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miércoles, 12 de octubre de 2011

Crítica de discos: Pig Destroyer - Terrifyer (2004)

Son pocas las ocasiones en las que una banda hace lo que promete (salvo que seas Cannibal Corpse, claro, que de antemano ya sabemos qué va a hacer con demasiada exactitud).
Cuando uno oye el nombre de Pig Destroyer, uno no puede pensar en otra cosa que no sea el Grindcore, y además sugiere no tomarlos en serio porque no están muy bien de la cabeza, lo que es una verdad a medias, porque son especialistas en mostrar en lo musical que no están muy cuerdos. En pocas palabras: saben crear un caos en condiciones.
Y lo que es mejor, cumplen con el título de su álbum. La caja de ruidos que crean los de Virginia da auténtico miedo en ocasiones, Véase como prueba el desagradable grito de la Intro, que además no está puesto al principio inmediato, sino como enlace al primer tema real ¿que significa esto? Que los condenados te dan un susto de muerte.
Sería absurdo ir comentando todos los temas uno a uno, primero porque como todo álbum de Grindcore que se precie, debe tener una gran cantidad de temas, pero de corta duración, y segundo porque es como si todos los temas se juntasen en un sólo gran tema, tema lleno como no de desorden, gritos, una batería atronadora que en ningún momento cesa la intensidad (cosa bastante memorable y muy meritoria) y guitarras a la velocidad de la luz. Salvo algún interludio limpio como Towering Flesh (la más larga de todas y la única que se puede permitir un breve respiro). Todo el disco es una tormenta continua de ruido, esto puede ser un defecto, pues podemos escuchar el álbum de una pasada y no distinguir entre un tema y otro..... o una virtud, pues precisamente este es uno de los objetivos del Grindcore, hacer de la música algo desagradable y sólo apto para unos pocos. De todos modos sí podemos encontrar trazas de las influencias de estos chicos. Ciertas partes tienen un aire bastante Hardcore Old School, tipo Terror o Sick Of It All, e incluso Crustcore, principalmente por los chirridos de J.R. Hayes, con cierto "Deja Vu" a Extreme Noise Terror.
Pero si por un lado Terrifyer se encarga de afianzar ciertos tópicos clásicos del Grincore, desmonta otros, en concreto el de la técnica musical. Aquí bajo toda esa marea de ruido hay talento de sobra. No se antoja nada sencilla la velocidad en la que se desenvuelven los americanos para hacer canciones muy destructivas pero con un mínimo de coherencia musical. Para que nos entendamos, no llegan a tener la caradura de Anal Cunt (que no es malo, precisamente es un encanto) de hacer puro ruido sin sentido. No, aquí parece ruido pero no lo es. No obstante ninguno de sus miembros es ajeno al mundillo del Grind. Scott Hull, el encargado de las 6 cuerdas es el fundador Agoraphobic Nosebleed, que son el triple de destructivos que cualquier otra banda, tocando a una velocidad inhumana, al igual que el mencionado J.R. Hayes, que ha colaborado con dicha banda.
Terrifyer es un auténtico muro sónico, un muro fabricado de manera excelente que causa incluso dolor de cabeza y con más talento de lo que muchos creen y sobretodo desearían tener.
Los miembros de Pig Destroyer declaron que formaron la banda para traer de vuelta lo que el Grindcore debe ser, y con Terrifyer lo han conseguido de sobra, porque si esto es el Grindcore de verdad, da miedo.

Nota: 9