Buscar este blog

domingo, 2 de diciembre de 2012

Dragged Into Sunlight - Widowmaker


Si el mundo se acaba este 20 de diciembre, parte de la culpa la tendrán estos terroristas sonoros, mote que en diversas páginas especializadas se acuña ya para describir las locuras de estos británicos (viendo sus fotos promocionales y si sumamos que lo único que se sabe de sus miembros es su pseudónimo de una sola letra, el nombre les viene ni que pintado) que de nuevo han vuelto con una obra cuanto menos, indescriptible.
Su debut, Hatred For Mankind, cogió a todo el mundo por sorpresa, nadie esperaba un trabajo tan denso, oscuro, aterrador y que hiciese tanta justicia al título del disco. Porque el álbum escupía odio por los cuatro costados. Pero no escogieron el camino fácil, sino un camino de lenta agonía, con golpes de guitarra pesados y destructivos, y un discurso de misantropía ayudado por una curiosa colección de samples de discursos de asesinos en serie y psicópatas.
Han hecho falta tres años para tener un sucesor de esa abominación difícil de superar, y desde luego se han tomado su tiempo para crear una digna continuación.
Para empezar ya se han superado en rareza, no solo por la abstracta portada, que desde luego nos dice que este disco será de todo menos convencional, sino que lo que nos presentan es ni más ni menos que un sólo tema de 40 minutos dividido en tres partes. Aparentemente no tiene nombre, así que lo dejaremos en que esta única canción se llama como el disco en cuestión.
Idea muy arriesgada, desde luego, incluso para bandas tan peculiares como esta. Porque siendo sinceros ¿como los catalogamos, Doom/Black, Doom/Death, Dark Doom...? El Doom es la base, pero a partir de ahí tienen vía libre para introducir todos los horrores que quieran. Y precisamente en ese punto de libertad absoluta en donde les han caído los palos.
El primer tema no tiene absolutamente nada que ver con lo que han hecho anteriormente los de Liverpool. Unas notas sueltas de guitarra abren el álbum entre silencios, que poco a poco se convertirán en un suave acorde y donde de fondo oiremos ya el primer sample de algún perturbado, sello de identidad inconfundible y que desconcierta aún más, pues suenan como fantasmas que se cuelan en la canción de vez en cuando.
La segunda guitarra vendrá un poco más tarde y por primera y única vez en todo el álbum nos parecerá que estamos escuchando algo "normal". Hasta que el cambio de ritmo nos indica que algo no va bien, y descendemos poco a poco a los infiernos. Un violín que hiela la sangre y que acabará por tener todo el protagonismo en esta parte nos confirma nuestros peores temores. El problema que muchos le ven es que se recrean demasiado en esta sección tranquila, unos respetables 14 minutos de música acústica, en vez de volver a la oscuridad que tan característicos los hace.
Sinceramente creo que estas críticas, aunque respetables, están fuera de lugar, si lo han hecho así, por algo será. Supongo que la historia que cuente el tema lo resumirá, pero todo se queda en suposiciones porque como siempre, la letra (si es que la hay) no ha salido a la luz aún, y dudo que lo haga pronto.
Por "suerte" para nosotros en la segunda parte vuelven a ser lo que eran. Doom oscuro y aplastante, con esas voces que oscilan entre el Black y el Death y ese muro de sonido que nos mete de lleno en el infierno y no quiere sacarnos de ahí. Eso sí, aquí también se toman su tiempo y se recrean en las atmósferas los minutos que sean necesarios, así que dudo que el que no haya aguantado el primer tramo, dudo que lo haga en este segundo, por muy Metal que sea. Lo curioso es que la segunda parte te atrapa del todo y al final del tema acabas completamente enganchado, en otras palabras, podría durar 30 minutos y ni nos daríamos cuenta.
La parte tres raya incluso el Drone en algunos momentos, cuando solo se apoya en una línea de bajo distorsionada, seguida por esos ritmos funerarios que predominan por todo el tema. Si la parte dos os pareció lenta, la tres es el adalid de la alegría, mostrando algo más de dinamismo en su minutos finales, es menos directa que la parte dos, y se centra en la parte ambiental. Todo esto hablando en términos relativos, claro, tanto uno como otro tema siguen siendo auténticos monolitos sonoros.
No me gusta hacer listas, pero está claro que los DIS se colarían entre los mejores del año. Todo lo que hacen en el álbum, nos guste o no, sirve a un propósito que no entendemos, y como vuelvo a decir el primer tema no es excusa para meterle caña, pues el último tema de Hatred For Mankind consistía en un zumbido constante mientras sonaba un sample durante cinco minutos, de nuevo, su propósito tendrían para hacerlo. Aquí nada es casual, todo tiene su por qué. Lo importante es que siguen con su Doom Metal de ultratumba y siguen siendo capaces de dejarnos en el infierno y cerrarlo a cal y canto.

Nota: 9