Aosoth - IV: Arrow in Heart (2013)

Nadie sabe cómo, pero en un espacio de tiempo indeterminado aparecen grupos que conectan con algo de nuestro cerebro, se agarran a él, y no nos abandonan, provocando una irresistible adicción hacia su música, que no solo hace que se clave en tu mente, sino que además, hará que los busquemos constantemente entre el océano musical que Internet nos ha proporcionado. Algo realmente memorable en estos tiempos de bazar musical gratuito.

Aosoth, hay que reconocerlo, partieron con algo de trampa. A mis ojos y oídos llegó este impactante videoclip, uno de los mejores que he visto jamás en el Metal Extremo, y que es capaz de helarte la sangre. Lógicamente si tras esta impactante puesta en escena, lo musical fallase, se quedaría en un video bonito, y se perdería en un mar de recuerdos, con suerte. Afortunadamente la música no solo igualaba al video, sino que lo superaba sin  problema alguno. 

No es por ponerme en plan mesías, pero más bandas como esta se necesitan en el Black Metal. Franceses, como no, pero se alejan del Black depresivo que últimamente parece que predomina en el país galo (algo cierto en parte y equivocada en otra), y en su lugar juegan más con el Doom y la música ambiental, creando un combo capaz de recrear la misma sensación de estar encerrado a oscuras en una nevera industrial, y sin visos de ser salvado. 

Son "solo" 7 temas, eso sí, de casi una hora de duración... que se nos pasará volando. No llegan a ser tan densos como Deathspell Omega, que hace falta una noche entera de paciencia para entenderlos, pero son capaces de cogerte de los huevos, y no soltarte hasta que no acabe la última nota de la obra.

No sabría decir si este opus, que destila malevolencia por los cuatro costados, es más de temas sueltos o es una obra de conjunto, porque cada uno de los siete cortes es una patada en la boca. Y cada uno de ellos tiene su encanto particular, no falta ni sobra una sola nota. De ahí que también es un álbum de conjunto, perfectamente cohesionado.

Posiblemente el mayor acierto de todos es que se toman su tiempo en encajar cada una de las piezas, "An Arrow in Heart", no estalla de inmediato, antes juega con nosotros un poco con los riffs, sin que sepamos qué van a hacer con nosotros. Después comienza la batería imprimiendo cada vez más ritmo, y ya nos tienen desconcertados, un medio tiempo largo para comenzar el disco, o eso pensamos hasta que definitivamente aparezcan los familiares blast beats. Nos sentimos como en casa, en un terreno familiar, hasta que comience un interludio ambiental que no esperábamos para nada, y que ellos mismos mandaran a tomar por saco con rabia.

Cuando hablaba de que cada tema tenía su encanto, es que cada uno tiene un aura especial. Ahí están las dos partes de "Broken Dialogue", los temas relativamente más pausados de todos, que junto al uso de samplers (sustituyendo a las voces "reales"), le dan un toque melancólico y derrotista al asunto. 

Ahora, cuando empiece el himno "Ritual Marks Of Penitence" se nos cae el alma al suelo. Tiene de todo, desde una parte acústica calmada, pasando por el uso de las guitarras y la batería a lo Tsjuder, hasta unos interludios épicos en los que al oír Gloria Diaboli, te crees que van a invocar delante tuya mismo a Azrael. Por no hablar de un increscendo en el que terminan de poner toda la carne en el asador durante los últimos cinco minutos. Y cuando nos demos cuenta, silencio. Los 14 minutos nos habrán pasado volando. 

Por este álbum, Aosoth se merecen al menos que miremos al futuro, y consideremos si este "Arrow in Heart" merece ir para clásico. Hacía mucho que un disco de Black no me transmitía esta sensación de estar en un ritual, por describirlo de alguna manera: tristeza, frío, mala leche, como queráis llamarlo, todo eso y más. Pero desde luego calla la boca a todos los que piensen que no se puede hacer Black decente hoy día, sabiendo evolucionar y sin quedarse en un calco del pasado. Y que no todo el Black francés es Alcest, afortunadamente.

Nota: 9'2