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sábado, 14 de mayo de 2011

Revolución sentada.

Debe de ser un trabajo dificil el de ser manager de un tour, hablar con encargado de salas, procurar que a la banda no le falte de nada.... Realmente no sé quien fue el responsable del enorme fallo que comentaré, pero lo cierto es que las consecuencias de ese fallo fueron bastante curiosas.
1 de diciembre de 2007, Worcester, Massachusetts. Amon Amarth tocarán esa misma noche allí, y además tendrán de teloneros a los polacos a Decapitated..... o se supone. Semanas antes se produjo el terrible accidente de tráfico que posteriormente se llevaría la vida de Vitek, batería de Decapitated. Lógicamente no pudieron continuar la gira, así que habría que buscar otro reemplazo. Ahí viene el problema.
La banda elegida en cuestión es Sonic Syndicate, banda de Metalcore, que por si no tuviese ya de por sí mala reputación, y poca calidad musical (enésimo clon de Killswitch Engage, que tampoco son santo de mi devoción) son elegidos para abrir un concierto de Amon Amarth, y los fans de estos no creo que les guste mucho el Metalcore, y más aún si van así:

En pocas palabras, que tenían todas las papeletas para salir a ostias de la sala. PERO algo pasó, en vez de protestar a botellazos, intentando abrirle la cabeza a alguien (que a veces es incluso hasta divertido según con qué bandas) a alguien se le ocurrió hacer algo que seguro nadie esperaba como modo de protesta: sentarse. Tal y como suena, sentarse y no hacer nada. Así poco a poco uno siguió a otro, y la sala quedó de esta manera:

Todo el mundo calladito y sin hacer nada. Lo mejor que se puede hacer, porque jodió a la banda sobremanera, porque le demuestras que a nadie le importa tu música. Así el cantante de Sonic Syndicate por entonces: Richard Sjunnesson le dijo al público: "Iros con vuestros gordos culos americanos a comer unos sandwiches a Quino's" . Público 1, Sonic Syndicate 0.
Si empiezas a tirar cosas al escenario a la banda aún le puede quedar el consuelo de que a la gente le interesa tu música, pasa que te has encontrado a cuatro energúmenos.
Pero lo más gracioso de todo fué que, en vez de ignorar el tema, y hacer como si no hubiese pasado nada, decidieron tener la fantástica idea de darle la razón a los que se sentaron.... escribiendo una canción sobre el tema.


Muy bien, chavalotes, demostrando que lo que hicieron os jodió, muy bien, gracias a eso el autor de la revolución sentada escribió un artículo sobre lo sucedido (de donde he sacado todo esto) y ha permitido que los demás nos riamos un rato.
En serio, ¿quien fue el responsable de poner a dos bandas tan distintas juntas? ¿en serio no iba a suponer que algo bueno no podía suceder?
Ahora a vosotros, lectores, si en un concierto os pasa una situación similar, haced lo mismo, calladitos y a sentarse, aunque pueda parecer que tirar un botellazo a matar puede ser más satisfactorio. En cuanto os senteís el que esté al lado vuestra se preguntará el por qué, y hará lo mismo, entonces sólo hay que esperar al efecto dominó.
No digo que haya que hacerlo siempre ni con todas las bandas que no os gusten, pero por lo menos que el responsable de esa cagada aprenda según que bandas puedes poner en una gira juntas.
El artículo en cuestión, en inglés y más completo aquí.