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martes, 26 de julio de 2011

Dexter, fin de la 5ª temporada

AVISO: ESTO ES UN AUTÉNTICO DESTRIPE DE LA 5ª TEMPORADA DE DEXTER, ASÍ QUE SI NO LA HAS VISTO PASA DE LARGO.

Si, ya sé que la temporada 5ª acabó a finales de año en EEUU, pero yo he sido de los que ha visto la serie por Fox Crime, que acabó de emitirla el pasado 21 de julio. Así que yo también aportaré mi granito de arena con otro análisis de la temporada, y aunque no sea la televisión un tema muy habitual en este blog, después del dichoso final, que ha dado para pensar, tocaba vomitar pensamientos (si, lo sé, podía haberlo dicho de un modo más poético).
Final agridulce sin duda, con Jordan Chase y sus "marionetas" muertos y en el mar, pero triste por la marcha de un personaje que se ha ganado el cariño de los espectadores (servidor inclusive)
y que ha supuesto un auténtico incentivo para seguir la serie hasta el final. Hablo, como no de Lumen Pierce (interpretado por Julia Stiles). Su inclusión fue todo un acierto, diría incluso más de lo que los propios guionistas tenían planeado, aunque no nos engañemos, era difícil que durase más de una temporada en la serie.

El personaje ha tenido una evolución bastante notable, desde la huidiza y asustadiza rehén que Dexter en un principio ve como un obstáculo, ya que se convierte en una incómoda testigo, pasando por la torpe vengadora, hasta convertirse en aliado más fiel de Dexter, y su amante, además de que, como no, los dos tenían un pasajero oscuro, como diría el propio Dexter. De ahí que por la relación tan estrecha que se crea entre ellos, doliese verla partir. Sobretodo de una manera tan simplona como es: "oye, que se me han quitado las ganas de matar, hasta luego", y protagonizando uno de los momentos más emotivos de toda la serie. Como dije antes, ni los propios guionistas se esperaban tan buen recibimiento de Lumen por parte de público y crítica, lo que puede explicar que, de momento, su historia haya acabado así, tal vez como tendrían previsto al principio de la temporada.
Nos deja, a cambio, varias cosas posivas: lo primero que Dexter puede cambiar y dejar de ser un asesino, como le ha pasado a ella, lo que podría dar mucho juego en próximas temporadas. Que Dexter es humano, que ama y la caga, pues esta es la temporada donde ha dejado de ser tan metódico y le hemos visto salvarse por los pelos de unos crímenes un tanto chapuceros, comparado con lo que nos tiene acostumbrado (impagable la escena de la víctima corriendo desnuda y envuelta en plásticos y la posterior explicación de Masuka al homicidio). Por último otro detalle que es más dificil de ver, aunque parezca obvio. Lumen no ha muerto, con lo que las puertas para un posible retorno están abiertas, como ha dicho la propia productora, Sara Colleton. Aunque veo difícil que el hipotético regreso se vea en la próxima temporada, quien sabe si para la séptima tendremos de vuelta al personaje interpretado por Julia Stiles, tengamos esperanza pues, la puerta sigue abierta.
Otro momento del final que ha sido duramente criticado es la escena en la que Debra, decide no destapar la cortina y dejar libres a Dexter y Lumen, estando así, a punto de averiguar a qué se dedica su hermano.
Bien, cierto que parece poco lógico, pues teniendo en sus narices la resolución de quienes son los vengadores, decide no hacerlo, a pesar de que es su caso. Esto tiene más lógica de lo que parece, si nos damos cuenta de que Debra, poco a poco ha ido cambiando. Desde que mató a uno de los hermanos Fuentes, ha ido dejando de ver las cosas como: esto es bueno y esto es malo, ahora lo que en teoría era malo, igual no lo es (matar a alguien no le produjo nada) o lo que parece bueno nos engaña (la jugarreta que le hizo la agente Manzón, por poner otro ejemplo). No sólo pienso que fue una decisión acertada el hecho de que Debra no los descubriese, por coherencia con su personaje, sino porque han dejado lugar a que en un futuro la propia Debra empiece a investigar sobre su hermano, con todo el juego que puede dar esa situación. Vamos, un cabo perfectamente suelto. Menos lógico hubiese sido que Debra los pillase y hubiésemos tenido una absurda temporada de persecución de los polis, eso no es Dexter.

Otro punto polémico ha sido el desenlace con el detective Quinn. Quitando el hecho de que desde que entró en la serie estaba claro que acabaría estando con la hermana de Dexter, mucho se ha hablado de el hecho de que nuestro asesino acabase salvándole el culo. Algo lógico, pues recordemos que Dexter ya sabía que Quinn sospechaba algo, y que tenía ciertas pruebas, como las fotos del barco, así que fue como una manera de devolverle el favor, como si dijese: "por salvarme el culo yo te lo salvo a ti". Además, eso de inculpar a otro y que cargue con las culpas (y por consiguiente, acabe muerto) ya está muy visto.
Pero al igual que en los anteriores casos, la cosa está abierta, de momento parece que firman la paz, pero Quinn sigue teniendo sus sospechas, algo que en cualquier momento podría estallar....
En lo que si se ha notado más dejadez es en la muerte de Stan Liddy. En un forcejeo y con un cuchillo acaba con el, cuando creo que habría tenido potencial para ser aún más incómodo, de todos modos se excusa este "fallo" por el contexto en el que se produce, y había que encargarse de el rápidamente.



Creo que esta temporada ha sido muy brillante, donde se han centrado más en la evolución de un personaje, Dexter, que a priori, tal y como nos lo plantaban al principio, sin sentimientos (y tampoco es que fuese la fiesta de las emociones con la muerte de Rita) hasta ver a un ser humanizado, jodido porque la mujer de su vida decide abandonarle (aunque quien sabe si para siempre), que muestra apatía y traga mierda por los que le importan. Además, como he dicho en varias ocasiones, es un final abierto, con interrogantes, no tan feliz como lo pintan algunos, y critican. Porque los finales de la 2ª y 3ª temporada si que fueron en plan "familia feliz", así que no es excusa para atacar a este final. ¿que no es tan bueno como el de la 4ª? Naturalmente, pero no vas a volver a hacer lo mismo y cargarte a otro personaje femenino importante, eso sí que sería repetitivo, y por suerte esta serie aún no adolece de ese mal. El final sorprendente es una carta que hay que saber usar con mucha moderación, si no, pierde su efecto.
También influye como no, que en la 4ª temporada tuviésemos a uno de los mayores hijos de puta de la historia de la televisión como fue Trinity, interpretado por el monstruoso (en el buen sentido) John Lithgow. Pero tampoco es que los malos en esta ocasión hayan estado muy atrás.
A muchas series les gustaría tener a ese Charles Manson moderno como es Jordan Chase, que nunca mata, mira e incita a los demás a que lo hagan. Si Trinity era limpio y comedido, los amigos del club del gang bang no voluntario (si, chiste sexual malo) son todo lo contrario, además de la variedad que hay entre ellos. Desde el típico hombre de familia modélico como Dan Mendell, hasta el despojo social de Boyd Fowler. Nos podrá gustar más un personaje que otro, pero no podemos negar que hay variedad.
Como no, no podía acabar sin hacer mención a Michael C.Hall, que como siempre ha estado fantástico, mostrando todas las caras de Dexter como si fuera él mismo. En especial en el final de esta temporada. Aunque ejemplos de lo bien que se le da esto nos ha dado muchos.
Dexter es Michael C.Hall, y Michael C.Hall es Dexter, no hay otra piel posible.
La próxima temporada promete... cabrear. Parece que Dexter será el mismo ser inhumano de siempre, sólo que sus enemigos tendrán un patrón moral curioso.


Esto sí que va a cabrear a los chupapollas ultrareligiosos de EEUU. Un cristiano modélico que mata a su mujer para evitar divorciarse tiene muy buena pinta, y sólo es un detalle de lo que se ve.
Va a ser curioso ver a un asesino en serie burlarse de la religión organizada. Seguro que levantará la ira en muchos sectores. Esto promete....

lunes, 25 de julio de 2011

Crítica de discos: Godflesh - Selfless (1994)


Toca hablar de una de esas bandas que no han recibido a lo largo de su historia el trato que se merecen, ya sea por no haber cambiado hacia un sonido más accesible, tener poca promoción, o vete tú a saber. En fin, Godflesh no son la banda más "underground" que existe, no son de esas que se consideran de "culto" porque han sacado cuatro demos mal contadas. Todo lo contrario, han dado lugar a una discografía muy prolífica. El problema es que uno tiene que estar metido en todo el rollo experimental o industrial. Pero cuando digo industrial no me refiero a Marilyn Manson, ni Rammstein, ni demás bandas con dicha etiquetas, que venden miles de discos, y que, admitámoslo, con el rollo de circo que se traen (ojo, que montar espectáculo se les da de puta madre, que no tiene por qué ser malo) han perjudicado la imagen de lo que es Metal Industrial. Con lo que el metalero de a pie, nada más oir la palabra industrial, se imagina a Marilyn Manson montando algún numerito. Con lo que, volvemos a lo de antes, la gente decide no adentrarse en estos terrenos. Tal vez sea una de las razones por las cuales Godflesh no hayan tenido tanta repercusión como deberían. Aunque también, la banda de Justin Broadrick y G.C. Green, ha puesto su granito de arena para que esto pase.
Me explico: no creo que el oyente habitual de Rammstein escuche Godflesh, a pesar de que ambos se encuadren en el mismo género, incluso alguien acostumbrado a bandas como Dismember o Cannibal Corpse, encontrará un plato difícil de digerir. Ya ni hablemos de los que suelan escuchar Metal moderno, sobreproducido, con esas baterías llenas de triggers (que la verdad, nunca he entendido la fascinación que tienen ahora todos por fijarse en la batería de un modo exagerado, con inacabables conversaciones sobre si tal batería es mejor que el otro porque toca triples bombos con las manos).
Godflesh son una banda árida, de esas querequieren escuchas para acostumbrarse a su sonido, como una máquina que se lo traga todo, que avanza imparable. En pocas palabras, Godflesh son capaces de crearte fácilmente un dolor de cabeza descomunal, si no estas acostumbrado y te escuchas un álbum de un tirón (como un servidor, que se le ocurrió empezar con el Pure, que es uno de los más densos.) Es por eso que me he decantado por el Selfless, porque es uno de los relativamente más accesibles, que hace más concesiones a la melodía. Pero sigue siendo igual de pesado y bestia, y que puede espantar a más de uno por su densidad.
No es un disco que facilite la escucha, las guitarras repetitivas de Broadrick, junto con la sección rítmica aplastante del bajo de Green y la máquina de ritmos, hacen de este Selfless una experiencia un tanto dificil desde el primer minuto de Xnoybis. Tan sólo los teclados en ciertos momentos suponen un breve descanso a la taladradora sónica que son Godflesh.
Muy pocos descansos vamos a encontrar a tanta brutalidad, como el extraño zumbido ambiental al final de Bigot, que parece sacado de cualquier Silent Hill.
Como dije al principio, hay más melodía de la que lo británicos suelen ofrecer, como en Black Boned Angel, donde Broadick da algo de respiro, dejando de usar guturales, para pasar a un registro limpio, y que con unos riffs un tanto melódicos dan cierta sensación de melancolia, que para una banda que parece decir constantemente: "te vamos a comer el cerebro", mucho es.
Pero vamos a seguir encontrando, como no, ese lado tan machacón que hace que una canción de corta o media duración parezca que dura el doble para nuestra maltratada mente, como en Anything Is Mine o Empyreal (que vuelve a ese tono melancólico mencionado anteriormente).
Aunque como toda banda, Godflesh también tiene su "hit", vamos el tema por el que lo conoce todo el mundo. Me refiero, ni más ni menos a Crush My Soul, que debe su fama a Kirk Hammett, que se encaprichó del director del bizarro video de la canción (Andrés Serrano), para que les ilustrase la portada del infame Load. Mientras que en lo puramente musical, posiblemente sea la canción que mejor resuma el sonido de los británicos sin tener que dar jaqueca. Eso sí, tras esta concesión volvemos a lo que a ellos les mola, las guitarras repetitivas y la rítmica machacona (vaya trabajo que hace el señor de las cuatro cuerdas) de Body Dome Light, Toll y Heartless.
Pero para acabar bien el disco, o lo que es lo mismo, más merados de lo que ya estamos, llegamos a las canciones más experimentales del álbum. Primero tenemos a Mantra, que abusa conscientemente de los sintetizadores para crear una sensación inquietante en el el oyente, y para poner la guinda, uno de los temás más extraños que he escuchado. Nada más y nada menos que 23 minutos dura Go and Spread Your Wings, de los cuales los 4 primeros son para una inquietante introducción, para después devolvernos a unos Godflesh más ralentizados, y más pesados aún si cabe (¿Doom Metal Industrial?), con el objetivo de hacernos perder los nervios, y para rematar la faena y nuestra cordura, a partir del minuto 14 comienza una larga parte ambiental, que contrasta con todo lo que ha sido el resto del álbum, es el único momento realmente tranquilo que tendremos, incluso resulta bello con ese piano que cierra el álbum.
Posiblemente sea un disco que refleja a la perfección lo que debe ser el Metal Industrial, aunque, repito, no resulta tan denso como otras obras de Godflesh, que son para echarles bastante rato y paciencia. Aquí están los elementos claves. Por poner un ejemplo: cualquier fan de Fear Factory podrá vislumbrar en la caja de ritmos de los ingleses (si, no tienen batería humano, sino una máquina de ritmos) de donde sacó Raymond Herrera (batería de FF) gran parte de su técnica. Incluso los propios FF han reconocido en múltiples ocasiones que Godflesh son una de sus mayores influencias. Y no dudo que los propios Rammstein le echasen un vistazo a cuaquiera de las obras de los británicos. Además, aunque pueda parecer que sólo ha influido en el Industrial y en otros subgéneros menos comunes como el Sludge o el Ambiental, las ramas de Godflesh se extiendan hasta hoy día. Muchos baterías modernos, sin saberlo, han adoptado su batería atronadora del sonido de bandas que a su vez fueron tocadas por Godflesh.
Tal vez deberíamos indagar más a menudo el origen de lo que escuchamos, porque, puede que, no sólo nos guste, sino que nos llevemos más de una sorpresa.

Nota: 9

domingo, 17 de julio de 2011

Vergüenza ajena: Biohazard - Sellout (2001)


Cuando nadie te comenta donde está el límite del ridículo.

Evan Seinfield es un tio que me cae bien, en serio, pero esto es un tanto imperdonable, pero claro, es toda una institución en el mundo del Hardcore, ya que es el creador, junto con Billy Graziadei, de la banda de Hardcore Punk Biohazard, siendo uno de los primeros en introducir elementos del Hip Hop y el Heavy Metal. Su fórmula les ha servido para ser respetados y ganarse una reputación de salvajes (tanto dentro como fuera del escenario) que a muchos les gustaría, y por si fuera poco, Evan, tiene el privilegio de dedicarse al mundo del cine para adultos (de hecho hasta hace poco era el marido de la actriz Tera Patrick). Pero toda esta reputación se nos hace dudosa al ver el video que tenemos arriba.
No, no tiene nada que ver con la canción en sí, que es la típica que nos podemos encontrar con los de Brooklyn, y mucho menos con el álbum: Uncivilication, que es bastante brillante, aunque peca de exceso de colaboraciones.
El problema está en el modo en el que se les ha ocurrido presentar el tema. En vez de hacer algo más común como podría haber sido el esquema de: banda tocando en directo + tomas de asistentes a dicho evento desmadrándose, los buenos de Biohazard decidieron que ellos iban a hacer algo molón. Qué mejor que enseñarnos el hercúleo torso descurbierto de Seinfield, lleno por completo de tatuajes, formando una especie de masa uniforme que no se sabe si es pintura o si se ha restregado con la mierda que hay en la bahía donde filmaron el video. Además otro espectáculo es verle rapeando (que si, que lo llevan haciendo toda la vida, pero grabarlo así es una cagada) y por supuesto verle dando botes y saltos cual mono poseso.
Para rematar, los planos con Graziadei en plan colegeo, cantando los dos y que parece que lo han grabado con la Steadycam.
Menos mal que al menos la otra parte del video es más "convencional" con la banda simplemente tocando, y sin abusar de los primeros planos, como ocurre con la otra parte del video, para que nos fijemos bien en que bien se mueve.
Al igual que alguien debía haberle dicho a Evan que tanta tinta en la piel acaba siendo muy anti-estética (y me la pela que diga que cada tatuaje tiene su simbolismo, que aprenda a sintetizar ideas, coño), algún allegado a esta banda debería haberles dicho que el igual el vídeo no es tan molón como ellos pensaban.
Pero es que en Biohazard son todo excesos, y si tienen que hacer un video malo, ¿por que no superarse y hacer uno horrendo?

jueves, 14 de julio de 2011

Crítica de discos: Cavalera Conspiracy - Blunt Force Truma (2011)

Lo prometido es deuda y aquí traigo la reseña de lo nuevo de los hermanos Cavalera, que como era de esperar, ha levantado bastantes opiniones, tanto favorables como desfavorables. Lo que es claro es que Max Cavalera es todo un líder de masas y cada cosa que haga será examinado con lupa.
Bien, cuando reseñé Inflikted dije que era un álbum que daba la sensación de servir sólo como excusa para tocar temas de Sepultura. Bien, este álbum tiene defectos, claro está, pero al menos las intenciones de los Cavalera están bastante más claras, lo que es su gran punto a favor.
Con apenas media hora de duración Cavalera Conspiracy van directos a la yugular, sin rodeos, así lo atestiguan temas como Torture o Target, donde la primera no llega a dos minutos y la otra se queda en dos y medio. No me equivocaría al decir que todos los temas son carne de Mosh. Lo que nos conduce a uno de los principales fallos: es un disco demasiado simplón, que entra a la primera, que tiene temas pegadizos como Killing Inside, pero poco más. Una vez escuchado no queda nada más por sacarle, además de que se hace bastante repetitivo, no sólo en la música, sino en las estúpidas letras. Porque otro nombre no tiene, no sé que le pasa a Max porque hace mucho tiempo que dejó de prestarle atención a las letras. Tanto es así que si álguien no se ha enterado de cómo se llama una canción, lo tiene fácil para enterarse, ya se encargará Max de recordarlo, repitiendo incesantemente las letras, pero de una manera exagerada. Y lo peor es que es un mal que afecta a todos los temas, ni uno sólo se salva de las letras dantescas.
Puedo entender que al ser un álbum que musicalmente se centra en el Crossover Thrash, se pueda repetir en lo musical, o que sea simple, como he dicho antes. Pero lo de las letras no tiene perdón.
No todo es malo, sin ir más lejos, Cavalera demuestra el buen gusto que ha tenido casi siempre a la hora de escoger sus invitados (lo de Fred Durst fue la excepción que confirma la regla) como es el caso de Roger Miret (Agnostic Frost) en Lynch Mob, uno de los mejores temas del álbum.
Otro punto a destacar, muy positivo, es Mark Rizzo. El guitarrista que ha acompañado a Max en Soulfly desde el 2004, y que es el que está más en forma de toda la banda, si no fuese por esos solos que mete y esos cambios de ritmo, como puede ser en Warlord, Killing Inside, Thrasher, I Speak Hate (con reminiscencias a Cannibal Corpse) , y sobretodo en el tema homónimo, que cierra el disco con unas guitarras melódicas que poco a poco van quedándose solas en el tema hasta desvanecerse por completo. Bonito detalle a la hora de cerrar el disco.
Gran trabajo de Rizzo a las guitarras, sin él posiblemente el álbum sería más corto y más aburrido, aunque suene contradictorio.
A muchos les surgirá la pregunta clásica: si suenan a Sepultura. Si, pero por inercia. Vamos a ver, estamos hablando de los fundadores de la mítica banda, y en un principio nos puede sonar. Pero no es una versión de lo que debería ser Sepultura con Max, como muchos han clamado. Si nos ceñimos a lo púramente musical, tendríamos a una versión de Sepultura mucho más orientada al Hardcore. Ni Beneath The Remains, ni Arise,y mucho menos Chaos A.D.
Pero si que algún tema que respeta la esencia "clasica". Hablo de Burn Waco, que tiene un riff insertado al principio-mitad que sí nos recuerda a los viejos Sepultura. Pero a mi parecer tampoco vamos a encontrar muchos más momentos, y eso que le llevo dando ya unas cuantas escuchas.
Blunt Force Trauma ha conseguido superar a Inflikted, es más rápido y más bestia, y ya se nota por donde van a tirar los hermanos Cavalera. Un Crossover Thrash muy directo y simple que es su cara y su cruz. Cara porque el único propósito es divertirse, cruz porque es poco original, por no volver al apartado "literario" que dista mucho de ser decente. Pero en resumen me deja mejor sensación que el Inflikted porque se nota que quieren hacer algo distinto a los Sepultura clásicos, algo que sí pasaba con su anterior opus.
No es el regreso de los viejos Sepultura, pero, oye, tenemos una banda muy entretenida delante.
Los Sepultura actuales son los que deben mantener el legado con Kairos, Cavalera Conspiracy creo que no juega en esa liga.

Nota: 7,6

lunes, 11 de julio de 2011

Crítica de discos: Celtic Frost - Monotheist (2006)


Posiblemente con esta entrada no le descubra nada nuevo a nadie, no sacaré ninguna novedad de renombre pero creo que es necesario dedicarle una entrada a un álbum tan monumental como es Monotheist. Pero sobretodo esta entrada es un tributo a la banda sin la que posiblemente no existiría el Death Metal, ni el Black Metal, ni el Doom (o por lo menos no tendría ese aura tan malévola).
Se dice que Celtic Frost son los Black Sabbath del metal extremo, algo que no es exageración en absoluto. Estamos hablando de una banda que pasó de ser una cutre banda de Thrash como fueron Hellhammer, a hacer uno de los álbumes más grandiosos y bizarros de la historia del Heavy Metal: Into The Pandemonium. Una banda tan grande que sólo pudo ser derrotada por sí misma, con ese vomitivo Cold Lake que no era más que una burda imitación de Poison y compañía, acompañado, como no, de unas horrendas fotos promocionales. Cada disco de Celtic Frost (no cuenta Cold Lake, claro está) suena distinto del siguiente, y cuando digo distinto, es que el cambio se nota y mucho. Puede que no fuesen los músicos más técnicos del mundo (algo que está bastante de moda últimamente) pero son capaces de transmitir muchísimo más con una sola canción que la mitad de bandas modernas.... y no tan modernas.
¿Pero por qué escojo su último álbum en vez de Morbid Tales o Into The Pandemonium, que para muchos representan el auténtico sonido de los suizos?
Bueno, situémonos primero: Estamos en el 2001, Celtic Frost, o lo que es lo mismo: Tom Warrior y Martin Erin Ain deciden reunirse tras su separación 8 años antes. La cosa no empieza bien, con otra maqueta bizarra (en el mal sentido de la palabra) como fue Prototype. A pesar de esto, siguen trabajando en un esperado álbum de regreso, y anuncian orgullosos que su nuevo álbum es el más oscuro que han hecho hasta la fecha. Puede parecer típica fanfarronería que sueltan todas las bandas, pero Celtic Frost cuando dicen que van a hacer algo lo hacen, con todas sus consecuencias. Porque no mintieron sobre la oscuridad del álbum.
Monotheist es otro giro de tuerca completo al sonido Frost, no tiene nada que ver con Into The Pantemonium o To Mega Therion, pero a la vez suena a Celtic Frost, y por si fuera poco con giños a su pasado más glorioso.
Aunque este álbum sea relativamente menos difícil de clasificar (Doom Metal de cajón), tiene esos detalles extraños y experimentales que tanto gustan a esos suizos. Pero sorprende bastante el hecho de que, siendo un álbum de Doom Meal, podría pensarse que tal vez se haga monótono, tenga poco dinamismo, que no enganche, etc. Nada más lejos de la realidad, tenemos variedad de sobra, es imposible aburrirse, incluso con Synagoga Satanae, un himno de 14 minutos nada más y menos, pero de eso nos ocuparemos luego.
El disco abre con un breve zumbido que nos dará paso a Progeny, que, siendo ortodoxos, no es lo suficientemente lenta para ser clasificada Doom, pero eso no importa, lo que nos interesa es la machacona batería de Franco Sesa, que actua como si acabase de darse una sesión de Godflesh, lo que contribuye a crear una atmósfera un tanto repetitiva, algo hecho a conciencia.
El primer "ataque" propiamente Doom lo tenemos en Ground. Un aunténtico muro contundente de guitarras y bajo nos acompañan desde el primer segundo, como una apisonadora, aunque de vez en cuando la base rítmica quedará "desnudada" en forma del bajo de Ain, y la percusión de Sesa.Ideal para contar la agonía de alguien olvidado por sus dioses
Con el poético nombre de A Dying God Coming To Human Flesh tenemos la canción relativamente más accesible del disco, es más, de este tema se sacó un video.
Compuesta por un ritmo limpio y lento y una letra sumamente repetitiva a manos de Ain, que en esta canción lleva la voz principal. Pero no es más que calma antes de la tormenta, y lo que antes era un tranquilo tema acústico se convierte en una canción inhumana, con una voz que parece parida por un buen cantante "blacker", a partir de ahí nos acompañará la solemne voz de Tom Warrior , que parece el único abismo de calma entre tanta violencia sónica.
Pero ahora empiezan las sorpresas: Drown In Ashes empieza con una calmada intro con sintetizadores a la que pronto se le unirá la voz de Lisa Schapaus, antigua cantante de Xandria (con ese nombre no es muy complicado averiguar el género) para hacer un siniestro dueto con Tom Warrior, algo que no nos coge por sorpresa a todos aquellos que han seguido la trayectoria de los suizos...
Una de los temas más interesantes de este álbum es Os Abysmi Vel Daath, y no sólo por su título sugerente, sino porque desde su punto de salida deja entrever esas otras influencias que han cogido Celtic Frost para su nuevo retoño. Se nota cierta mano del Drone, e incluso del Noise, que no quiere decir que vayamos a encontrarnos un zumbido de 20 minutos, pero sí que es uno de los temas donde está presente ese Doom Metal tan aplastante. No está, por tanto, hecho para oídos poco acostumbrados. Más aún con el desconcertante interludio que contiene, que recomiendo escucharlo completamente a oscuras y con los auriculares bien puestos, eso sí, la experiencia es cuanto menos.... curiosa.
En la versión Digipack del álbum se incluía el tema extra Temple Of Depression, tal vez no incluido en la versión original por su parecido con Progeny, es decir: batería machacona y guitarras entrecortadas, aunque más influida por el Drone en ciertos puntos. Canción, a mi parecer, que no es nada del otro mundo, pero que tampoco hubiese bajado la media demasiado al disco. Atención a la sección de "ruido" que se marcan al final del tema. Típico experimento made in Celtic Frost.
Pero para quitarnos de tanto aire desagradable encontramos a Obscured. Menos furiosa que su predecesora y que probablemente sea lo más próximo a una balada que vamos a encontrar en la discografía de los alpinos (bueno, si nos aventuramos igual hasta lo podríamos considerar). Con un bello dueto entre Warrior y una tal Simone Vollenweider, aderezado de esos riffs laaaaargos y mantenidos de guitarra que hemos oído en todo el disco, aunque, como he dicho antes, más calmados, cuyo propósitos es dejarle el protagonismo a las voces, al menos en este caso.
Este bonus track que apareció en el vinilo, sí que debía haber sido parte de la versión regular del compacto. Incantation Against es más que un guiño al pasado, es un homenaje descarado. La canción se compone de una intrumental clásica, con cierto toque a las mil y una noches, donde predomina la voz de una damisela, en este caso la misma Simone que aparecía en Obscured.
Si alguien ha encajado las piezas verá que es ni más ni menos que un clarísimo homenaje a Tristesses de la Lune.
Pero tanta tranquilidad no puede ser posible, así que volvemos a tener a los Celtic Frost más burros en Domain Of Decay, otro tema para incrustarte contra el suelo, con esos riffs monolíticos y la voz de Tom, que suena tanto en su tono lúgubre como con su mala leche habitual.
Ain Elohim tiene la misma agresividad, solo que mucho más continua, durante 7 largos minutos sin descanso, donde las cosas cada vez se ponen peores, con un Warrior desatado totalmente hasta el fundido final.
Pero ahora viene la traca final: la triología Triptych compuesta por Totengott, Synagoga Satanae y Winter, que es lo mejor del disco sin duda.
La primera parte: Totengott, es escalofriante, con una extraña instrumental que parece sacada de una sesión de Noise, y una voz inhumana que da pavor. Sencillamente indescriptible.
Pero llegamos al cúlmen del álbum. Aunque pueda parecer que los 14 minutos de Synagoga Satanae sean demasiados, puedo asegurar que no sobra ni un solo segundo.
Lo que empieza con un sintetizador de los que nos tienen acostumbrados, se revela enseguida con uno de esos riffs aplastantes, que tanto hemos visto por aquí. Por si no fuera poco con la voz de Warrior, aquí cuenta con el apoyo de Satyr de Satyricon y Peter Tägtgren de Hypocrisy, que irán llevando la atmósfera de la canción a algo terrorífico y sobretodo, fúnebre, acompañado por ese ritmo que parecen los pasos de un elefante, y para aumentar el desconcierto en el oyente, el idioma de la canción va variando: del inglés al alemán, y del alemán al latín, eso sí, la letra no tiene desperdicio para nada...
Y cuando parece que el tema da un respiro, en ese momento justo vuelven las pesadas guitarras de Warrior y Erol Unala.
Por suerte para nosotros (si es que seguimos vivos) cuando la batería comience a mostrar un ritmo más rápido, significa que estamos cerca del final de la pesadilla, que deja paso al sencillo tema instrumental Winter, mucho más tranquilo y calmado que el resto del disco, para darle un respiro al oyente. Lo mejor de este tema es que realmente a uno le deja la sensación de haber sobrevivido a una enorme tormenta, porque lo ha sido, tras tanta locura y pesadez.
Si has llegado hasta aquí tras este largo tocho, enhorabuena, significa que te ha interesado realmente el disco o que tienes mucho tiempo libre. En cualquier caso, si lo has escuchado, te recomiendo encarecidamente que le des otro repaso, es uno de esos álbumes densos pero que recompensan la perseverancia, y si por el contrario no lo has escuchado, ya estás tardando en bajarlo, comprarlo o robarlo, pero créeme que su escucha, aunque pueda resultar muy árida, vale mucho la pena. No todas las obras maestras están hechas para todos los oídos

Nota: 9,5

viernes, 8 de julio de 2011

Es su trabajo

Creo que todos reconoceréis al sonriente hombre barbudo de arriba. Para quien no lo sepa es Anders Friden, cantante de la omnipresente banda sueca In Flames. Para bien o para mal, In Flames han conseguido una relevancia impresionante en el panorama de la escena del Rock Duro y el Heavy Metal. Cada disco que han sacado ha generado ríos de tinta. Me remito a los hechos, con su último disco: Sounds Of A Playground Fading.
Creo que es uno de los discos (por no decir el que más) que ha generado más reseñas en webs y blogs especializados (como hay reseñas a patadas no creo que haga la mía, que con navegar un poquito teneís muchas y variadas). Pero me centro más en la opinión de la gente, que ha sido desde los que ven el nuevo disco como una evolución lógica, los que están a disgusto con este álbum, los que lo tirarían por el retrete, y los que piensan que In Flames son unos inútiles desde el Clayman.
Pero a toda esta polémica se han sumado las declaraciones de Anders sobre el álbum. Donde básicamente dicen que siguen haciendo lo mismo, y que no ha sido para tanto toda esta polémica sobre el álbum (ojo al detalle en la entrevista cuando habla sobre los riffs...).
Lógicamente a más de uno le ha faltado tiempo para echar espuma por la boca y ponerse a blasfemar. Pero es que encima no ha sido el único músico en defender su polémica nueva obra con vehemencia, es más, yo diría que este caso es bastante exagerado.
David Vincent, cantante/bajista de Morbid Angel, ante la oleada de ostias que le están cayendo a Illud Divinum Insanus (nunca he visto tanta unanimidad a la hora de criticar un álbum, y ojo, que yo fuí de los pocos que le dio un aprobado justito) declaró que han hecho una obra maestra. Ahora sí que era yo de los que echaba espuma por la boca.
Pero bajo ambas declaraciones se esconde un pensamiento común (y no, no es gilipollez supina, como alguno dirá) que consiste en defender su obra, porque es su trabajo. Es posible que no piensen realmente así, pero parte de sus ingresos vienen de vender álbumes, ya sean digitales o en formato físico, y aunque hayan hecho una mierda de trabajo, ellos se han pasado meses en el estudio haciendo esa mierda, y han puesto su esfuerzo, sus ideas, incluso su dinero. Otra cosa es que el resultado final no nos guste.
Realmente es por eso que no entiendo tanta indignación por parte de los fans porque el músico haya defendido lo que ha hecho. So hiciese lo contrario, la discográfica lo echaría en dos segundos, y si, los músicos también van al paro. Así que cuando Dave Mustaine diga que no le parece bien que lo músicos "regalen su música" o a Burton C.Bell diciendo que quien se baja discos le perjudica a él y a su familia, aunque no compartamos su opinión, tampoco debemos extrañarnos de lo que digan. Al fin y al cabo, y por mucho que en Noruega no les guste, la música es un negocio de masas, y su objetivo es vender y obtener beneficios. Algo que de mis palabras suena a la mayor obviedad del mundo, pero que olvidamos frecuentemente al encumbrar a los artistas que adoramos, y nunca viene mal recordar que en el fondo este es su trabajo, un trabajo muy atractivo a simple vista, pero que al fin y al cabo se trata de llevar dinero a casa.