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lunes, 19 de noviembre de 2012
Deathevokation - The Chalice Of Ages (2007)
Es curioso pero con Internet se ha dado una curiosa paradoja en cuanto a la música.
Antes uno tenía que escoger muy bien que álbum comprar pues no había la cantidad de información disponible como ahora y prácticamente compraban a ciegas. Hoy día descargamos a ciegas por la sobreabundancia de información. ¿Cuantas bandas de Death Metal hay hoy día, y cuantas merecen la pena?
Ahora hay que escarvar en el montón para encontrar algo interesante, y lo peor en ese sentido es que no siempre el país es indicativo de la calidad. Aunque Suecia, Finlandia o EEUU siempre han sacado buenas bandas, no quita que haya bodrios, la diferencia con respecto a antes es que cualquiera se publicita hoy, sean malos o buenos. Igual encontramos una banda de Kazajistan que están haciendo un Thrash Metal innovador y distinto a todo lo demás. Tal vez por eso, encontrar joyas ocultas actualmente es toda una alegría, y ese por ejemplo es uno de los propósitos de este pequeño pozo de inmundicia musical en el que estáis perdiendo el tiempo.
Deathevokation no son de ningún país extraño, son de EEUU, que ha dado de todo, tanto bueno como malo. No obstante, ya por el nombre, podemos intuir fácilmente que sus referentes no son compatriotas, sino que vienen de la fría Suecia, tal y como podemos comprobar fácilmente por su sonido.
No obstante no todo se queda en una adoración a los dioses suecos, aunque haberla hayla, no son pocas las similitudes que hay con Entombed, Dismember o Unleashed, e incluso hay espacio para más Death Metal europeo con una versión del Chunks Of Meat de los holandeses Antropomorphia. En pocas palabras, de americanos tienen bien poco, por lo demás rezuman a europeo que da gusto.
Aunque suene extraño, el adjetivo idóneo para este álbum sería "bello". Los americanos se mueven entre el Death de la vieja escuela y el melódico, porque solos que parecen inspirados por los últimos Carcass o los viejos Arch Enemy hay unos pocos, al igual que riffs sacados de la escuela de Gotemburgo, algo que notamos desde la introducción de Rites Of Desecration, arrancando con una siniestra melodía que parece idónea para pasear por una mansión en las Montañas Arklay...
Es importante recalcar el hecho de que es un álbum de los que deben escucharse de una pasada. Es una hora de Death Metal, si, pero es mejor hacerlo para no romper los interludios en el disco que hacen que sea como un sólo gran tema. Ni mucho menos este recurso es novedoso, pero es algo que no se suele usar en el Metal Extremo "convencional". Ahí está una de las bazas de los americanos, sobretodo porque nadie lo espera de una banda más de Death Metal, sorpresas amigo, sorpresas...
Así por ejemplo, tras dos temas más de la vieja escuela sueca como son Acherontic Epitaph y The Monument, esta última enlaza con una breve introducción ambiental para Embers Of A Dying World, un corte un poco más orientado al Doom que parece ser les encanta a estos chavales que acaba con un interludio acústico más propio de los primerizos Dark Tranquillity y At The Gates, el cual encaja perfectamente con la melancólica The Chalice Of Ages que tampoco se queda corta en duración y roza los nueve minutos. Pero como no todo puede ser soledad y tristeza Infinity Blights The Flesh vuelve para arrancarlos la cabeza con un ritmo rapidísimo que progresivamente irá reduciendo intensidad para recordarnos a los primeros Paradise Lost y My Dying Bride. Curiosamente Carrion seguirá el camino contrario, de una guitarra acústica que recuerda más a [introduzca banda europea], a finalizar abruptamente a base de Blast Beats y velocidad desbocada.
Tras la antes citada versión de Antropomorphia, la cual hacen suya con ese aura tan oscura que imprimen en todo el disco, llega la joya de la corona. Un himno de diez minutos con un nombre que lo dice todo, As My Soul Gazes Skywards. Doom/Death melancólico, triste, pero sobretodo elegante y bello, donde no sobra ni un sólo segundo y que justifica por completo la escucha del álbum completo solo para llegar al final.
Sería muy fácil ir describiendo las distintas partes de la canción, bien diferenciadas, pero prefiero crear expectación para el que no haya descubierto aún este pequeño tesoro.
¿Lo peor del álbum? Que cinco años después no haya tenido continuación, y no parece que vaya a haberla aún, porque esta hora deja con ganas de mucho más, con qué serían capaces de hacer con mejores medios. Aquí hay talento para hacer un Death Metal distinto, muy imbuido por la corrientes europeas, y aunque no serán lo más novedoso del mundo, más gente como ellos se necesita.
Nota: 9
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Absvrdist - Illusory (2012)
Lo bueno de tener un pequeño blog de música y además poner un correo para todo quien quiera envíe material para promocionar a su banda, ya sea propia o de su sello (recordad, el mail que teneis en el recuadro de vuestra derecha) es que las discográficas pequeñas no escatiman para hacerte llegar sus novedades para que les des publicidad. Lo malo es que envían tanto que es imposible mirarlo todo, y más aún cuando suelen ser bandas similares. Así que como en los viejos tiempos hay que escoger casi a ciegas y guiándose por la primera impresión para escoger algo que valga la pena... y aquí veis el resultado.
Los de Abyssal Warfare, entre muchos otros trabajos me enviaron el debut de esta banda de Grindcore con un sonido cuanto menos curioso.
Este proyecto de tan solo dos miembros, además de ser uno de ellos el batería de The Faceless, me hacía presagiar que aquí no había tan solo unos novatos con ganas de reventarles el tímpano a los vecinos a través de descontrolado Grind.
De hecho a día de hoy me sigue sorprendiendo como de un subgénero del Hardcore que en principio parecía muy limitado musicalmente, a través de diversas fusiones y mucha experimentación ha llegado tan lejos que por ejemplo, nada tienen que ver Last Days Of Humanity con Rotten Sound o Agoraphobic Nosebleed. No es que el Grindcore sea propenso para experimental, es que se mea en las fronteras de los géneros establecidos, y si no, hay que mirar las "burradas" que se han hecho en el nombre del Grindcore, algunas de ellas incluso difícilmente podrían ser consideradas música propiamente dicha, aunque eso es otra historia...
Absvrdist no van a cambiar el género, pero traen una propuesta bastante entretenida. No en la estructura de los temas, que siguen rondando el minuto, minuto y medio, menos el tema que cierra el disco, Abstract Absurdities que llega a los cuatro minutos de sobra, el único corte donde no meten acelerador a tope y lo orientan más riffs más Groove, terminando incluso con una guitarra acústica en los últimos segundos.
Absvrdist no es la típica banda de Goregrind, para empezar porque la voz se mueve entre el Hardcore y el Black Metal y no busca ese sonido gutural de ultratumba.
Los riffs también se mueven por ese espectro, haciéndonos por pensar por unos segundos que estamos escuchando esos pasajes más típicos de Dark Funeral o Immortal, hasta que un Blast-Beat 100% Grind nos devuelve a la realidad. Ejemplos de estos hay unos pocos, como Exposure, Mindless, Amongst Human, o Illusory. Lo mejor es que estos "deja-vú" a otros géneros musicales son muy breves y pronto el tema puede pasar a contener riffs más similares al Hardcore o incluso al Thrash. Podría seguir poniendo ejemplos, pero lo cierto es que todos los temas contienen esa "semilla" en ciertos instantes.
Pero que a nadie se le olvide que al fin y al cabo que la base es Grindcore y los elementos anteriores son tan sólo influencias y aquí lo que vale es poder abrirle la cabeza al de al lado con la música. Sigue siendo música agresiva, abrasiva, y preparada solo para oídos bastante entrenados en estas lindes. Pero con un envoltorio relativamente novedoso, hecho para dar un poco de variedad ante tanta batería desbocada, tanto riff hipersónico y voz ininteligible.
Nota: 7'5
jueves, 13 de septiembre de 2012
Crítica de discos: The Human Abstract - Digital Veil (2011)
El disco que presento hoy podría verse como una herejía, o como un perfecto ejemplo de cómo romper prejuicios. El ¿como se os ocurre mezclar esto? en perfecto estado. Una banda que adoras por lo que se han atrevido a hacer o los desprecias, no hay más. Parecerá una tontería, pero hasta que estos chicos llegaron, a nadie se le ocurrió mezclar el Metalcore con la música clásica.
Es una herejía por el motivo de que muchos de vosotros, al ver un disco de Metalcore seguramente os venga a la mente los típicos críos con pintas que han montado su banda en el instituto y son incapaces de aguantar más de cinco segundos sin meter un breakdown. Lo sé porque en más de una ocasión he dejado patente mi opinión sobre el tema, y no podía entender cómo de una escena donde la mayoría de bandas no escuchan más que Hardcore del montón, y creen que ya lo saben todo sobre música extrema por haber escuchado el Kill de Cannibal Corpse, era capaz de producir una banda como esta. Si ni siquiera escuchan música más allá de este siglo, ya ni pensemos en los grandes compositores. Pero es que, resulta que los miembros de la banda son unos eruditos de lo clásico. Es decir, querían aprovechar sus conocimientos en su música. No, no son los primeros en poner en práctica las enseñanzas de Beethoven y compañía a la música, pero resulta que todos están íntimamente relacionados con el Power Metal, que si Yngwie Malmsteen, Symphony X, Cacophony... Simplemente a nadie se le había ocurrido o atrevido a sacar el elemento neoclásico y ponerlo en un subgénero tan moderno, y sobretodo tan polémico. Además, porque resulta ser un desafío juntar dos géneros que no tienen absolutamente nada que ver, lo que en definitiva es, salirse de los cánones habituales. Y lo que en principio es toda una ofensa y una mancillación de los grandes músicos de la historia, se queda en un ejercicio de buen gusto y saber hacer.
Tanto es así que la etiqueta de Metalcore me parece incluso innecesaria. Podría pasar por ser un álbum de Metal neoclásico, o símplemente Metal progresivo, solo que con bastantes elementos modernos. Aunque curiosamente no creo que su público objetivo esté con los que habitualmente escuchan All That Remains o Killswitch Engage.
Pero tampoco es innegable que estos elementos modernos están muy patentes, como el tema homónimo, que posiblemente sea el que mejor se ajuste a la definición de Metalcore que conocemos. Eso no significa que vayamos a encontrar momentos para hacer moshpit, o letras sin sentido tan típicas de este género tan querido por estos lares. Esto no es un ejercicio de Metal extremo, sino de Metal elegante, no hay más que oír Antebellum y su suave guitarra de inicio. No llega a mostrar una gran intensidad, pero es que no lo necesita, ahí está su encanto. La agresividad siempre va a estar amortiguada siempre por la guitarra solista con algún melódico o con shredding, cogiendo bastante protagonismo. Algo necesario, porque a veces con tanto breakdown, no es todo lo consistente que debería ser, y a la larga se hace algo repetitivo. Uno de los pocos puntos negativos de este disco, no hay que olvidar que el Metalcore, aunque muy melódico, sigue presente, y si uno no es muy afín a este subgénero, puede resultarle un tanto cansina la escucha.
Aunque posiblemente lo mejor de estos californianos es cómo van subiendo y bajando la intesidad de los temas de una manera bastante cohesionada. Tenemos Faust, donde pasamos de una parte bastante Hardcore, y enlazando mediante los shreddings y los estribillos melódicos llegamos a otra sección de piano. Nada que suene metido a lo bestia, sino de manera progresivamente, nos llevan si que nos demos cuenta. O también en la atmosférica Holographic Sight, con ese balance entre tranquilidad absoluta y parte principal machacona. Como he dicho antes, esto no es Metal extremo, y no hay contrastes brutales donde uno al oír piense "¿que ha pasado aquí?". Eso lo dejamos para Cryptopsy o Cephalic Carnage, bastante más experimentados en meter esquizofrenia en sus discos. Salvo en el tema homónimo, en los demás tenemos el placer de experimental estas subidas y bajadas de intensidad.
Donde sí hay contrastes más acentuados es en la voz de Travis Richer, una lástima que actualmente no esté en la banda, porque su trabajo aquí es digno de mención. No se le nota desentonado ni en las guturales, ni en las raspadas, y consigue que su voz limpia sea bastante melódica y agradable de escuchar, incluso su voz limpia es mejor que los otros registros. Está claro que en una banda de Death Metal puro y duro nunca entraría, pero se defiende a la perfección donde muchos otros fallan.
Parece una tontería, pero los americanos han cogido algo relativamente sencillo y se han dedicado a complicarlo. Se nota que estos chicos llevan horas de escucha a los grandes maestros, porque esto respira técnica musical por los cuatro costados. Tanto les gusta complicarse la vida que ya vemos cómo han adaptado la música clásica a un subgénero nada habitual. ¿Por qué no lo han hecho con algo más coherente como el antes mencionado Power Metal? Porque sería demasiado sencillo.
Nota: 8'5
viernes, 22 de abril de 2011
¿Nunca más?

Pensaba hacer mañana esta entrada. sin prisas, sin estrés. Iba a hablar sobre la sorprendente salida de K.K. Downing de Judas Priest. Noticia impactante, sin duda, tras 30 años en la banda, siendo uno de los miembros primarios y se va justo antes de la gira de despedida. Pero acabo de oir otra noticia aún peor y que pone en serio la estabilidad de una de mis bandas predilectas: Nevermore, porque hoy mismo me he enterado de que el batería Van Williams, que si bien no era el batería original, ha estado en la banda desde el primer álbum, y por si fuera poco, el genio de la guitarra Jeff Loomis, responsable en gran parte del sonido de la banda, también abandona el barco. Y ahora ¿qué? Se han ido dejando un escueto comunicado diciendo que debido a problemas internos con la banda y ciertos acontecimientos han decidido coger caminos distintos. Eso es todo, de momento no han anunciado reemplazo, y la banda (bueno, los dos miembros que quedan: el bajista Jim Sheppard y el cantante Warrel Dane) no han dicho nada aún. Esto de que el guitarrista original y creador de gran parte del sonido de la banda, abandone la formación me suena de algo, sólo espero que en los días siguientes no veamos declaraciones cruzadas en Blabbermouth.net....
Pero los problemas en Nevermore, vienen de un tiempo a esta parte: Algunos dicen que todo empezó por las críticas al nuevo álbum por parte de los fans (seré de los pocos a los que les gustó el nuevo disco, The Obsidian Conspiracy, es más ¿esta gente tiene algún disco malo?). Pero me huelo que las cosas empezaron a torcerse cuando Dane y Sheppard decidieron reunir a su vieja banda de Power Metal: Sanctuary. El por qué se molestarían los otros dos no tengo ni idea, ni siquiera sé si esto fue problema, pero en caso de que lo fuese, supongo que sería tipo "le estas haciendo más caso a esa banda que a la tuya" y cosas por el estilo. Pero ya algo raro se intuía cuando en el concierto 70.000 tons of Metal, que se celebraba en un crucero (si, un crucero) tocó con Sanctuary, pero no con Nevermore en el festival. Aún así, se embarcaron en una gira por Europa y después en EEUU con Symphony X. Todo iba según lo previsto.... hasta que de pronto anuncian que se cancela un concierto en San Francisco, el 8 de mayo. Lo extraño es que era una fecha en medio de la gira, cuando entraría dentro de la lógica que fuese al principio o al final, para ocuparse de un disco nuevo o algo por el estilo, lógicamente los rumores florecieron por todos lados. Por desgracia para sus fans estadounidenses se quedaron sin gira (con lo que jode que te cancelen un concierto). Algo muy gordo tenía que estar pasando. Hoy sabemos el por qué. Después de esto le quedan dos opciones: dejarlo, pues Nevermore son una fuerza colectiva, y realmente sin uno de sus miembros (no cuentan los guitarristas que no sean Loomis, esos los han tenido a patadas) o continuan, a pesar de que no sería lo mismo y cada paso que diesen los Nevermore post-Loomis sería comparado y criticado hasta el extremo con lo Pre-Loomis, y no nos engañemos, sabemos perfectamente que pasaría esto. Perderían fans, les llamarían vendidos y bla, bla, bla. Pero por otro lado si no siguen sería una lástima no volverlos a ver en directo, ni publicar nuevas obras ni nada. Hagan lo que hagan habrá guerra, si hacen una cosa mal, y si hacen la otra peor. Si se va K.K. Downing de los Judas Priest, independientemente del valor simbólico que tiene esto, y que nos estemos haciendo preguntas del por qué, la realidad es que ellos pueden seguir, como si nada hubiese pasado, ahí tenemos que no se ha suspendido una sola fecha de la gira, pero lo de Nevermore es algo muy serio, estamos hablando de la desaparición de una banda con una calidad sobresaliente, que han llevado el Thrash Metal y el Metal Progresivo a otros límites, y sobretodo, que tienen todavía vida útil.
Personalmente soy de los partidarios de que sigan, no he podido verlos en directo, y no quiero morirme sin verlos, así de claro. No será lo mismo, por supuesto, pero es esto, o lo tomamos o lo dejamos.
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