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lunes, 15 de octubre de 2012

Crítica de discos: The Faceless - Autotheism (2012)


Prácticamente The Faceless es una banda completamente distinta a la que produjo el entretenido debut Akeldama allá por 2006. Sólo queda la cabeza pensante del proyecto, el señor Michael Keene que ha demostrado con creces que su banda puede sobrevivir a pesar de todas las dificultades, como los innumerables cambios de formación en los últimos años.
Aún así y con la gran evolución que han pegado los americanos de un disco a otro (cuatro años de diferencia se notan bastante), mantiene ciertas señas de identidad "clásicas" de la banda.
Me explico, siguen sonando a The Faceless pero ahora sus influencias han cambiado notablemente.
Para empezar, sobre los americanos siempre ha habido bastante recelo por ese fuerte influencia Deathcore que tenían en su debut, y que hacía que su público objetivo fuese el mismo que escucha Veil Of Maya, After The Burial, Born Of Osiris... vamos Deathcore con teclados y con un poco más de complejidad en los solos. Aún así y en mi opinión, The Faceless siempre han sido superiores a todas las bandas de "su escena", por si acaso, esa influencia "moderna" ha ido desvaneciéndose de manera progresiva hasta desaparecer completamente en esta obra. Como antes dije, ahora este trabajo mira más hacia Obscura, Decapitated u Opeth, en especial las similitudes con estos últimos son bastante evidentes y buscadas. Esto también tiene sus riesgos, pues implica examinarse ante un público bastante erudito, que no perdona el mínimo traspiés. Sin miedo a equivocarme diría que, aunque sin superar a sus maestros se han sacado de la manga un álbum bastante competente y que sin duda vapulea a muchos contemporáneos con sus ideas tan claras.
Con tan sólo 40 minutos de duración se convierte en el disco más largo que han hecho, pero paradógicamente resulta ser bastante corto para lo que acostumbra ser un disco de Metal Progresivo (incluso en su variante más extrema). Lo bueno que tiene es que si nos ha gustado, nos dejará con ganas de más, y si no nos ha gustado... pues poco tendremos que aguantar el tormento. Seguramente gracias a su breve duración y que no es demasiado difícil de digerir, podría introducir a unos cuantos en el mundo del Metal progresivo. Tan sólo seis temas, si contamos la canción homómina, dividida en tres partes y con la nada despreciable duración de 17 minutos, más una intro y un tema de minuto y medio.
Lo que sí echo de menos es la agresividad que contenía su primera obra y todavía la segunda conservaba. Pero es el mismo mal endémico que veía yo en Opeth, si siempre les veía poco de Death Metal, a medida que pasaban los discos, esa faceta extrema iba borrándose cada vez más, y no, ese Heritage de Opeth no me pilló por sorpresa.
El disco empieza de una manera bastante inusual, la primera parte de Authoteism comienza por su parte más tranquila, Create. Con una melodía de piano a la que se unirá algo más de instrumentación para ir "in crecendo" hasta que arranca una suave guitarra límpia... con la voz limpia de Keene, que en esta primera parte será quien tenga todo el protagonismo, en detrimento de Geoffrey Ficco, el encargado de las guturales en el álbum y que adquirirá más protagonismo cuando estalle Emancipate, la segunda parte donde podemos escuchar de verdad a los The Faceless con esa agresividad renovada, con todos los elementos que vamos a encontrar en el disco. Blast-Beats no abusivos, shreds por doquier, juego de voz límpia/gutural, que aunque ya está bastante manido no hay que negar que cada una de las dos voces hace su trabajo estupendamente. Y como no, bajadas de intensidad con cierto toque blues para dar algo de variedad y de respiro. Realmente estas son las mejores partes, donde los músicos tienen algo más de libertad en sus mástiles y baquetas más allá del propósito de dejarte sordo a base de decibelios y distorsión.
No es extraño, ni mucho menos ver un tema de Death Metal con ciertas influencias Jazz, eso ya lo inventaron Atheist y Pestilence a principios de los 90. Y si bien es cierto que The Faceless no crean nada nuevo en Deconsecrate, ni siquiera al añadir un solo de saxo en la parte final del tema. Hay que reconocerles que desempeñan muy bien este cargo de "Jazz Metal". Si se hacen bien las cosas, da gusto oírlas, aunque no estén a recién estrenar.
Accelerated Evolution aporta un poco de variedad con esa introducción industrial bastante extraña, sin embargo después vuelve a cauces más conocidos con el riff principal donde los dedos suben y bajan como si nada, y con un estribillo limpio que resulta ser bastante pegadizo, y vete tú a saber por qué, me recuerda a esas bandas de Metalcore progresivo que últimamente estan surgiendo... Tras Ten Billion Years que sigue los pasos de su antecesora (como vemos por el título, estos chicos siguen indagando en la ciencia a la hora de encontrar temática), y la muy prescindible intro Hail Science llega Hymn Of Sanity, que a pesar de que dura tan sólo minuto y medio, no nos encontramos con algo más orientado al Grindcore, simplemente es como si condesásemos todo el disco en un lapso tan corto. Tema curioso cuanto menos.
Y como si de un círculo se tratase, empezamos con un tema tranquilo, y acabamos con el más melancólico que responde al nombre de In Solitude, que arranca con una guitarra acústica y la suave voz de Keene otra vez, donde poco a poco irá "haciéndose fuerte" pero desde luego no apretarán el acelerador al máximo, dejando que predomine la melodía y los sonidos limpios.
¿Es un disco previsible? Pues incluso viendo los dos álbumes anteriores, era difícil que hubiese este salto de calidad tan grande. Que no se malinterprete, tanto Akeldama como Planet Duality eran muy buenos álbumes, pero con este han pasado a jugar a otra liga aún mayor, ya no quedan referencias a las bandas con las que los asociaban habitualmente. Poco de "-core" pero mucho de Progresivo. Veremos en qué se queda esta afrenta a los grandes del género, de momento es un paso muy firme.

Nota: 8'4