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miércoles, 30 de marzo de 2011

Crítica de discos: Dire Straits - Dire Straits (1978)

Seguro que muchos no se esperaban ver un disco de este tipo. El culpable es cierto amigo mío llamado Horacio, que me retó a ver si podía reseñar este disco. Ha sido un reto interesante, y tambien algo dificil, pues, voy a confesarlo, por una vez estoy fuera de mi territorio (ese territorio que empieza en Black Sabbath), pero de paso aprovecho y abro mi espectro musical, que nunca viene mal.
Realmente poco puedo decir que no se haya dicho de esta banda de Rock británica, que en sus 18 años ha marcado huella en el mundo de la música, que decir de temas como Brothers in Arms, Money For Nothing, Sultans of Swing, etc. y que a buen seguro, me saldrán enemigos de debajo de las piedras si digo algo malo. Pero lo interesante de este trabajo es que aquí quedaba mucho para que los ingleses pegasen el pelotazo con Brothers in Arms y Mark Knopfler fuese reconocido como el gran guitarrista que es. Quedaba mucho para eso.
Al escuchar este disco una sensación me viene siempre a la mente: como un vacío que de repente es roto con unos suaves acordes de guitarra. De hecho si tuviese que definir este trabajo con una palabra sería: minimalista, aquí no encontramos grandes arreglos orquestrales, ni guitarras estridentes. Todo lo contrario, cada canción pasa con cierta suavidad, tranquilamente. Por algo a este álbum se le suele encuadrar en el subgénero de Roots Rock, es decir, rock que vuelve a sus orígenes, fuertemente inspirado por el blues y el country. Y es que se podría decir que es un trabajo tópico, o lo que es lo mismo, que se ajusta como un guante al subgénero que se le ha asignado. Parece una obviedad lo que estoy diciendo, pero no sería la primera vez que un grupo es ambiguo en cuanto al género al que pertenece...
Pero volviendo al disco en cuestión, lo que quedan muy claras son sus influencias, como todo buen álbum debut. Tenemos ese lado puramente blues en Water of Love, con ese ritmo de guitarra que parece escrito por J.J. Cale (otro monstruo del blues del que han bebido bastante estos británicos) y que tan bien "imita" (entiendase como forma de idolatración) Mark Knopfler,
incluso el registro vocal es similar en este caso, pasando por Six Blade Knife, de un ritmo más tranquilo aún, y que se deshace completamente de cualquier otra influencia musical, es una canción blues que tiene todo lo que nos podemos esperar de este género (bueno, tal vez les falta ser negros).
Mientras que en el lado Country encontramos a The Gallery, la más larga del álbum, y que se hace un tanto repetitiva, principalmente por su estribillo, que no me convence demasiado, sin embargo aquí me quedo más con el trabajo de Knopfler a las 6 cuerdas en esta canción, me parece bastante original, y sobretodo bueno.
Otra canción que cumple punto por punto (o al menos lo intenta) los cánones de la música de los blancos americanos es Wild West End, que con ese título es como oír una canción de Black Metal que hable sobre satanismo o una canción de Hardcore Punk que hable de partirle la cara a alguien. Tal vez sea por eso que es una canción demasiado previsible, si a alguien le gusta el Country sabrá perfectamente a lo que me refiero. Y de Setting Me Up podría hablar de la misma historia, solo que con un título menos explícito, pero a pesar de eso no consigue aburrir, incluso en el minuto 3:10 incluye una pequeña sorpresa.
Luego tenemos la parte más lograda del álbum, la que se ajusta a la definición de Rock: mezcla de Blues y Country. Como Down To The Waterline, que a pesar de que al principio pueda parecer demasiado calmada: segundos de silencio, unos suaves acordes que aparecen repentinamente.... pero en cuanto suena la batería de Pick Withers, la cosa cambia y se empieza a volver mucho más animada, posiblemente sea la más conseguida de todo el disco.
Southbound Again sin embargo tiene un aura más Country, con la diferencia respecto a canciones como Wild West End de que en muchos momentos las guitarras se transforman y tienen un toque mucho más Blues.
No iba a dejar de lado el tema estrella del disco, no el mejor, pero sí el más recordado y en el cual empezaron a ganar popularidad: Sultans Of Swing. Cuando uno escucha el resto del trabajo, entiende el por qué de su popularidad. Está hecha para que se quede en tu cabeza. Desde los acordes de Knopfler, el ritmo de bajo de Illsley, y sobretodo su estribillo, que símplemente es... pegadizo, como he dicho, está hecho para quedarse en tu cerebro, no sé si lo hicieron a conciencia o no.
Finalmente y para cerrar el álbum, tenemos a Lions, la más tranquila del disco, con ese sentimiento Blues del que hablé antes, pero a la que le falta algo de animación, no digo ni mucho menos que le metan un Shred a lo Yngwie Malmsteen. Pero es un tanto sosa, la verdad, podían haber finalizado con un tema que dejase con ganas de más, pero este tema consigue lo contrario, o bien que quites ya el disco.
Como dije antes, en los primeros álbumes en donde se suelen notar más las influencias. En el caso de Dire Straits tal vez se les note demasiado y no llegen a construir su sonido propio del todo, pero ahí estaban las bases para álbumes posteriores donde desarrollarían todo su potencial, de momento el comienzo no es malo.

Nota: 7