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sábado, 23 de febrero de 2013

Forgotten Tomb - ...And Don't Deliver Us From Evil (2012)


Evolución. Una palabra clave en la música, de la manera que se haga o deje de hacer es completamente subjetivo, al igual que nuestro parecer ante ellas. Lo único cierto es que es inevitable en mayor o menor medida. Queda en nosotros, pues, aceptarlo o rechazarlo.
Esta misma disyuntiva se nos presenta con la nueva obra de los italianos Forgotten Tomb. No es muy difícil encontrar en foros y páginas, opiniones que adoren el viejo sonido de los tiempos de Songs To Leave, y lamentando este cambio de sonido. Por otro lado, los que están de acuerdo con dicha transformación. Quien leyese la reseña que ya hicimos aquí hace unos meses de Negative Megalomania puede hacerse una idea muy clara de en que lado nos situamos. 
Ambas opiniones son respetables, claro está. Pero hay que reconocer que el cambio ha sido gradual y nada brusco, lo que suele provocar los manidos comentarios de "vendidos".
Me habría parecido bastante absurdo que se hubiesen quedado anclados en el sonido de su debut (seamos sinceros, ya en Love Burial's Ground ya se daban pistas muy claras de en lo que se convertirían más adelante, otra cosa es que muchos no lo vieran y no se quejasen en su momento), pues a ningún músico le gusta encasillarse, y la etiqueta de "creadores del Black Metal Depresivo" debe de ser agotadora de llevar, además de que te saldrán mil imitadores y todos querrán superarte. 
Este ...And Don't Deliver Us From Evil no es su mejor obra, pero demuestran que siguen ahí, dando guerra y con material de calidad.
Under Saturn Retrograde no era malo, ni mucho menos, pero tal vez demasiado Doom para lo que debería ser Forgotten Tomb, y se alejaban más de lo debido de la senda Black, tal vez muy melancólico y melódicom, que contrastaba bastante con el inmenso Negative Megalomania (pasaron cuatro años entre uno y otro). En el pasado 2012 han recuperado ese camino, y resulta una modernización perfecta para la banda. Desde luego más de un tema pasará a la historia de la banda.
Seguro que a muchos (como a mi) el tema de apertura les cogió completamente desprevenidos. El ritmo de Deprived parece una mezcla de Black y Groove Metal. Suena extraño decirlo pero es como si Pantera o Machine Head hubiesen nacido en Noruega (salvando las distancias, claro). No es un camino fácil, más aún cuando has cabreado a muchos anteriormente por no establecerte en un solo subgénero. Parece entonces un tema dedicado a avivar las llamas, más aún si encima la ponemos de inicio del disco. Lo único que empaña al tema es la mezcla, y es que en una base rítmica contundente, que sobresalga el bajo sobre las guitarras, le quita bastante fuerza.
Por suerte o desgracia, el resto de temas se moverán en la linea Black/Doom más habitual. Hay cosas que no cambian, como esas letras cargadas de negatividad y sarcasmo, prueba del peculiar estilo de escritura que tiene Herr Morbid, creador de este monstruo, y que según él, ha pasado por una época bastante jodida antes y durante la creación del disco. Desde luego, bastante inspiradas parecen las historias que cuenta en el librillo del álbum...
Otra cosa bastante evidente es las similitudes con los suecos Shining, tanto Redefining Darkness como este ...And Don't Deliver Us From Evil presentan características comunes. Pero me atrevería a decir que Shining han sido siempre un poco más "relajados" dentro de lo que cabe, dando bastante más protagonismo a las secciones acústicas y voces limpias, mientras que Forgotten Tomb siguen siendo todavía más directos. Como curiosidad, ninguno de los dos álbumes tiene un solo Blast-Beat. Prueba de que, aunque el núcleo está en el Black y el Doom, ambos tienen una visión muy personal de la música.
No hay más que ver el riff inicial del tema homónimo, que suena a Darkthrone 100% para oír que los italianos, en el fondo, no han cambiado tanto, siguen con sus comienzos asesinos para intercalarlos con partes intermedias más densas. En el fondo en lo que han variado ha sido en coger influencias distintas.
Siguen los medios tiempos con la capacidad de desquiciarnos como en Cold Summer o Love Me Like You'd Love the Death más cercanos a los viejos Forgotten Tomb, y que podrían haber entrado perfectamente en Springtime Depression sin problema alguno. 
Y como no, no faltan los momentos aptos para querer arrancarle la cabeza al vecino a golpes. Let's Torture Each Other, posiblemente el corte más agresivo de todos, se presta bastante a ello. 
Pero un disco de los italianos no puede venir sin su dosis de polémica (por si no lo es ya las perturbadoras fotos que trae el álbum...) Y es que nada más oír Adrift sabía que iba a haber algo. Los estribillos melódicos y pegadizos (algo que a priori parece algo incompatible con el concepto de este subgénero) han pesado mucho y algunos ya han tildado el disco de Black Metal gótico, otros han visto influencias de Type 0 Negative, que aunque me encantan, sigo sin ver dicha influencia por más que analizo la canción. No es más que un recurso más, que queda muy vistoso y si mal no recuerdo, no habían utilizado antes. No hay motivo alguno para preocuparse. Ahora, si todos los temas tuviesen estribillos así, durasen 3 minutos, estuviesen sobreproducidos y metiesen breakdowns, sí que sería para tener miedo. 
Coñas aparte, es un trabajo muy bueno, que hace justicia a lo que es la banda realmente, no es una vuelta a las raíces, ni mucho menos, pues quien pida esto sabe de sobras que reclama un imposible. Al que tenga la mente un poco abierta, le gustará.
Pero ante todo, que Forgotten Tomb sigan así, cabreando al personal.

Nota: 8'5

miércoles, 13 de febrero de 2013

Psygnosis - Anti-Sublime (2012)


Aquí está, un álbum de esos que nadie se esperaba, de una banda prácticamente desconocida y que, como quién dice, de la nada se han sacado un discazo, de esos que directamente son inclasificables. 
Para encontrar esta joya tampoco hace falta irse muy lejos, para más señas a la Borgoña francesa, lugar de procedencia de estos chavales. 
Pero para empezar, cabría señalar que esto empezó siendo un proyecto uni-personal, de la mano de Rémi Vanhove, el cual ya tiene otro proyecto llamado Euphorya. Esto podría explicar el por qué este Anti-Sublime busca ese sonido tan propio, tratando de huir de las etiquetas, y aunque no llega a ser completamente inclasificable (un arduo mérito que muy pocos realmente logran), desde luego juega bastante bien en la ambigüedad de varios géneros. 
También podría explicar el hecho de que para ser un debut, las ideas están muy bien planteadas, se sabe desde el primer momento desde donde hasta donde se quiere ir. A pesar de ser un disco experimental, no parece que tanteen con varias cosas a ver que les queda mejor. Aquí parece que la fase de "ensayo-error" ya la han pasado.
La pregunta del millón: ¿como mierdas se etiqueta esto? La respuesta es tan simple como frustrante, depende del momento de la canción. Los franceses son una de esas agrupaciones camaleonicas, que de un momento a otro mudan de piel con facilidad. Por si nadie se ha dado cuenta es un detalle que valoro bastante bien y que denota una inquietud musical bastante grande, esto es bien estimado siempre y cuando se haga de manera coherente. No hablo de la banda que acaba de empezar y coge todo lo bruto, rápido que le gusta, lo junta y a ver que sale. Para que os hagáis una idea (aunque para ello mejor escuchar esta fantástica obra) serían una especie de versión melódica de The Project Hate MCMXCIX. La diferencia está en que mientras los suecos se decantaban por unos samplers mucho más apocalípticos, jugaban con el contraste "bella-bestia" y en esencia eran una banda de Metal Extremo con bastantes elementos electrónicos y ambientales. Psygnosis prefieren algo más progresivo, tiran más por lo ambiental, dejando incluso partes mucho más tranquilas. Véase la acústica Wake Up con esos aires más oníricos... pero los elementos industriales (como esos samples de diálogos que le dan un aire más frío al disco y tan buen acompañamiento resultan) y el Death Metal siguen siendo elementales en la mezcla.
Phrase 2.11 comienza completamente calmada, dejando que todo fluya a su ritmo, hasta que se mete de lleno en un mar de Death/Doom denso, y cuando pensamos que será así todo el tema... nos llevan por senderos más técnicos que desembocarán a una sección que inevitablemente nos recordará a los Fear Factory más directos. Siguiendo con la cronología del tema, de manera abrupta llegamos a otra parte compuesta únicamente de una suave base electrónica y la voz limpia de Räphael Lietout, nada que ver con los registros que se ha marcado y marcará a lo largo del álbum, desde gutural más profunda, hasta un tono más rasgado. Con esta descripción cronológica de tan solo un tema, ya se demuestra la cantidad de influencias que pueden aunar. Eso sí, no hablamos nunca de temas cortos u accesibles, seis temas y tan solo uno baja de los ocho minutos, siendo Liquid Nebuula un mastodonte de quince minutos inabarcable mediante una descripción por este pequeño espacio.
Y aún así, decir que es una mezcla progresiva, industrial, death y ambiental no sería hacer completa justicia a todo lo que contiene el álbum, también trazos a otros subgéneros y a otras bandas. Pero es algo que se capta con las sucesivas escuchas. Porque como he dicho, esto es algo muy inmenso, son demasiados elementos y es mejor apreciarlos progresivamente.
¿Que se les puede achacar? Que han dejado el listón muy alto para ser un debut. No obstante, con bandas de este tipo, no creo que suponga un gran problema, pues capaces serán de mutar a una bestia completamente diferente sin darse ni cuenta.

Nota: 9'1

domingo, 10 de febrero de 2013

Thy Art Is Murder - Hate (2012)


Hemos vuelto, tras un mes bastante parado debido a obligaciones académicas, por fin puedo volver a este pequeño agujero de inmundicia. Ya lo echaba de menos y volvemos fuertes y con unas pocas ideas bajo el brazo, pero centrémonos en la obra de hoy.
Antes de nada, viendo el historial del blog, se que a más de uno que me conozca un poco se habrá extrañado bastante de ver a esta banda por aquí, y más aún este álbum. Todo tiene su razón de ser, claro está.
Y es que el caso de Thy Art Is Murder es uno de los más peculiares que he visto en el mundo de la música extrema, por no decir que no he visto otro caso como este. Haciendo un viaje al pasado Thy Art Is Murder se caracterizaron en su primera demo y su primer EP por ser el hermano perdido australiano de Suicide Silence. Ni que decir tiene que precisamente su EP Infinite Death sigue siendo bastante popular entre ciertos sectores... Sin embargo en 2010 con The Adversary directamente se marcaron uno de los mejores (por no decir el mejor) disco de este infame subgénero tan sobrepoblado de clones. Bajo la etiqueta de Deathcore Técnico se marcaron un discazo con todas las letras, lleno de riffs letales, mil solos y breakdowns  muy bien ejecutados (entre otras cosas, no se dedicaron a basar los temas en dicha técnica). Por supuesto dicha obra se ganó el respeto de muchos, como un servidor, al que no nos importaba en absoluto las etiquetas para disfrutar del álbum de estos monstruos australianos. 
Bien, casos de bandas que de una obra a otra dan un salto de calidad abismal para bien, hay unos pocos. Sin embargo que todo ese talento, a la siguiente obra decidan tirarlo a la basura y ofrecer un disco que ya de por sí solo representa todo lo malo del género y que en comparación con su predecesor es para ir a Australia y ejecutar a todos y cada uno de los miembros, pues eso no es nada sencillo de ver.
Por si no os habíais dado cuenta esta ha sido la mayor decepción musical que me llevé el año pasado (y mira que fueron unas pocas). Mucho esperaba de los chicos de Sydney que usaron nuestras espectativas para limpiarse el culo.
Investigando un poco en el por qué de este cambio tan radical y a mal, descubrí que el guitarrista Gary Marlowski fue expulsado en 2010 por robar a los otros miembros, así que por el cambio supongo que este Marlowski sería el principal compositor de The Adversary. Digo yo que lo suyo habría sido encontrar a otro guitarrista con ideas similares, y no al típico que solo piensa en breakdowns para rellenar un tema. 
Desde el tema de adelanto Infinite Forms meses antes ya se notaba que la decepción podía ser épica... pero no tanto.
Hablamos de temas que podrían ser intercambiables el uno por el otro, por eso de que oímos el mismo puto breakdown durante todos los temas. Mientras que en 2010 riffs buenos había de sobra, aquí de vez en cuando oímos alguno, y que sean de calidad podría contarlos con los dedos de una mano. El inicio de Gates of Misery es francamente bueno, pero luego se diluye rápidamente en lo mismo de siempre. 
Eso sí, es un álbum sincero, porque en cuanto pasan tan solo dos segundos del tema y ya meten el primer break, no te crean falsas expectativas, sabes que vas a encontrarte una auténtica basura. Y si, tengo que usar estos términos tan duros porque si has demostrado un nivel tan alto en tu anterior obra, significa que en la siguiente eres o debes ser capaz de producir al menos algo igual y como mínimo mejorarlo. Pero no ponerme una obra digna del chaval que tiene que alisarse el flequillo antes de salir de casa y no ir a conciertos más allá de las nueve de la noche porque a las diez tiene que estar en casa. 
¿Si hay temas buenos? Sinceramente, no. Tan solo el tema de inicio Reign Of Darkness es pasable, en parte gracias a ese mini solo de batería que contiene, que no quita el hecho de que está basado 100% en lo mismo de siempre. Será porque es el tema del vídeo y me resulta más potable, pero poco más.
El otro que tal vez se mereciese el aprobado raspado es Doomed From Birth que cierra el disco con una parte acústica y un breakdown bastante bien conseguido (el único decente del álbum o al menos de los pocos) que al menos nos demuestran que unos cuantos segundos decentes se pueden lograr. 
En cuanto al par de colaboraciones que encontramos a las voces, tampoco mejoran demasiado la cosa. Encontramos a Nico Weber de War From A Harlot's Mouth y a Joel Birch de The Amighty Afliction, así que vamos, os podéis imaginar que van en la línea de calidad del álbum...
Hay algo en lo que si han mejorado en Hate. Hablo de la producción del álbum que es impresionante, un sonido cristalino y potente, que mejora bastante lo anterior pero con el material que tenemos pues da la sensación de que es una producción malgastada. 
Gracias a la producción engaña y mucho, y con un sonido tan nítido la primera escucha puede resultar pasable pero a poco que escuchemos con atención, nos vamos a aburrir bastante con el disco (dudo mucho que alguien se lo escuche entero más de dos veces siendo mayor de edad), con una sensación de deja vú constante y de falta de ideas alarmante para una banda relativamente joven y que han demostrado que lo pueden hacer mil veces mejor. Se han lanzado al público más fácil, y que disfruten de esta acogida rápida, porque desde luego han perdido muchos apoyos y han defraudado bastante. 
Posiblemente si no hubiesen sacado The Adversary habrían tenido mejor nota, pero habría pasado de ellos al ser la típica y tópica banda de Deathcore. Sin embargo las comparaciones duelen, y mucho. Escuchad primero esta obra y después la anterior. Esperemos que todo esto les sirva para reflexionar y tomar una senda mucho más interesante en el tercer disco. Más les vale si no quieren ser flor de un día.

Nota: 2