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lunes, 25 de marzo de 2013

Linkin Park - Meteora (2003)


Tal y como hice en su día con Hybrid Theory y Reanimation, vamos a ocuparnos de este Meteora que hoy cumple diez años desde su salida al mercado. Siempre defenderé que Meteora no es un mal disco, aunque me pilló en una época donde empecé a dejar de prestar atención a la música (de cualquier tipo) y no sería hasta un par de años más tarde cuando decidiría darle otra oportunidad. Si que recuerdo que, a diferencia del Hybrid Theory, el factor sorpresa había desaparecido por completo, y los californianos estaban totalmente asentados en el "star system" con lo cual sus dos primeros singles, Somewhere I Belong y Faint, estaban por todas las radios (si, son comerciales, yo tampoco lo habría esperado jamás).
También defenderé que los chicos de Linkin Park fueron los más listos de su generación, y con diferencia. Este Meteora no es mejor ni mucho menos que Hybrid Theory, pero es mucho más melódico y más radio amigable si cabe que el anterior, y aún así contenía todos los elementos que les hicieron pegar el pelotazo tres años atrás, es decir, guitarras simples y potentes, estribillos melódicos y muy pegadizos, en definitiva una estructura de tema pop en canciones más o menos agresivas. Esto tiene más mérito aún si tenemos en cuenta que para 2003 el Nu-Metal empezaba a caer en picado. Pues así, de una sola jugada tienes a todo el mundo contento. Si por algo se han mantenido en la cresta durante todos estos años ha sido por su buena cabeza.
Aún así hay un pequeño espacio para la innovación, algunas influencias leves de rock industrial, apreciables en Figure .09 con ese riff cortante y repetitivo. Una versión bastante más accesible de lo que hacían Ministry y Nine Inch Nails (de lo cuales además solían versionar Wish en directo por estos años), pero siempre se agradece esta apertura de miras. Incluso tenemos temas que probablemente no habrían pegado en el anterior álbum. Mientras Breaking The Habit es el primer tema de la banda sin usar guitarras (sin contar las instrumentales electrónicas, como en este caso Session), y que hace la suerte de balada, porque además si mal no recuerdo trata sobre la traumática infancia de Chester Bennington. Aún así, apenas se asimila por asomo a lo que sería la siguiente etapa de la banda. No obstante, nos deja intuir que la banda quería también mostrar un lado un poco más distinto, e introduciría un mayor uso del piano, que después se ha consolidado como una de las partes claves de su sonido. Y precisamente otro tema que utilizaría el piano de manera clave, y se ha convertido en uno de sus grandes éxitos, ha sido Numb, una especie de Power Ballad épica que, sin tener más de tres o cuatro guitarrazos en el tema y con cierto aire épico, es aún así uno de los cortes más entretenidos del disco. También tenemos la tímida incursión en sonidos orientales como es Nobody's Listening con el uso de un Shakuhachi
No obstante, sigue habiendo momentos mucho más continuistas, lo malo es que no tienen tanto carisma como los temas de Hybrid Theory. Don't Stay es idóneo para abrir el disco y conciertos, pero el tiempo ha demostrado que tampoco tenía muchas oportunidades, y ahí ha quedado olvidada. Hit The Floor tampoco corrió mejor suerte, también porque era la más floja del álbum, resultaba un poco insulsa y con los años tampoco ha ganado mucho más. Otras más del estilo "tradicional" como Lying From You y From The Inside no han perdido gancho a lo largo del tiempo, por suerte. 
El paso de los años, y sobretodo los trabajos posteriores, con ese cambio radical de estilo han hecho ver a este disco como algo casi perfecto. No quiere decir esto que sea mala obra, ni mucho menos, pero no posee la frescura que tenía el anterior, pero la sensación de que se habían domesticado, aunque de manera camuflada, se deja entrever. Pero bueno, aunque la segunda parte no superase a la original, se disfruta igualmente, y es una secuela con bastante sentido, sin transgresiones que lo único que hacen es intentar buscar un público que no es el tuyo. 
No obstante se echa de menos el viejo sonido de esta banda, que sin ser nada del otro mundo, discos como este eran muy agradables de escuchar. Total, alguien tendrá que hacer la música simple ¿no?

Nota: 7

sábado, 23 de marzo de 2013

Rob Dougan - Furious Angels (2002)


Antes de empezar con esta reseña, me gustaría aclarar algo. Se que el blog ha estado bastante más parado de lo habitual, mucho más de lo que me gustaría, pero simple y llanamente, no puedo hacer mucho más. Entre la facultad, y que mis esfuerzos y creatividad se centran en los trabajos para Subterráneo Heavy, más alguna colaboración puntual, que vendrá en breve, pues poco tiempo queda para este rincón. Que, eso sí puedo asegurarlo, no me olvidaré de el, y siempre intentaré traer los discos que me llamen la atención, algo nuevo para que descubráis, no os voy a dejar solos, aunque seáis cuatro.
Tras este alegato, toca hablar de un disco que tiene sus años, pero me enamoró desde el primer instante y se ha convertido en una obra de referencia. Que esté bastante alejado de mis gustos habituales, poco importa.
¿Quien es este Rob Dougan? Por el nombre, dudo que os diga algo, si os digo que es un compositor australiano, con un gusto por la mezcla de géneros, y se dedica principalmente a crear scores, vamos, música utilizada de acompañamiento en películas, pues supongo que tampoco os dirá demasiado. ¿Pero y si comento que es el creador de Clubbed To Death? Ahí cambia la cosa, porque todos hemos oído el que se ha convertido en el tema principal de Matrix. Dougan es un artista de esos que han sido más famosos por un tema, aunque no se le suena reconocer la autoría (no, The Crystal Method no hicieron el famoso tema). 
Músico peculiar donde los haya, que a veces no parece estar muy preocupado por sus propios trabajos, este Furious Angels fue gestado como quien dice, en tiempos muertos entre proyectos y grabaciones varias. De ahí que, de los 15 temas del disco, algunos de ellos ya hubiesen sido incluidos en alguna banda sonora o lanzados como singles un par de años antes. 
El objetivo de esta reseña es obvio, rescatar un trabajo genial, del cual solo se recuerdan un par de temas que han absorbido por completo el protagonismo de las composiciones restantes, una pequeña injusticia, porque aquí hay calidad hasta aburrir, eso lo puedo decir desde el segundo uno, sin rodeos.
Al australiano no le falta talento, y es que conjugar el Trip-Hop con influencias neoclásicas, no es sencillo, y más aún si consigues que te quede un sonido majestuoso (porque no se puede definir con otro adjetivo). También ayuda como no, que Dougan tiene una voz genial, que no habría desentonado en una banda de blues. Que además con un sutil efecto de estudio en Drinking Song, sumado al piano que comanda la base musical, parece un Sinatra despechado pasado de copas.
Las percusiones, sacadas del Hip-Hop, junto con las partes orquestrales, casan perfectamente, y casi sin que nos demos cuenta nos llevan al final de la canción suplicando por más. Suma puntos que Dougan está magistral a las voces (se nota que el disco ha llevado su tiempo y ha sido preparado con cuidado), capaz de transmitir perfectamente los sentimientos de cada canción. Como el tema de título, donde la Rob va in crescendo junto a la música, y al igual que cuando esta estalla, el también lo hace, y comienza así a recitar con furia.
No es el único ejemplo, podríamos poner la desgarradora I'm Not Driving Anymore y como actúa como un hombre cansado que no puede con nada más y tan solo quiere quitarse de en medio. Por el mismo rasero estaría There's Only Me o Nothing At All, canciones que se agruparían en el sector "triste", o "melancólico" del disco. Mientras que Left Me For Dead suena con furia, como aquel que sabe que le han menospreciado y busca venganza, o la épica Speed Towards Death. Ambas con un aire completamente distinto.
Lo curioso es que la famosa Clubbed To Death (aunque tres cuartos de lo mismo podríamos decir de todas las instrumentales) tiene una estructura completamente alejada del resto de los temas, con bastante más predominio de la electrónica y un desarrollo único dentro del álbum. Se nota que fue compuesta bastante antes que el resto.
¿Lo único malo del disco? Pues que no ha tenido continuación casi diez años más tarde, y desconozco que estará haciendo el señor Dougan en la actualidad, ni si tendrá más material "libre" que no vaya a ser usado en ningún otro sitio, pero tal y como le salió este experimento, igual debería plantearse darle una continuación, estaríamos muy agradecidos

Nota: 9

lunes, 11 de marzo de 2013

Neurosis - Honor Found in Decay (2012)


En mala hora me metí a reseñar un disco de estos monstruos, porque Neurosis siguen siendo una de las bandas más influyentes e inclasificables que han existido jamás. Siguen meándose en las fronteras de géneros  (porque no se puede decir de otro modo), y siguen tomándose su tiempo para componer. En concreto, cinco años desde el anterior Given To The Rising y como el anterior, o más bien, como todas sus obras de estudio, siguen siendo unos discos difíciles de digerir, mastodónticos y complejos como ellos solos.
Es por eso que, no resulta sencillo tener que hacer comparación con anteriores. Son de los pocos que realmente no se ponen barreras musicales de ningún tipo, y por eso es que  encontramos momentos que en muy pocos grupos podríamos encontrar.
Es la paradoja de que pueden renovarse todo lo que quieran, pero siguen teniendo sus propios signos de identidad, un sonido propio que los hace inconfundibles, con ese sonido denso y muy pesado que se desarrolla a lo largo de largos temas, pues de hecho, a nadie le extrañará que los temas que bajen de los seis minutos, están en minoría.
Con esto queda resuelta la duda (aunque no creo que la hubiese) de que encontramos aquí. Ni más ni menos que una pieza un poco más evolucionada del Post-Metal de los de Oackland. Uso dicha etiqueta, que realmente nunca me ha gustado, pero mejor que usar mil etiquetas para intentar aproximarse (o si no, mirar el perfil de estos en la Metallum). Pero también, porque para bien o para mal, hace mucho que se distanciaron de los sonidos más abrasivos, propio del Sludge que se gastaban en Enemy Of The Sun, y aún así, Bleeding The Pigs, por ejemplo, es totalmente de la vieja escuela. Con la voz rasgada de Scott Kelly en la parte más "tranquila", hasta que estalla la tormenta de Metal denso y machacón, si, de ese que hará que una vez terminado el tema acabes con dolor de cabeza, suerte tienes de que la producción sea clara y limpia y no sucia...
Es una hora de material que da para mucho, si temas como la extraña Raise The Dawn, con esa base musical pesada, que contrasta con los arreglos electrónicos, y los instrumentos de cuerda orientales, también encontramos un corte como At The Well, cuyo inicio me ha recordado al proyecto acústico de Scott Kelly,   más aún si vemos que dicha canción tiene cierto aire folk con la gaita que gana protagonismo, aunque para bien o mal, será la única vez que la oigamos. No son, ni mucho menos, la primera banda, ni la única, que experimenta con estos sonidos, pero Neurosis saben integrarlo perfectamente, sin que parezca exagerado, y que minutos después, el mismo tema tenga un aura absolutamente diferente, y en pocas palabras, en nada se parezca lo que escuchamos en el minuto uno, con el minuto ocho. Por esas mismas latitudes se mueve Casting Of Ages, aunque este me parece el más flojo del álbum (que no repetitivo), por lo repetitivo que resulta ser y que no muestra apenas evolución en sus diez minutos.
Siguen, como no, los pasajes ambientales como en My Heart For Deliverance, posiblemente el tema más enfocado a las atmósferas en todo el álbum, de hecho la parte intermedia es de los mejores momentos de todo el disco, de esos que sin adjetivos nos dejan, algo que solo es digno de ellos.
Abundan los cambios de ritmo brutales, que hacen imposible confiarse, y no que puede parecer un suave tema acústico e instrumental, solo sirve para que nos destrocen vivos con una parte de auténtica locura, véase, el caótico solo de batería de All Is Found In Time que hará que los menos iniciados en estos subgéneros deseen que finalice la canción.
Sin duda el factor sorpresa es y será una de sus mayores armas, el poder mutar completamente de un minuto a otro, y si eso no pasa, ser capaz de aguantar el ritmo sin aburrirnos, no obstante, pensar que es un disco que entra a la primera, sería un error considerable, sigue sin ser apto para todos los públicos y hacen falta muchas pasadas para captar todo lo que hay aquí. No es su mejor obra, todo sea dicho, pero Neurosis juegan desde hace mucho tiempo en una liga bastante elevada, a más de una banda ya le gustaría parir una bestia como esta.
Por lo pronto, los norteamericanos siguen demostrando que tras tantos años aún siguen teniendo ideas, no se  les nota atascados, nada más lejos de la realidad, si para eso tenemos que esperar otro lustro para una nueva obra, que así sea, yo no me opondré.

Nota: 8'5