" característico del Brutal Death, y lo ha cambiado por un Death Metal europeo más ortodoxo, y le sienta muy bien. ¿Hay algo que recuerde al infame Strychnine.213? Sinceramente, muchas vueltas vas a tener que darle a este disco, y vas a tener que mirar con lupa cada riff, que como mucho encontrarás cierto riff puntual de parecido, y amigo mio, si has llegado a ese punto para pillarle los fallos, es que le tienes mucho odio a esta banda.
Global Flatline es toda una demostración de cómo debe hacerse el Death Metal puro y duro hoy día. Desde la patada en la cara que es Global Flatine, que comienza con esa introducción tan inquietante, pasando por Coronary Reconstrucion, Fecal Forgery (por cierto, vuelven los samplers de películas de terror en los temas, aunque de una manera mucho más breve) o From A Tepid Whiff. Por poner sólo unos ejemplos, Como vemos, el Death Metal sin experimentos es lo que predomina, cosa que en esta banda se echaba mucho de menos. No obstante hay ciertos temas que ponen el punto de variación en el disco, para no hacerlo tan monótono. Como The Origin Of Disease, que sirve para recordar que el Grindcore sigue muy presente en estos belgas, el riff principal de Of Scabs And Boils con cierto aire Hardcore, o los guiños al Doom Metal con Expurgation Euphoria que nos coge totalmente por sorpresa con su inicio al piano. Un medio tiempo oscuro que nunca ha estado muy presente en la discografía de los belgas, o el tema que cierra el disco: Endstille, el corte más melódico de todo el disco, incluso se podría decir que el más tranquilo, pues nunca termina de estallar, algo que no es malo, sobretodo cuando llevamos a nuestras espaldas bastantes temas que han sido estallidos puros. Endstille es todo lo contrario, irá desapareciendo poco a poco, finalizando el álbum con la tranquilidad que no tuvo al empezar.
En cuanto a la técnica, poco que hablar, "Svencho" siempre ha sabido de donde escoger los músicos, y como siempre tenemos solos intrincados, con mucho uso de trémolo como podremos oír, abundancia de blast-beats, (aunque, ojo, no son continuados como en un álbum de Brutal Death) y mucho cambio de ritmo. Esto, sumado a la corta duración de las canciones (casi siempre en torno a los tres minutos) no dan cabida al aburrimiento. Cada tema es un torbellino que apenas deja momento para el respiro, salvo los momentos antes citados. Aunque lo más importante es que han recuperado la credibilidad que habían perdido desde hace unos años. Un disco hecho para captar a los amantes de la vieja escuela, que son los que al final, siempre permanecen.
Nota: 9
miércoles, 12 de octubre de 2011
Crítica de discos: Pig Destroyer - Terrifyer (2004)

Cuando uno oye el nombre de Pig Destroyer, uno no puede pensar en otra cosa que no sea el Grindcore, y además sugiere no tomarlos en serio porque no están muy bien de la cabeza, lo que es una verdad a medias, porque son especialistas en mostrar en lo musical que no están muy cuerdos. En pocas palabras: saben crear un caos en condiciones.
Y lo que es mejor, cumplen con el título de su álbum. La caja de ruidos que crean los de Virginia da auténtico miedo en ocasiones, Véase como prueba el desagradable grito de la Intro, que además no está puesto al principio inmediato, sino como enlace al primer tema real ¿que significa esto? Que los condenados te dan un susto de muerte.
Sería absurdo ir comentando todos los temas uno a uno, primero porque como todo álbum de Grindcore que se precie, debe tener una gran cantidad de temas, pero de corta duración, y segundo porque es como si todos los temas se juntasen en un sólo gran tema, tema lleno como no de desorden, gritos, una batería atronadora que en ningún momento cesa la intensidad (cosa bastante memorable y muy meritoria) y guitarras a la velocidad de la luz. Salvo algún interludio limpio como Towering Flesh (la más larga de todas y la única que se puede permitir un breve respiro). Todo el disco es una tormenta continua de ruido, esto puede ser un defecto, pues podemos escuchar el álbum de una pasada y no distinguir entre un tema y otro..... o una virtud, pues precisamente este es uno de los objetivos del Grindcore, hacer de la música algo desagradable y sólo apto para unos pocos. De todos modos sí podemos encontrar trazas de las influencias de estos chicos. Ciertas partes tienen un aire bastante Hardcore Old School, tipo Terror o Sick Of It All, e incluso Crustcore, principalmente por los chirridos de J.R. Hayes, con cierto "Deja Vu" a Extreme Noise Terror.
Pero si por un lado Terrifyer se encarga de afianzar ciertos tópicos clásicos del Grincore, desmonta otros, en concreto el de la técnica musical. Aquí bajo toda esa marea de ruido hay talento de sobra. No se antoja nada sencilla la velocidad en la que se desenvuelven los americanos para hacer canciones muy destructivas pero con un mínimo de coherencia musical. Para que nos entendamos, no llegan a tener la caradura de Anal Cunt (que no es malo, precisamente es un encanto) de hacer puro ruido sin sentido. No, aquí parece ruido pero no lo es. No obstante ninguno de sus miembros es ajeno al mundillo del Grind. Scott Hull, el encargado de las 6 cuerdas es el fundador Agoraphobic Nosebleed, que son el triple de destructivos que cualquier otra banda, tocando a una velocidad inhumana, al igual que el mencionado J.R. Hayes, que ha colaborado con dicha banda.
Terrifyer es un auténtico muro sónico, un muro fabricado de manera excelente que causa incluso dolor de cabeza y con más talento de lo que muchos creen y sobretodo desearían tener.
Los miembros de Pig Destroyer declaron que formaron la banda para traer de vuelta lo que el Grindcore debe ser, y con Terrifyer lo han conseguido de sobra, porque si esto es el Grindcore de verdad, da miedo.
Nota: 9
lunes, 29 de agosto de 2011
Crítica de discos: All Shall Perish - This Is Where It Ends (2011)

Nada más lejos de la realidad, mi opinión hacia el Metalcore/Deathcore ha variado muy poco. Entonces ¿por que he decidido reseñar este álbum sin, ya lo advierto, vilipendiarlo?. Facil, porque en una escena de talento tan discutible como es el Deathcore hay unas pocas bandas que pueden hacer buena música bajo esa etiqueta, precisamente All Shall Perish es una de ellas, incluso me atrevería a decir que son la más destacable. No obstante esto no se consigue de la noche a la mañana, y han sido necesarios otras 3 obras de estudio para engendrar este álbum que ha reventado todas mis espectativas, alimentadas, eso sí, por todas las críticas previas que había leido previas a la salida de dicho disco, todas ellas generalmente bastante buenas, así que a principios de julio decidí darle una oportunidad, aunque fuese con los cuchillos afilados.
Tengo que admitir que el principio con Divine Illusion no me pareció gran cosa, excelente producción, limpia y nítida para que todo suene potente y atractivo... hasta que llegaron los putos breakdowns en el último minuto, pero bueno, esto es Deathcore, y hay que aceptarlo sus características (o defectos como me gusta llamarlos). Sin embargo no estamos hablando del típico álbum de Deathcore que usa los riffs cuando no se le ocurre meter más breakdowns, aquí están usados con bastante moderación, tal vez para atraer al oyente que no tenga dilataciones más grandes que su propia cabeza se hayan hecho un vestido de tinta. Pero bromas aparte, lo cierto es que los californianos saben usarlos entre el momento preciso, e incluso digamos que los "camuflan" en ciertos momentos con la fantástica voz de Hernan Hermida o los solos (si, solos, otro punto a favor) de Francesco Artusato, gracias al cual la banda ha ganado muchísimo con este portento del Shredding, creo que sólo por escuchar el trabajo a la guitarra del italiano merece la pena echarle un vistazo al disco. Pero es que además la banda ha decidido abrirse de miras e imprimirle variedad al álbum, con lo que deja de ser un álbum de Deathcore al uso. Me explico.
Si bien, como dije antes tenemos esos famosos breakdowns y los riffs "chugga-chugga" (a mi tampoco me gustan las onomatopeyas), el disco tiene muchísimos más elementos, entre ellos la melodía, que se ha convertido en la seña de identidad de la obra (y no, no vamos a catalogar a esto como Deathcore melódico o cualquier otra gilipollez que he leido). Sin irnos muy lejos la segunda canción, There Is Nothing Left se aleja relativamente de los estandartes del género, convirtiendose en uno de los cortes más logrados, o Procession Of The Ashes donde destaca un final acústico, que, como veremos más tarde, no será la única en usar este recurso.
Otro punto a favor son las influencias. Una banda siempre tiene influencias, aunque a la hora de la verdad no siempre queda muy claro de quien han cogido las ideas, o por el contrario se cogen un montón de ideas y no se sabe que coño suena. Bien, en este álbum no tienen este defecto, y con unas cuantas escuchas podemos saber que les gusta a estos chavales de Oackland (y un italiano) que es mucho y variado.
Mientras que Embrace The Curse parece una pieza de Thrash de la Bay Area, hecha para más lucimiento de Ben Orum y Artusato, porque menudos solos se marcan aquí, de los mejores del disco, y eso que hay para elegir, en The Death Plague decidieron afinar sus instrumentos lo más bajo posible y hacer un pequeño tributo al Death Metal más bestia, ya se llame Slam, Brutal o como sea. Ya comente al comienzo que este álbum escondía mucho y ya que estamos hablando de influencias, curiosamente podemos oir en Rebirth ciertos riffs hechos en Noruega más oscura, lo que desde luego ni yo ni todo el que haya decidido afinar el oido se esperaba.
Como veis la gran baza de este álbum es como al poner un poco de atención las canciones no tienen nada que ver unas con otras, se nota que la experiencia te permite arriesgar, como en las dos joyas en bruto que tienen los americanos aquí, dos piezas que además son las más largas y las más logradas.
Mientras que The Past Will Haunt Us Both tiene una épica que ya muchos quisieran, a través de esos riffs tan melódicos que van manteniendose a lo largo de todo el tema, hasta desaparecer sustituidos por un piano, elemento muy poco usual en discos de este estilo. Y si eso es una sorpresa, más aún lo es In This Life Of Pain que arranca ni más ni menos que con una introducción de piano de poco más de dos minutos antes de desatarse el caos, aunque es uno de esos temas que es mejor escucharlo por uno mismo para apreciarle todos los detalles, y sobretodo, echarle una mirada a las letras, bastante más logradas y atípicas de lo que cabría esperar.
Reconozco que la famosa etiqueta Deathcore puede echar atrás a muchos, que estoy seguro de que lo hará, pero es que este álbum está hecho para los que abran ligeramente los oidos, y que estén dispuestos a escuchar algo distinto, sin caer en los tópicos del género que detestan. Requiere un esfuerzo personal, claro está, pero con sólo indagar un poco descubrirán un disco que no aburre, porque no se obsesiona en ser lo más bruuuutal posible aunque eso repercuta en la calidad final, sino que tiene recursos a su alrededor y los usa, sin miedo a innovar e ir a lo típico. Ya para empezar se ha convertido en mi disco de este verano, cosa que no habría dicho nunca de una obra de este tipo, y eso es mucho decir.
Nota: 8'5
lunes, 13 de junio de 2011
!!Ha, Ha, te has muerto!!

Te escribe uno de los pocos que te echará de menos.
!Ah! Descansar en paz es de maricas, y espero que tu madre haya sufrido.
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Crítica de discos: Carcass - Reek Of Putrefaction (1988)

El Grindcore ha tenido siempre para mí un encanto especial, supongo que será por la falta de ataduras que tiene, toda burrada que se haga está justificada bajo la etiqueta del género, es más, está bien visto ser lo más desagradable y cazurro posible. Y lo mejor de todo, puedes darle la razón a todos los que piensan que el Metal es ruido (aunque técnicamente esto es lo más bestia dentro del Punk, no olvidemos que este subgénero nació para llevar a límites absurdos la velocidad del Hardcore). En otras palabras: el Grindcore es divertido, se puede hacer el payaso en el buen sentido de la palabra. No hay problema, que acabarás resultando jodidamente machacante y bestia (no obstante si queremos invertir el proceso e intentar sonar lo más brutales posibles sin saber lo que estamos haciendo, podemos acabar siendo unos payasos en el mal sentido, veáse el Deathcore).
Pues unos chavales de Liverpool se levantaron un día con ganas de darle por culo al mundo, y decidieron hacer la música más desagradable del mundo, tanto que no pudiese llamársele música, sino ruido, !y vaya si consiguieron su propósito!.
Desde la portada, toda una oda al mal gusto y a las ganas de provocar, nos dejaban claro que estos chicos no estaban muy bien de la cabeza, ¿o tal vez sí?. Porque aunque no lo parezca, la portada es todo un alegato vegetariano, aunque todo el collage esté hecho de carne, lo que busca precisamente es provocar una repulsión hacia esta, pues, sólo hay que ver la desagradable imagen final, y si, si alguno (que no serán pocos) se lo está preocupando, los miembros de la banda por entonces (ahora mismo desconozco el dato) eran vegetarianos.
Pero vayamos a la "música" en sí. Esto es Grincore en estado puro, ni Noisegrind, ni Pornogrind ni Goregrind, ni ningún otro subgénero absurdo inventado para que existan (si musicalmente alguien puede distinguir alguno de esto subgéneros aparte de la temática de las letras, no me vale que unas hablen de tripas sacadas y otras de pollas deformadas, que me lo comunique.)
Y es un muro infame de sonido, está hecho expresamente para hacer ruido, canciones muy cortas, ni una sola llega a los 3 minutos de duración. Las guitarras son bastante ensordecedoras, con lo que la labor de distinguir riff se complica bastante, hay algún solo eso sí, pero son pocos y cortos. En cuanto a la batería tenemos al monstruo de Ken Owen, eso sí que es velocidad, es algo inhumano a la velocidad que toca, y no, a diferencia de otras bandas Grind posteriores, no usan una máquina de percusión, lo hace todo el solito, suerte para él que las canciones son cortas...
En cuanto al bajo y la voz, el 1º es casi inaudible en ese oceano de ruido y las voces son ininteligibles y da igual que te hable de sangrientos procedimientos médicos y deformaciones y mutilaciones varias, todo ello con un vocabulario técnico, no se entiende una mierda de lo que se dice sinceramente, son unos cuantos gruñidos y gritos, pero ahí está la gracia, en hacer un album extremadamente dificil de escuchar. Obviamente si estás familiarizado desde hace tiempo con el Death, Black, Thrash y demás sonidos extremos podrás apreciar más elementos. Pero tampoco gran cosa, te seguirá pareciendo ruido pero con riffs.
Si os habeís dado cuenta no he analizado el album canción por canción, !porque es imposible! casi todas las canciones parecen idénticas, así que lo mejor es escucharlo todo del tirón, aunque cueste, aunque sea sólo la escasa media hora que dura. Tal vez la intro: Genital Grinder sea la más reconocible, gracias a que no está tan bañada por ese muro de ruido que inunda al resto de los cortes.
Lo dicho, no es agradable de escuchar, todo un desafío para los oyentes, y no, no está hecho para que guste en lo musical, y si alguien dice lo contrario, o miente o no tiene oído. Pero es normal, es el cometido de este album, lo que ellos pretendían, e hicieron un buen trabajo, al igual que harán luego al incluir en sus filas al genial Michael Amott, que daría un vuelco al Grind/Death para luego acabar convirtiéndose en una banda de Death Metal Melódico, muy similar a lo que se empezaba a hacer en Gotemburgo y más tarde haría en los tempranos pero primerizos Arch Enemy. ¿Y sabeís que es lo mejor de todo? Que quemarían cada etapa con una gran calidad.
Nota: 8
Desde la portada, toda una oda al mal gusto y a las ganas de provocar, nos dejaban claro que estos chicos no estaban muy bien de la cabeza, ¿o tal vez sí?. Porque aunque no lo parezca, la portada es todo un alegato vegetariano, aunque todo el collage esté hecho de carne, lo que busca precisamente es provocar una repulsión hacia esta, pues, sólo hay que ver la desagradable imagen final, y si, si alguno (que no serán pocos) se lo está preocupando, los miembros de la banda por entonces (ahora mismo desconozco el dato) eran vegetarianos.
Pero vayamos a la "música" en sí. Esto es Grincore en estado puro, ni Noisegrind, ni Pornogrind ni Goregrind, ni ningún otro subgénero absurdo inventado para que existan (si musicalmente alguien puede distinguir alguno de esto subgéneros aparte de la temática de las letras, no me vale que unas hablen de tripas sacadas y otras de pollas deformadas, que me lo comunique.)
Y es un muro infame de sonido, está hecho expresamente para hacer ruido, canciones muy cortas, ni una sola llega a los 3 minutos de duración. Las guitarras son bastante ensordecedoras, con lo que la labor de distinguir riff se complica bastante, hay algún solo eso sí, pero son pocos y cortos. En cuanto a la batería tenemos al monstruo de Ken Owen, eso sí que es velocidad, es algo inhumano a la velocidad que toca, y no, a diferencia de otras bandas Grind posteriores, no usan una máquina de percusión, lo hace todo el solito, suerte para él que las canciones son cortas...
En cuanto al bajo y la voz, el 1º es casi inaudible en ese oceano de ruido y las voces son ininteligibles y da igual que te hable de sangrientos procedimientos médicos y deformaciones y mutilaciones varias, todo ello con un vocabulario técnico, no se entiende una mierda de lo que se dice sinceramente, son unos cuantos gruñidos y gritos, pero ahí está la gracia, en hacer un album extremadamente dificil de escuchar. Obviamente si estás familiarizado desde hace tiempo con el Death, Black, Thrash y demás sonidos extremos podrás apreciar más elementos. Pero tampoco gran cosa, te seguirá pareciendo ruido pero con riffs.
Si os habeís dado cuenta no he analizado el album canción por canción, !porque es imposible! casi todas las canciones parecen idénticas, así que lo mejor es escucharlo todo del tirón, aunque cueste, aunque sea sólo la escasa media hora que dura. Tal vez la intro: Genital Grinder sea la más reconocible, gracias a que no está tan bañada por ese muro de ruido que inunda al resto de los cortes.
Lo dicho, no es agradable de escuchar, todo un desafío para los oyentes, y no, no está hecho para que guste en lo musical, y si alguien dice lo contrario, o miente o no tiene oído. Pero es normal, es el cometido de este album, lo que ellos pretendían, e hicieron un buen trabajo, al igual que harán luego al incluir en sus filas al genial Michael Amott, que daría un vuelco al Grind/Death para luego acabar convirtiéndose en una banda de Death Metal Melódico, muy similar a lo que se empezaba a hacer en Gotemburgo y más tarde haría en los tempranos pero primerizos Arch Enemy. ¿Y sabeís que es lo mejor de todo? Que quemarían cada etapa con una gran calidad.
Nota: 8
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