Buscar este blog

jueves, 24 de mayo de 2012

Crítica de discos: Funebrarum - The Sleep Of Morbid Dreams (2009)


Hace tiempo que oí hablar de estos norteamericanos, si mal no recuerdo de un Split que sacaron con Interment, banda de Death Metal sueco que recientemente se reformó y se dedican a revivir la movida de principios de los noventa en Suecia, época, de la que ya sabréis, soy un gran fan. La atención que preste a los suecos sepultó por completo todo posible interés por los americanos. Pero ahí no acabó la cosa, en varias páginas y blogs volvía a hablar de ellos, y siempre muy bien. Mi curiosidad era demasiada y decidí echarles un vistazo. De lo único que me arrepiento es de no haberlos escucharlos antes, porque todos los adjetivos que describían a la banda son ciertos, pero hay que oírlos por ti mismo para comprobar que no sólo son ciertos, sino que van más allá. Oscuros, densos, brutales, monolíticos... nada más empecé con Perish Beneath, el mundo entero se derribó a mis pies, fue como una patada en la boca. Menudo ejercicio de contundencia, es que los adjetivos antes citados se quedan cortos.
No son, ni mucho menos, los primeros en hacer este Death Metal tan denso, es algo que se remonta a los tiempos de Obituary, Incantation o Demigod, pero es una corriente dentro del Death Metal que había quedando un tanto olvidada, e incluso sigue siendo bastante minoritaria en la actualidad, cuando este género está pasando por otra época de bonanza. La tendencia general parece que es volverse cada vez más técnicos y rápidos, y no es algo que me moleste, nada más lejos de la realidad, adoro este género en todas sus formas (que no fusiones, por si alguien iba a mencionar al manido Deathcore), pero se echa de menos que una banda decida tomar esta vía, que me parece más difícil de digerir, y no está tan explotada, de hecho sólo se me vienen a la mente un par de grupos contemporáneos a la hora de compararlos con estos monstruos, que son los antes citados Interment y Sonne Adam, puede que sea por mi ignorancia, pero parece que ir más lento implica tirar al Brutal Death, al Death/Doom o directamente hacer una parodia de todo y acabar en el Slamming. Es este punto medio el que es tan difícil alcanzar, llegar a ese muro de sonido oscuro e impenetrable, tan denso como el petróleo, eso es algo que muy pocos alcanzan. No sólo eso, Funebrarum van más allá, explotan esa vía de maravilla para hacer el Death Metal más oscuro que ha escuchado un servidor.
Un sampler bastante siniestro nos da la bienvenida por unos segundos antes de que los riffs se extiendan como el crudo sobre el agua, inundándo todo de suciedad y putrefacción. Enseguida nos daremos cuenta de que la producción es bastante buena, algo imprescindible a la hora de crear ese muro de sonido que literalmente nos aplasta a medida que avanzamos en los temas.
Que sean una apisonadora, no significa que se queden estancados en los medios tiempos, ni mucho menos. Los cambios de ritmo pueden venir en cualquier momento y cuando menos lo esperamos meten el acelerador con los blast-beats, y esos riffs tan de vieja escuela, porque no hay otra manera de definirlo.
Puede parecer un descalificativo decir que The Sleep Of Morbid Dreams suena antiguo, como si hubiésemos exhumado un cadáver que llevaba años bajo tierra.
Para muestra Nex Monumentum, una abominación de cerca de ocho minutos, donde sin apenas apretar el acelerador, son más cafres que la mitad de bandas que pululan por el panorama actual. Tema majestuoso donde los haya, con esas pequeñas incursiones de melodía y los teclados que aparecen tímidamente, dándole un toque más oscuro y atmosférico.
A esto también contribuye el fantástico trabajo de Daryl Kahan a las voces, nada que ver lo la voz gutural descafeinada de hoy día, no, gutural profundo, sin llegar a los extremos del Goregrind, pero con unos rugidos capaces de retumbar en los cascos de cualquiera.
Podríamos destacar también un tema como Cursed Eternity, y como es capaz de transformarse desde un tempo rápido y furioso, sin ninguna pausa, a como lentamente la velocidad irá bajando hasta convertirse en un elefante, lento pero muy contundente, que poco a poco va desarrollándose hasta desaparecer por completo. Ahí esta la gran virtud de Funebrarum, en la capacidad de crear una atmósfera totalmente enferma, con momentos nacidos para que se te metan en tu cabeza y no salir, hasta tal punto que posiblemente estés escuchando el disco todo el día como un servidor.
Los solos no abundan, tal vez porque las labores del disco se concentran más en estos ritmos apocalípticos, pero los pocos que hay, como en Incineration Of Mortal Flesh, dan un pequeño plus de variedad, para que despertemos de ese trance inducido por los americanos.
Y como una película que acaba mal, el desconcertante inicio de Among The Exiled, con una introducción ambiental que parece sacada de un lugar de pesadilla, nos introduce en uno de los cortes más tenebrosos del disco, un medio ritmo que estalla en nuestras oídos y nos ataca continuamente, una y otra vez, para rematarlo con otro pequeño pasaje ambiental lleno de angustia.
Lo que han hecho Funebrarum no tiene nombre, se necesita a unas mentes muy enfermas para dar a luz a uno de los mejores discos de Death Metal de esta década, que mucho tardará en ser igualado en términos de oscuridad y densidad, los americanos demuestran ser unos expertos a la hora de provocar dolores de cabeza al personal. Un álbum que bajo ese negro manto esconde muchos detalles, más de los que he detallado aquí. Sonidos de pesadilla, que escuchados a altas horas de la noche pueden levantar hasta a los muertos.

Nota: 9'4