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lunes, 5 de septiembre de 2011

Crítica de discos: Hypocrisy - Abducted (1996)

Hay pocas bandas que pueden dar un giro contundente a su sonido sin perder la calidad y no perder muchos seguidores por el camino, y a pesar de eso da la sensación de que Hypocrisy siempre ha estado por detrás de las bandas "convencionales" de Death Metal melódico como Arch Enemy o At The Gates, cuando su calidad está fuera de toda duda, que ya sean mejores o peores que X bandas es a elección de cada uno, lo que sí está claro es que Peter Tägtgren y sus chicos han sido y son de los más originales.
Para empezar su "Melodeath" se decanta por un perfil más atmosférico, con teclados más ambientales y la voz de Tägtgren, que por su rasgada voz gutural encajaría más en una banda de Black Metal, además de que podemos encontrar trazos del susodicho Black Metal, Thrash e incluso Doom, a pesar de empezar siendo una buena banda de Death Metal más normalita, pero que ya dejó trallazos bajo el nombre de Penetralia, Osculum Obscenum y The Fourth Dimension, que siguen siendo muy apreciados a dia de hoy, y es precisamente este último disco el que serviría como transición a la obra que trato hoy y clave para entender como se gestó este álbum.
Para empezar a partir del 94 (fecha de salida de The Fourth Dimension) la temática satanista y violenta se empezaba a dejar de lado y comenzaron a introducir una temática que ya será completamente protagonista del 96 hasta día de hoy y muy pocos habían decidido explotar.
La temática OVNI que siempre ha caracterizado a Hypocrisy y que siempre ha estado muy presente, tal vez por eso muchos nunca se los han tomado en serio y los han considerado como la banda del pirado de Peter Tägtgren (aunque a veces tienen motivos para hacerlo), pero OVNIS aparte, este es el disco emblemático de Hypocrisy, donde desarrollan su sonido más característico, sin experimentos como su álbum homónimo o el Catch-22, álbumes más rápidos, más lentos, etc. Lo que no quita que haya incluidas algunas sorpresas que veremos más adelante.
Por si quedaban dudas con su bizarra portada (que cada uno interprete como quiera), el álbum abre con una intro desconcertante, donde oimos a dos pilotos conversando a través de una transmisión, donde parecen muy preocupados por algo, no sabemos el qué porque dicha transmisión tiene la misma calidad de sonido de una psicofonía, sólo podemos oir claramente al final "esto es extraño". Tras esto arranca el que se ha convertido en el himno de Hypocrisy: Roswell 47. Toda una declaración de intenciones, sin engañar a nadie y dejando claro con lo que nos vamos a encontrar a lo largo de todo el álbum, canción de medio tiempo, con tintes épicos, voz rasgada de Tägtgren y riffs muy inspirados en la escena de Gotemburgo (aunque las similitudes no van mucho más lejos).
Por el contrario tenemos temas mucho más rápidos como Killing Art, Abducted o Point Of No Return (donde se nota la sombra del Thrash alemán), como recordatorio de la etapa más embrutecida de Hypocrisy, aunque donde mejor se desenvuelven es en la otra parte del álbum, la que muestra a Tägtgren, Hedlund, y Szoke no tan rápidos, sin perder la contundencia, pero dejando espacio a los teclados e incluso a las voces limpias, dandole a los temas un aura incluso majestuosa, se nota que esto es lo que le realmente les gusta a los suecos, ningún tema tiene desperdicio, desde la emocionante The Arrival Of The Demons, pasando por la chillona When The Candles Fades. Sobre las letras creo que sobra decir que los OVNIs tienen el monopolio lírico...
Sin embargo, como comenté, todavía quedan un par de sorpresas bajo la manga en el tramo final. El interludio tranquilo de Reflections apenas da pistas de lo que se avecina, pero ha sonado demasiado "bonito" para ser una banda de metal extremo. Es entonces cuando llega la gran sorpresa, Slippin' Away no es ni más ni menos que..... !una balada! En el 96 no era yo consciente, pero me imagino que a más de un true le sentaría como un tiro el hecho de oir una balada por parte de un grupo de Death Metal, sorpresa absoluta para la época, hoy día esto ya no es sorprendente, pero bueno, tambien es cierto que hay mucho idiota que hace "Melodeath" con mucho azucar y poca personalidad, pero eso es otro tema...
Lo cierto es que Hypocrisy fue posiblemente la primera banda de Death Metal en hacer una balada, aunque es cierto que la temática del suicidio para una balada no es de lo más original, el resultado final es cuanto menos, satisfactorio. Por si fuera poco, Drained sigue el mismo camino, siendo incluso más calmada que su predecesora.
A pesar de el fantástico álbum que se sacaron Hypocrisy bajo la manga, mucho, demasiado les costaría conseguir el reconocimiento que se merecían, camino que todavía siguen recorriendo. Tal vez para una banda tan atípica como Hypocrisy les ha venido bien estar mucho tiempo en segundo plano, lo que les ha permitido no bajar su calidad y además poder hacer pequeños experimentos, porque todos sabemos lo que les pasa a las bandas que llegan a lo más alto, tal vez sea mejor así.

Nota: 9,7