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domingo, 8 de abril de 2012

Crítica de discos: Disfiguring The Goddess - Circle Of Nine (2011)


Al escuchar este disco me sentí como aquel profesor que tiene simpatía por un alumno, pero no puede aprobarlo simple y llanamente porque el alumno no da la talla.
Ciertamente tenía ganas de hincarle el diente a algo de esta banda. Para quien no conozca que tiene de peculiar esta banda, le comento que está compuesta por una sola persona: Cameron Argon, que actúa bajo el sobrenombre de Big Chocolate, quitando lo ridículo del nombre, lo conocí a través de este video.
El otro que le acompaña es Jamie Hanks, de I Declare War, banda de Deathcore donde todo el talento está en la voz, porque en el apartado musical, mejor ni hablamos. Pero volviendo a nuestro amigo con tan peculiar nombre, enseguida me fije que era un hacha dominando los guturales muy profundos. Ni siquiera me echó para atrás su faceta de DJ y el haberse hecho famoso por hacer remixes de bandas como Suicide Silence o Whitechapel. Como vemos, un hombre asociado a toda la escena del Deathcore que tanto aprecio. Aún así, deje mis odios aparte y decidí escuchar algo de su banda, tenía ganas de oír esa fantástica voz en acción.
Eso sí, con semejantes características, estaba muy claro lo que iba a encontrar, Brutal Slam Death Metal, y sin embargo me llamó la atención ver en muchos lugares cómo catalogaban al álbum como Brutal Deathcore, pensé que tal vez sería por la fuerte asociación que este artista tiene con dicha escena.
A la hora de escucharlo, uno se da cuenta que la etiqueta le viene muy bien. Temas de Brutal Death con abundancia de breakdowns y con voces dobladas que tanto gustan por esos lares. Pero independientemente de que se cataloge como Brutal Deathcore, Brutal Slam o lo que sea, me he llevado una decepción enorme.
Lo malo de hacerte un disco tu solo es que las carencias que puedas tener a la hora de tocar determinado instrumento salen a la luz muy fácilmente.
¿Se salva algo en este disco aparte de la voz? Absolutamente nada.
Para empezar todos los intrumentos y la voz siguen punto por punto el riff principal, con lo que nos quedan temas muy monótonos y aburridos. El bajo realmente aquí no sirve de absolutamente de nada, la guitarra lo suple con creces, mientras que la batería lo único que hace es meter el pedal, y ya está, la única variación va a ser: o más rápido o menos rápido, y los riffs aparte de no ser nada nuevo, e intentar dar la impresión de que son lo más técnico del mundo, parece que tienen prisa por llegar a los momentos de slam, y de ahí no los saques.
Supongo que sabedor de que el disco podría hacerse monótono, Big Chocolate decide meter algunos momentos de pausa, como el solo de bajo de The Age Of The Seraphim o el teclado del comienzo de Breaching The Clone, intentando darle un toque de variedad y de exotismo a los temas, y se queda en eso, en un intento, porque además parece que están metidos por meter, como si le hubiesen obligado a meter las pausas y lo hubiese hecho de mala gana. Por mas que lo intenta estos momentos de pausa no pegan para nada.
Pero que nadie piense que esta mala crítica se la lleva por ser un disco de Deathcore o que yo no se de Brutal Death, conozco mejores ejemplos de Brutal Death y de Deathcore. Le pongamos la etiqueta que le pongamos, esto es un mal disco, un intento por ser el más bestia del barrio, que se queda en media hora de temas lineales. Cualquier tema podría pasar por otro perfectamente, o ser todo un tema de media hora, lo que sería bastante inaguantable.
Está claro que a Big Chocolate le vendría muy bien tener músicos de verdad en su estudio que puedan hacer temas decentes, porque que tengas una muy buena voz no significa que seas bueno en todo lo demás. Es una pena, pues a esa voz se le podría haber sacado mucho mejor partido.

Nota: 3