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jueves, 3 de mayo de 2012

Crítica de discos: Marduk - Those Of The Unlight (1993)


Si le preguntamos a alguien que piensa de Marduk, muy probablemente se le venga a la menta una palabra: Blast-Beat. Respuesta obvia, ya que los suecos deben gran parte de su fama actual a este recurso, del que para muchos han abusado de el, y para otros, es parte indispensable de su identidad.
Aunque debo reconocer que su Black Metal ultra rápido funciona a las mil maravillas en directo, haciendo de los suecos un auténtico espectáculo demoledor. Sin embargo, acaba volviéndose bastante monótono, hasta el punto de no saber realmente que están tocando,
Sin embargo hubo un tiempo en el que Marduk no depositaban toda su rabia en los pies de su batería, donde no estaban atados musicalmente a lo que debía ser Black Metal, y eran libres de usar su música como quisiesen. Curiosamente ejercían esta libertad en una época donde el Black estaba en su máximo apogeo, y ni en broma se contemplaba la posibilidad de cambiar los esquemas establecidos por Euronymous.
Pero el Black Metal noruego era una cosa, y el sueco otra bien distinta. En Suecia siempre tuvieron una sensibilidad especial a la hora de imprimir melodía a sus canciones. No había demasiado Black Metal en Suecia en aquellos años, comparado a Noruega. Los suecos siempre tiraron más por el Death Metal, y sin embargo, cuando se pusieron con el género que inventaron Venom, fueron capaces de darle un aura distinta a la que le daban sus vecinos.
Dissection, Dark Funeral y los propios Marduk, eran muy agresivos, como no, pero a diferencia de Noruega, ellos podían introducir más melodía a sus temas, no tenían miedo a bajar un poco el ritmo. No iban como Gorgoroth, Mayhem o Darkthrone, siempre al 100%, rebanando cuellos.
Eso no significa que las bandas suecas sean menos duras o que hagan un Black Metal muy relajado, simplemente usan más recursos más allá de la agresión directa. Esto posibilita que en las primeras obras de Marduk pueda haber opción a la sorpresa, a no saber como va a empezar y a terminar el álbum, podría decirse que es un plus de incertidumbre. Lógicamente esto sigue siendo Black Metal, sigue siendo igual de agresivo, pero adonde quiero llegar es que hay vida más allá del Blast-Beat esquizofrénico.
El álbum abre con Darkness Breeds Immortality, que sorprenderá al oyente que esté acostumbrado a los Marduk de la época de Panzer Division. Aquí predominan las guitarras, con unos riffs realmente asesinos, sin tregua alguna. Hay Blast-Beats, si, pero no predominan en la mezcla final, y otro hecho que sorprenderá será la inclusión de guitarras acústicas para cerrar el tema, y sobretodo, la producción del disco. Bastante mejor que la producción que está asociada a este estilo. Como vemos, desde el principio hay una serie de características que van a diferenciar a los suecos de sus vecinos contemporáneos.
Mientras, el tema homónimo, no da respiro alguno, directa a la yugular. Da miedo comprobar a la velocidad que pueden tocar los suecos. Aunque sin duda, el mejor tema del disco, y que ha acabado siendo uno de sus himnos, es Wolves. Un servidor ha tenido la suerte de oír ese tema en directo, y tanto en estudio como en una sala de conciertos, tiene ese aura distinta, un toque épico que hace que sea tan especial. Siempre ha sido un corte que me ha recordado a Immortal, por esos cambios de tiempo, por esos ritmos tan malévolos (por poner un adjetivo, porque es realmente difícil definirlo), por todo es un tema tan especial.
Los detalles ocultos de esta obra es lo que hacen que sea impagable, esas pequeñas sorpresas que hacen imposible que uno se aburra. Por destacar, el solo de bajo de On Darkened Wings, y como, casi sin darnos cuenta, acabamos derivando en pocos instantes en los momentos más furiosos de todo el disco, donde predomina la guitarra de Evil. O la parte final de Burn My Coffin, destacando el contraste brutal entre una primera parte llena de ira, y una segunda, mucho más atmosférica y donde parece que toda la agresividad se desvanece... hasta que llega de nuevo A Sculpture Of The Night, corta y muy directa. Posiblemente la más agresiva de todo el disco, nada que ver con lo que viene a continuación.
Sinceramente, sabiendo que Euronymous era amigo de los suecos, me pregunto como se hubiese tomado Echoes From The Past, si hubiese vivido para oirlo. Un tema como este era impensable a principios de los  90, cuando había una absurda guerra entre el Black y el Death por ver quien era más cafre. Sorprendente que encontremos un tema muy bello, con un sintetizador, una suave guitarra y el sonido constante del agua fluyendo. Cuando dije que Marduk no tenían miedo a nada, me refería a cosas como esta. Triste que pocas bandas de Black Metal se atrevan a hacer cosas como estas, porque la parte final de esta canción es una de las mejores cosas que ha oído un servidor en este género. Los suecos nos mostraban su cara más melódica, y salían muy bien parados. A veces viene bien quitarse toda esa capa de distorsión y odio para mostrar cosas realmente distintas.
Finalmente, con Stone Stands Its Silent Vigil, las cosas vuelven a su cauce, pero teniendo en cuenta lo aprendido anteriormente. ¿Que quiere decir esto? A pesar de ser un tema corto, nos presentan un Black Metal bastante más melódico, consecuencia directa del tema previo, donde nunca llegan a pisar el acelerador del todo, se concentran mucho más en mantener la atmósfera del tema. Corte que, sin saberlo, anticiparía lo que sería el Black Metal Melódico, al igual que hicieron sus compatriotas Dissection con The Somberlain, y explotarían con Storm Of The Light's Bane
Para mi, Marduk nunca más alcanzaron la intensidad a la que llegaron en esta obra. Parece que como les salió bien la jugada de Panzer Division, y la temática prácticamente enfocada a la guerra, se ofuscaron en una batalla contra si mismos para ser lo más bestias y polémicos que pudiesen. Enclaustrándose así artísticamente, y ofreciendo un material bastante más monótono. Habría que recordarles que hubo un momento en el que realmente fueron unos valientes por ser libres y hacer lo que el cuerpo les pidiese.

Nota: 9