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sábado, 5 de noviembre de 2011

Crítica de discos: Megadeth - Th1rt3en

Casi sin darnos cuenta hemos llegado al decimotercer álbum de Megadeth. 13 discos que reflejan una carrera constante, al alza y con algún altibajo aislado. Aunque nunca entendí por qué Mustaine se obsesionó tanto por vencer a sus excompañeros, cuando el tiempo ha acabado por nombrarle vencedor en este particular duelo. Megadeth han sabido trabajar con cierta libertad, a sabiendas de donde está el límite de sus fans. Salvo en Risk (que siempre me ha parecido un buen álbum), Mustaine y su séquito nunca han enfadado por lo general a sus fans, ya tenían ellos suficiente por sus batallas internas por culpa de las drogas, pero siempre han ido siempre a su bola por su territorio. Este Th1rt3en viene a confirmar que Megadeth siguen en su linea estable y que a estas alturas nadie les va a decir nada por lo que hagan o dejen de hacer.
Cuando salió Endgame allá por 2009 las alabanzas les llovieron a los chicos de Mustaine. Endgame demostró ser una buena pieza de Thrash Old School y recuperaron a los sectores más duros, si, esos que al ver la versión regrabada de A Tout Le Monde echaban espuma por la boca, y cómo no, las comparaciones Peace Sells/Rust In Peace con Endgame se extendieron como la plaga.
Sin embargo esta vez las críticas no han sido tan benévolas, ¿por qué? Por la bajada de velocidad del disco. Ya no suena tan Thrasher, y eso ha cabreado. Pero ya lo advirtió el propio David Ellefson. Que este álbum tenía más que ver con la época del Countdown to Extinction y Youthanasia. Es por eso que no entiendo el descontento con este disco, porque cumple lo que promete y que yo recuerde, los álbumes citados arriba tienen bastante buena consideración.
Th1rt3en no es Endgame y creo que tampoco hace falta, es diferente a su predecesor. Si se quiere criticar a esta nueva obra podemos decir que Megadeth no han hecho nada nuevo. Pero es que tampoco creo que Megadeth necesiten meterse a hacer experimentos extraños a estas alturas....
Lo que sí hay que recriminarles es que han metido mucho refrito. Me explico. Unos cuantos temas de este Th1rt3en ya existían antes, mucho antes en algunos casos. Millenium Of The Blind, New World Order y Black Swan eran demos del 91, las dos primeras fue incluida en forma de demo en Youthanasia y la otra fue regrabada para el United Abominations, y de nuevo regrabada. Mientras que Sudden Death ya fue grabada el año pasado para un Guitar Hero y ahora tenemos la misma versión abriendo el disco. En el caso de Sudden Death puedo entenderlo, pero ¿por qué sacar del baúl esas tres viejas demos? Me extraña porque Mustaine será de todo menos vago.
Pero volviendo a lo netamente musical, Sudden Death es lo más Thrasher que queda en el disco, o en otras palabras, lo que más se parece a Endgame, ya que a la peña le gustan tanto las comparaciones. Aquí podemos esperar lo más clásico de Megadeth: ritmo rápido, solos endiabladamente complicados, etc. Será en Public Enemy Nº1 cuando realmente oigamos lo que nos va a deparar este nuevo opus. Unos riffs más melódicos y de medio tiempo, pero como siempre solos y solos, a cada cual más intrincado. Lástima que esta canción se vaya a hacer famosa por su video, candidato a entrar en la sección Vergüenza ajena...
Los tres siguientes temas (Whose Life, We The People y Guns, Drugs and Money) continúan por el mismo sendero, por el que los deja vús a Youthanasia, como dije antes, lo que le gusta hacer a Mustaine y compañía.
Never Dead varía un poco las sensaciones al empezar con un piano que desemboca en un trallazo thrash y donde Shawn Drover se luce al doble bombo. Este tema y Sudden Death ponen la nota rápida del disco.
Un tema que me ha llamado bastante la atención es Black Swan, no sólo por el retoque que le han dado con respecto a la versión de U.A., que tiene un comienzo completamente distinto, y lo único que ha quedado intacto han sido los estribillos, y por que no decirlo, han mejorado notablemente la versión del 2007. Pero como decía, lo que me ha llamado la atención es las comparaciones que se le hacen con uno de los temas fetiche de Megadeth: Symphony Of Destruction, y la verdad, cierto es que este disco tiene muchas similitudes con Countdown To Extinction, pero hay que ponerse a rebuscar para encontrar la similitud entre dichos temas, no obstante, si alguien encuentra el parecido, debajo de esta entrada hay un espacio bien resultón para los comentarios.
Y hablando de parecidos, hay otro que es bastante evidente y que no me resisto a comentar. El penúltimo tema del disco: Deadly Nightshade tiene cierto aire de Hard Rock, pero lo curioso son las primeras estrofas, que son un claro homenaje a In-A-Gadda-Da-Vida de los míticos Iron Butterfly. Si nada más escucharlo por primera vez parece que va a cantar eso de: In a gadda da vida, baby, In a gadda da vida, honey, Don't you know that I'm lovin' you...
No es descabellado pensar en esta teoría, porque no es la primera vez que Megadeth hace estos homenajes encubiertos.
Como suele ser tradición, el último tema del disco se suele dejar para el tema más tranquilo, esta vez además coincide con que es el tema homonimo. 13 empieza con unas guitarras acústicas y es sin duda el tema donde la melodía tiene más cabida, se podría decir que esta vez no usan las guitarras para agredir al oyente. Como es de esperar el tema tiene un tinte autobiográfico sobre todo lo que han pasado Mustaine, Ellefson y los demás.
Th1rt3en no es el mejor disco de Megadeth, ni el más bestia, pero es fiel a su estilo. Megadeth han decidido ir a lo seguro, haciendo lo que mejor se les da y sin arriesgar el culo. Yo creo que la jugada les ha salido bien, aunque habría sido mejor si no hubiesen reciclado tanto material.
Pero a veces se echa de menos que alguien pase de experimentar (o más bien, a intentarlo) y vaya al grano.

Nota: 8