Buscar este blog

domingo, 30 de septiembre de 2012

Comercialidad.


Hace poco, en esa famosa red social conocida como Twitter, ví el perfil de un chaval que, por qué no decirlo, era todo tópico. ¿Todo tópico, de qué? os preguntareis.
Bien, alguno de mis lectores, principalmente los que ya estén en la veintena o la hayan ya rebasado y lleve bastante tiempo metido en el mundo del Heavy Metal y derivados, habrá notado una especie de "corriente" que ha surgido por diversas redes sociales y páginas web como Desmotivaciones o Cuanta Razón. Los que integran esta corriente suelen ser chicos/as de edades comprendidas entre los 15 y 18 por norma general. Sus gustos pueden ir o bien con los movimientos musicales más modernos como el Metalcore y el Deathcore, o grupos más "clásicos", con los que uno se inicia en todo esto, como Metallica, Iron Maiden, AC/DC, Megadeth, Mago de Oz, Saratoga, Slipknot, Avenged Sevenfold, Linkin Park, etc. Se les suele conocer como posercillos, cagacadenas, o simplemente niñatos.
Algo completamente normal, pues hace poco que han conocido todo este mundo, y aún están en el cascarón. Un servidor, sin ir más lejos, con 15, 16 y 17 conformaba su mundo con Metallica, Slayer, Megadeth y Linkin Park, básicamente, y si quería ir en modo cafre, pues Cannibal Corpse y Death.
El problema es que en esta era de internet y más aún en la era de redes sociales les ha dotado de una característica, que yo al menos no tenía, y quiero pensar que los de mi generación tampoco. En estos chicos noto una prepotencia y una soberbia bastante grandes, como si ya lo hubiesen descubierto todo y ya fuesen los más jebis del universo. El joven del que hablaba, aunque he visto muchos más como el, era el tópico perfecto de lo que os cuento.
Esto en Twitter, por ejemplo, se convierte en un perfecto caldo de cultivo para una batalla. El chavalín dice algo que demuestra su ignorancia en este asunto, y en cuanto alguien más metido en estos asuntos lo ve, procede a ponerlo en su sitio, y lógicamente esto nunca queda en una batalla de dos, sino que se van sumando y sumando integrantes a los bandos... la vieja historia del pez grande que se come al pequeño (un melómano de treinta años o más a mi me daría una paliza con sus conocimientos, de eso seguro).
Una de las cosas que decía este chaval es que Slipknot no eran comerciales, y de nuevo, es algo comprensible, no tiene mucha abertura de mente como para saber que esa banda encabeza todos los festivales (y han hecho el suyo propio), sus ventas de discos les hacen ser el niño mimado de Roadrunner, y podrían llenar un estadio perfectamente. Y aunque parezca una burrada decir eso, es comprensible, es algo distinto a lo que escuchan sus padres y familiares, es distinto a lo que le ponen en cualquier cadena de radio fórmula generalista. Esto me ha llevado a reflexionar sobre qué es comercial y que no. Es un concepto fácil de entender aparentemente, pero con muchos factores que lo hacen ser más complejo de lo que parece.
La definición básica es que comercial es todo aquello que vende.... pero esto es relativo.
Bruce Springsteen vende millones de discos y es capaz de llenar el Santiago Bernabeu él solito con su banda. Metallica ha ocupado el Palacio de los deportes de México en ocho noches este pasado verano. AC/DC... mejor que hablen los números de ventas del Back To Black. Por otro lado, Katy Perry ha sido capaz de atestar el Madison Square Garden, y Lady Gaga es otra que tal baila.
Sé que acabo de decir una blasfemia brutal, metiendo a Lady Gaga y al Boss en la misma frase. Pero es que todos artistas son comerciales. El problema es que tenemos un concepto muy cerrado que implica que comercial significa mierda. Metallica es una buena banda, aunque tenga sus discos basura, y llenan estadios. Katy Perry, a pesar de ser una de mis fantasías sexuales, también llena estadios y en fin, en cuanto la gente se canse de ella no sobrevivirá en la industria musical.
Donde quiero llegar a parar es que la comercialidad no siempre es un factor determinante a la hora de decidir si tal artista es bueno o malo. No tenemos que ver lo comercial como si fuera Satán. No vas a ser menos true del infierno porque te guste música más accesible. Se puede escuchar a Linkin Park y a Terra Tenebrosa, e incluso te pueden gustar las dos cosas y todo, que tranquilo, no te van a cerrar las puertas del Valhalla. Y sí, uno puede decir perfectamente: "escucho grupos comerciales". Lo que sí no soporto es la actitud de negar que escuchas música comercial, dártelas de auténtico y rebelde, y resulta que después uno de los discos de tu banda predilecta ha vendido 20 millones de copias por el mundo.
La solución es sencilla, descubrir cosas nuevas, no perder esa inquietud. Yo mismo hace ya años, por el impulso de buscar algo nuevo, no tan conocido, un poco más bestia, empecé a buscar, y encontré a unos tal Dark Tranquillity, me gustaron, y después cayeron más y más hasta llegar al día de hoy, donde en una misma semana he llegado a poner una reseña de Aborted y otra de Lacuna Coil. Como suele decirse, en la variedad está el gusto.
Está muy bien conocer 100 bandas distintas de Black Metal, pero acabas cansándote y a veces apetece algo más ligero, y no nos engañemos, aquí todos hemos bebido de los Judas Priest, por muy conocidos que sean.
Lo que sí defenderé siempre es que al menos, en el terreno del Metal, en el underground está la música más auténtica, sin trabas de ningún tipo, más díficil de escuchar pero también con una recompensa mayor. Es una ley no escrita que al fichar por una discográfica grande, como Nuclear Blast o Century Media, tus discos llegarán más lejos, pero te habrás hecho más accesible, más comercial, que en el fondo no es más que hacer tu música para un público un poco más amplio. Otra cosa es si sacrificas más o menos tu sonido original. El ejemplo más claro son Dark Tranquillity e In Flames, cada una optó por una opción distinta completamente y eran literalmente vecinos.
No obstante, en una empresa de tamaño medio, como Relapse o Season Of Mist, todavía puedes tener tu sonido auténtico, pero difícil lo tendrás para sacar tu producto más allá del continente, a pesar de que gracias a la red te pueda conocer "cualquiera". Aunque hay veces que nosotros mismos nos pasamos de "trues", y me explico. Más de una vez he oído (y he dicho) frases del tipo "a Dark Funeral los conoce todo el mundo" por poner un ejemplo. Y seguramente muchos de mis lectores se habrán reconocido con esa frase. Probablemente sea así en nuestro pequeño círculo personal, donde más o menos todos están muy metidos en toda la música extrema, y hay ciertos grupos que ya damos por sentado que todo el mundo conoce. Por eso nos embarcamos en una sana competición por intentar saber un poco más que el vecino, encontrar una banda un poco menos conocida, de esas que lo tienen difícil para hacer una gira en condiciones en su propio país, y que como tu y yo, tienen obligaciones cotidianas. Con lo que al final acabamos con doscientas bandas metidas en nuestro ordenador.Pero estas cosas hay que mirarlas desde fuera. Por seguir con el ejemplo, ¿serían capaces de llenar Dark Funeral un estadio como Slipknot, porque los conoce todo el mundo?. Estamos tan metidos en nuestro círculo que a veces no nos damos cuenta de como son las cosas fuera. De nuevo, lo que es comercial es relativo, no creo que el chaval del que hablé al comienzo sepa quienes son Neurosis, y ni siquiera sabrá nada del Post-Metal, Sludge, etc.
Ante todo variedad, conocer siempre nueva música, intentar saber más, no sólo por competir contra el resto, sino por enriquecimiento personal. Porque como habeis visto, qué es comercial o no, depende del conocimiento que uno tenga de música, y porque cierta agrupación sea capaz de llenar una sala con 2.000 personas, no significa que se hayan vendido. Ahora, amigo, si crees que por sólo escuchar Metallica y Iron Maiden ya lo sabes todo y eres un rebelde repudiado por la sociedad, preguntate cómo puede ser posible que tu banda tan transgresora tenga discos en el Corte Inglés al lado de los de David Bisbal, porque igual son bastante los que los compran, pero claro, eso ya no te hace ser tan especial y tan guay. Igual la discográfica está jugando contigo, y tú en tu pequeña y cerrada mente todavía no lo has visto.
Hazte un favor a tí mismo, y busca.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Crítica de discos: Linkin Park - Living Things (2012)


No ha supuesto una gran sorpresa el nuevo disco de los californianos, ni menos aún una decepción como he visto por ciertos rincones. A estas alturas y con todo lo que hemos pasado, no se puede usar esa palabra, ni tampoco sorpresa. No obstante, que no sea una decepción no significa que sea un gran álbum, simplemente un disco que suena como se veía venir.
Las palabras de Chester Bennington y Mike Shinoda sobre este disco llevaron a muchos a la confusión. Esos mismos que a estas alturas de la película esperan un Hybrid Theory 2, y ya ha pasado mucho de eso. 
¿Que dijeron las cabezas visibles de la banda? Pues que habían conseguido por fin el concepto que llevaban desde los tiempos de HT persiguiendo, mezclar Rock, Electrónica y Hip-Hop. Esto enseguida fue traducido como una vuelta a las raíces. Interpretación completamente errónea, por más que piensen los fans más leales que sus ídolos les han engañado. Para nada, han conseguido una buena mezcla entre estos tres elementos, lo malo es que como en A Thounsand Suns, suena flojo, débil, como si necesitase un buen chute de energía para funcionar. 
A Thousand Suns fue muy criticado por ser demasiado extraño, demasiado experimental. En realidad fue un tiro desperdiciado, pues el concepto (la guerra nuclear), era muy atractivo en su propuesta inicial, pero le faltaba mucha agresividad, la necesaria para advertir de los peligros de la guerra. Algo que no se consigue con explotación electrónica y ausencia de guitarras. 
Si alguien ha visto algún vídeo en directo actual de estos chicos (y si no, se lo pongo), se habrá dado cuenta que los temas antiguos suenan mucho menos potentes que años antes. La distorsión es mucho menor, se mueven menos en el escenario, Bennington apenas grita, y más importante aún, el público objetivo ya no es el mismo. Por esos motivos una vuelta a las raíces es imposible, porque posiblemente si no hubiesen pegado un cambio de estilo radical como en 2007, ahora mismo jugarían en la misma liga que Limp Bizkit, y a nadie le gusta pasar al olvido cuando has estado en la cima de la ola (renovarse o morir, dicen).
Este álbum es previsible porque suena a como suenan ellos en la actualidad, muy domesticados y aún más asimilables de los que ya eran en un principio. Esto no tiene ni una pizca de mala leche, ni siquiera intentándolo como en Victimized, un tema Punk bastante pasado por los filtros de Linkin Park, eso sí, que si soy sincero no se que puñetas pinta aquí, y lo que es peor, la gran mayoría de temas pasan sin pena ni gloria, pronto serán olvidados, como pasó en Minutes To Midnight y A Thousand Suns. Ni siguiera se consiguen singles potenciales, algo que Minutes To... al menos lograba. Quizás la balada Powerless consigue ese objetivo y logre perdurar a lo largo de los años. Pero que una balada sea, con diferencia el mejor tema del disco, dice mucho del estado actual de los angelinos. Podría ir más allá y decir que los mejores cortes son los más tranquilos, véase I'll Be Gone, con un estribillo bien logrado, o Castle Of Glass, un tema melancólico, perfecto para una Road Movie, con un ritmo suave y continuista.
Sin embargo, que la electrónica este tan presente puede ser un álbum de doble filo, o bien tienes temas con buen gusto como Lost In The Echo e In My Remains... u horteradas de sintetizador al comienzo de Burn It Down, un single totalmente forzado y que no me puedo explicar como lo han elegido de carta de presentación del disco... Y como no, Lies Greed Misery, más bien copiada de la insufrible de Avril Lavigne. Todavía quedan vestigios de ATS en de Until It Breaks, de hecho no habría desentonado para nada, pero sólo los rapeos distorsionados de Shinoda y un beat constante, hacen de este tema uno más en la lista de insulsos, y son unos pocos...
La sensación que me queda al final es que los americanos están perdidos, no confían en lo que hacen, y más bien esta nueva obra parece que quiere seguir el camino electrónico de ATS, pero de manera más "convencional", menos extraña, para contentar a todos aquellos que huyeron espantados o les tiraron aún más mierda, y que no se pararon a analizar profundamente la obra, pues seguramente no estén muy acostumbrados a discos que requieran su esfuerzo. Porque un músico nunca debe de anteponer el criterio de los fans al suyo propio, a riesgo de destrozar la autoestima.
Esa mezcla de géneros se asemeja más a quedarse en tierra de nadie intentando convencer a todos. Deberían plantearse muchas cosas.

Nota: 6

sábado, 22 de septiembre de 2012

Metalcamp 2012: Estaciones de servicio y agua fría.


Tras la primera parte donde analicé con la mayor precisión que mi cerebro recordaba, lo que habían sido los conciertos del Metalcamp, ahora toca repasar lo demás, el ambiente, el viaje, el pueblo... todo lo que rodeó a ese recinto de conciertos.
Pensar la friolera de horas que me esperaban para llegar a Eslovenia no era lo más agradable del mundo. Desde mi ciudad natal hasta Lorca serían unas ocho horas, de las once de la noche del día tres, a las siete de la mañana del día siguiente, y de ahí esperar en la estación de autobuses hasta la una del mediodía. Aunque un poco aburrido, esta primera parte del viaje salió sin problemas. Pero todavía quedaba lo mejor...
El segundo trayecto, de Lorca hasta Tolmin, pueblo donde estaba el festival, iba a ser un trayecto más largo de lo que esperábamos todos. Bien, el plan inicial era llegar allí el domingo a las ocho de la tarde, cosa que no sucedió pero ni de lejos. Puede entenderse que un retraso de un par de horas es comprensible, pueden pasar mil cosas, pero la vida da sorpresas...
Nos dimos cuenta de que algo raro pasaba cuando el autobús hacía demasiadas paradas, no es que sea un cabrón que no me importe que las vejigas ajenas revienten, pero que cada veinte minutos parásemos durante un corto espacio de tiempo... lógicamente cuando ya estábamos por el norte de Cataluña, sin haber salido de España aún, no era muy difícil imaginar que el retraso era considerable.
Al día siguiente, ya por Francia, se decía medio en broma, medio en serio que llegaríamos allíal día siguiente a las siete de la mañana.... dejó de ser una broma.
Así que tal y como suena nos dejaron en una estación de servicio cerca de Lyon, durante siete horas, de las cuatro hasta las diez. Lo mejor de todo es que había un pueblo al otro lado de la autopista (literalmente) y a los conductores no les salió de los huevos moverse dos metros más. Al menos el lugar donde nos dejaron era bastante amplio, con sus bancos, su pequeño lago, vamos, que éramos unos afortunados...
¿La explicación? La organizadora del viaje, junto con un pequeño séquito, empalmaban el festival de Wacken con Metalcamp. Su versión de los hecho fue que le obligaron a cambiar completamente el recorrido planeado, por cosas de papeleo y no poder entrar a Suiza, teniendo que coger una ruta mucho más larga, lo que daría sentido a tanto retraso y tanta parada esperándoles para ganar algo de tiempo. Es extraño lo sé, pero circulaban tantas versiones de la historia que uno no sabe que creer.
Finalmente, a las diez de la mañana (si, las diez) cruzabamos la frontera de Eslovenia y para las diez y media estábamos cargando con los pesadísimos bártulos camino del camping... pero la cosa no acababa ahí. Ya que llegamos con ese "ligero" retraso, unos franceses (como no, nuestros vecinos siempre jodiendo) invadieron el sitio asignado a nuestro grupo. Además muchos de ellos ni iban al festival, iban a pasar el rato al camping.
La verdad, entre lo de la estación de servicio, los altísimos precios de estas, y más aún en Francia, y eso que ya fue la puntilla, yo tengo una galofobia considerable. Al final creo que en eso nos hicieron un favor. El sitio donde estábamos estaba mucho más cerca de la tienda donde vendían cervezas y comida, con la gran ventaja de estar siempre abierta.
Precisamente una de las cosas que siempre voy a recordar de este festival es que la cerveza era muy barata. Hablamos de latas de medio litro a un euro en el camping, y si a alguien le parecía caro, lo cual dudo mucho si viene de España, no tenía más que ir al pueblo, que estaba nada más salir del camping, y pillar los pack de latas, donde cada una te salía por 60 céntimos aproximadamente. Ni me acuerdo que marcas bebí, porque locales había varias, pero todas estaban buenas y eran baratas. Eso sí, imprescindible el hielo, que eso no es España, no hace un calor infernal (aunque como ya expliqué en la primera parte, cuando el sol daba bien, picaba que daba gusto), y no tienen la costumbre de beberlas heladas como aquí. No todo iba a ser bueno, y la frase más oída en la tienda/bar era "no nos queda hielo, tienes que esperar un rato".
Metalcamp fue un festival bastante barato, a pesar de ser cinco días, no se necesita mucho dinero para sobrevivir cada día, y allí me gastaría "sólo" unos 100 euros, entre comida y bebida, más la camiseta del festival y un disco. Pero claro, al ver los precios de todo en general, tanto en el festival como en el pueblo, como bien apuntó uno de mis compañeros de faenas, habría que ver cuanto cobra una persona allí. Posiblemente menos que en España, por suerte para nosotros, aunque suene mal.
Nunca hubo ningún problema con la organización, se notaba que estaban allí para que el festival funcionase lo mejor posible, y nos llevásemos buena imagen del festival y del país. No olvidemos que esto, ante todo es turismo. Es una obviedad lo que he dicho, pero he visto algunas actitudes muy chulescas en la península por parte de los organizadores que bueno, para qué hablar...
Como no, no voy a obviar esa maravilla de río con el que cuenta la zona, no hay que olvidar que estábamos en un parque natural.
Una mini playa preciosa, llena de piedras, con lo que las sandalias se hacían imprescindibles para adentrarse en un agua cristalina y jodidamente helada, recién salida de los Alpes. En invierno era nieve, así que os podeis imaginar que tampoco era para estar una hora entera metido sin salir...
Se notaba que Tolmin y alrededores se benefician bastante del dinero que genera el festival, porque muchas facilidades nos pusieron a los turistas, como antes mencioné. Hay vida mucho más allá del festival, así que vale la pena aprovechar una mañana y patearse los boscosos alrededores de Tolmin y pueblos cercanos. Un ejemplo de las facilidades a los turistas es que para entrar a una zona del parque natural (donde nace el río que cruza por el festival e incluso puedes curiosear una gruta) te cobran un poco menos si vienes del Metalcamp. O en algunos restaurantes, donde después de comer te llevan gratis al festival en taxi. Son esos pequeños detalles que hacen la estancia mucho más agradable, y que de buen seguro contribuyen a inclinar la balanza a sus favor con respecto a otros festivales. Detalles que tienen más importacia de la que parecen, y que son casi de sentido común... y sí, en este país no se aplican. Digo yo que no toda la culpa de que tengamos tantos festivales efímeros se debe a la crisis únicamente... veremos si la propuesta del Costa de Fuego se consolida y en unos años podemos presumir de festival patrio.
Otra de los detalles que me llamó la atención fue la "extorsión" de la basura. Suena mal, pero tiene su explicación.
Una vez que te dan la pulsera para entrar y salir del recinto, te cobran obligatoriamente 10 euros por dos bolsas de basura, y si quieres recuperarlos tienes que entregar al menos una de ellas llena. Otro de esos detalles que marcan la diferencia, pero se consigue que el festival esté un poco más limpio, pues el último día podías ver a mucha gente haciendo los "deberes" para recuperar sus diez euros. Vamos, que te pagan por hacer de basurero. También se pueden hacer "trampas" para conseguir llenar la bolsa antes, pero me callaré que método usé. Que cada uno lo averigue si va...
Tampoco hubo ningún problema a la hora de la higiene, los baños portátiles estaban limpios a las ocho de la mañana, así que no era difíciles cogerlos limpios a esas horas, pues uno ya estaba despierto por razones que luego comentaré. De todos modos nunca se formaron en los retretes cosas como esta, de las que me advirtieron previamente.
Lo mejor de Metalcamp son las alternativas que hay dentro del propio festival, el no sólo emborracharse e ir a conciertos, o simplemente emborracharse en el camping, pues no fueron pocos que fueron sólamente a esa parte por la fiesta, opción tan respetable como otra cualquiera. En el recuerdo quedan los pirados que estuvieron desde el principio hasta el final del festival subidos en el techo de su caravana con sillas y sombrillas, alcohol y con música a toda ostia (y con buena variedad) fuese la hora que fuese.
¿Que no querías estar de concierto? Pues al río a pasar el rato. Si te aburres por la mañana, a hacer turismo por los bosques. También está el irse de tiendas, porque allí hay de todo, mil camisetas, mil pantalones, cinturones, y discos hasta decir basta. Todavía me arrepiento de haber sido un tacaño y haberme pillado uno solo (aunque yo habría cogido estantes enteros...). Y si quieres comer bien, pues vas al pueblo, y tienes bares y restaurantes para aburrir, y con variedad. De nuevo lo menciono, un pueblo al servicio del turismo, da gusto.
Y por la noche, pues en la playa, espectáculo con strippers, malabares con fuegos y música a todo volumen. Así se entiende que me levantase cada día con unas agüjeras brutales. Por si fuera poco, ni uno sólo de los días en los que estuve allí, conseguí dormir más de cinco horas. No es que no tuviese sueño, me sobraba sueño, pero el sol implacable a las ocho de la mañana daba con fuerza en la tienda y hacía de esta un horno. Daba igual que estuvieses de fiesta hasta las 3, las 4... el astro solar era inmisericorde. Además todos los sitios en la sombra estaban ocupados, así que había que aguantarse. Nada que ver la calurosa mañana con la fría noche, donde incluso había que ponerse sudadera. Con ese frío y un cuerpo destrozado por tanto concierto, dormirse costaba cinco minutos (tiempo real).
Creo que no hace falta volver a decir que esto ha sido una experiencia, con sus grandes momentos, y algún que otro mal momento. Pero volvería a ir, sin duda alguna, y vale la pena quitarse de algunos gastos para ahorrar. Sobretodo por la de seres que encuentras por allí, y como no, con la gente con la que vas, que al fin y al cabo son los que terminan de hacer la experiencia redonda. Por tópico que suene, sin ellos no es lo mismo. Porque no he aprendido tantos chistes escatológicos, sexuales, ofensivos, tanta anécdotas que no se podrían contar aquí, como en ese autobús, en el fondo sur. Este artículo va para todos los cabrones que iban en ese infierno con cuatro ruedas, ellos saben quienes son.

Fotos 1 y 2: Jennifer Landázuri. Foto 3: Facebook Metalcamp.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Crítica de discos: The Human Abstract - Digital Veil (2011)


El disco que presento hoy podría verse como una herejía, o como un perfecto ejemplo de cómo romper prejuicios. El ¿como se os ocurre mezclar esto? en perfecto estado. Una banda que adoras por lo que se han atrevido a hacer o los desprecias, no hay más. Parecerá una tontería, pero hasta que estos chicos llegaron, a nadie se le ocurrió mezclar el Metalcore con la música clásica.
Es una herejía por el motivo de que muchos de vosotros, al ver un disco de Metalcore seguramente os venga a la mente los típicos críos con pintas que han montado su banda en el instituto y son incapaces de aguantar más de cinco segundos sin meter un breakdown. Lo sé porque en más de una ocasión he dejado patente mi opinión sobre el tema, y no podía entender cómo de una escena donde la mayoría de bandas no escuchan más que Hardcore del montón, y creen que ya lo saben todo sobre música extrema por haber escuchado el Kill de Cannibal Corpse, era capaz de producir una banda como esta. Si ni siquiera escuchan música más allá de este siglo, ya ni pensemos en los grandes compositores. Pero es que, resulta que los miembros de la banda son unos eruditos de lo clásico. Es decir, querían aprovechar sus conocimientos en su música. No, no son los primeros en poner en práctica las enseñanzas de Beethoven y compañía a la música, pero resulta que todos están íntimamente relacionados con el Power Metal, que si Yngwie Malmsteen, Symphony X, Cacophony... Simplemente a nadie se le había ocurrido o atrevido a sacar el elemento neoclásico y ponerlo en un subgénero tan moderno, y sobretodo tan polémico. Además, porque resulta ser un desafío juntar dos géneros que no tienen absolutamente nada que ver, lo que en definitiva es, salirse de los cánones habituales. Y lo que en principio es toda una ofensa y una mancillación de los grandes músicos de la historia, se queda en un ejercicio de buen gusto y saber hacer.
Tanto es así que la etiqueta de Metalcore me parece incluso innecesaria. Podría pasar por ser un álbum de Metal neoclásico, o símplemente Metal progresivo, solo que con bastantes elementos modernos. Aunque curiosamente no creo que su público objetivo esté con los que habitualmente escuchan All That Remains o Killswitch Engage.
Pero tampoco es innegable que estos elementos modernos están muy patentes, como el tema homónimo, que posiblemente sea el que mejor se ajuste a la definición de Metalcore que conocemos. Eso no significa que vayamos a encontrar momentos para hacer moshpit, o letras sin sentido tan típicas de este género tan querido por estos lares. Esto no es un ejercicio de Metal extremo, sino de Metal elegante, no hay más que oír Antebellum y su suave guitarra de inicio. No llega a mostrar una gran intensidad, pero es que no lo necesita, ahí está su encanto. La agresividad siempre va a estar amortiguada siempre por la guitarra solista con algún melódico o con shredding, cogiendo bastante protagonismo. Algo necesario, porque a veces con tanto breakdown, no es todo lo consistente que debería ser, y a la larga se hace algo repetitivo. Uno de los pocos puntos negativos de este disco, no hay que olvidar que el Metalcore, aunque muy melódico, sigue presente, y si uno no es muy afín a este subgénero, puede resultarle un tanto cansina la escucha.
Aunque posiblemente lo mejor de estos californianos es cómo van subiendo y bajando la intesidad de los temas de una manera bastante cohesionada. Tenemos Faust, donde pasamos de una parte bastante Hardcore, y enlazando mediante los shreddings y los estribillos melódicos llegamos a otra sección de piano. Nada que suene metido a lo bestia, sino de manera progresivamente, nos llevan si que nos demos cuenta. O también en la atmosférica Holographic Sight, con ese balance entre tranquilidad absoluta y parte principal machacona. Como he dicho antes, esto no es Metal extremo, y no hay contrastes brutales donde uno al oír piense "¿que ha pasado aquí?". Eso lo dejamos para Cryptopsy o Cephalic Carnage, bastante más experimentados en meter esquizofrenia en sus discos. Salvo en el tema homónimo, en los demás tenemos el placer de experimental estas subidas y bajadas de intensidad.
Donde sí hay contrastes más acentuados es en la voz de Travis Richer, una lástima que actualmente no esté en la banda, porque su trabajo aquí es digno de mención. No se le nota desentonado ni en las guturales, ni en las raspadas, y consigue que su voz limpia sea bastante melódica y agradable de escuchar, incluso su voz limpia es mejor que los otros registros. Está claro que en una banda de Death Metal puro y duro nunca entraría, pero se defiende a la perfección donde muchos otros fallan.
Parece una tontería, pero los americanos han cogido algo relativamente sencillo y se han dedicado a complicarlo. Se nota que estos chicos llevan horas de escucha a los grandes maestros, porque esto respira técnica musical por los cuatro costados. Tanto les gusta complicarse la vida que ya vemos cómo han adaptado la música clásica a un subgénero nada habitual. ¿Por qué no lo han hecho con algo más coherente como el antes mencionado Power Metal? Porque sería demasiado sencillo.

Nota: 8'5

viernes, 7 de septiembre de 2012

Metalcamp 2012: Violencia y decibelios


Aquí tenéis la razón de mi ausencia durante tantos días, concretamente entre el tres y el trece de este mes, aunque el festival duró desde el seis hasta diez. ¿y esos días perdidos? Sencillo, días encerrado en un autobús de camino a Tolmin, en Eslovenia. Y es que de mi Sevilla natal a susodicho pueblo hay unos nada despreciables 2.500kms. Si, habría sido más sencillo coger un avión en vez de tragarse kilómetros y kilómetros de carretera, pero el que escribe esto tampoco está para grandes lujos.
Dejando de lado mi precaria situación económica que me llevó a estar dos fines de semana viajando en un autobús, que por suerte, gracias a su compañía, resultó bastante llevadero y entretenido, a pesar de diversos inconvenientes que contaré más adelante.
Diez días dan para mucho, por eso he decidido dividir esta crónica en dos partes, una dedicada a la música en sí, las bandas, y otra para todo lo que rodea al festival: el recinto, el pueblo, la zona, etc.
Antes que nada una pequeña aclaración. Esto no es una crónica profesional (aunque llegará el día en que pueda ir a un festival con acreditación de prensa...) lo que significa que si falta tal o cual banda por muy importante que sea, será porque o bien coincidía con otra que me interesaba más o simplemente prefería quedarme bebiendo cerveza en el camping. Parece obvio, pero lo digo para evitar la reclamación de "¿por que no has hablado de X banda, o por qué no fuiste a verlos si son la polla?".
En Metalcamp, por suerte no hay esa exagerada aglomeración de bandas que podemos encontrar en Hellfest o en Wacken. Tal sólo hay dos escenarios, y a no demasiada distancia, aunque sí la suficiente para evitar que haya cruces de sonido entre ambas. Ya puede tocar la banda del escenario principal muy fuerte, que si tu estás en el escenario secundario escuchando a tu banda, ni te vas a enterar. Si a eso le sumamos que hasta las cuatro no empiezan los conciertos en el principal, y a las tres en el secundario, pues tenemos una mañana entera para ir al río, al pueblo... Obviamente cada uno se distribuía el tiempo como quería. Muy pocos serían los que estaban de conciertos ininterrumpidamente desde las tres de la tarde hasta la una y media de la noche. Un festival tranquilo, como decía uno de mis compañeros de faenas.
Ambos escenarios en otras épocas del año habían sido enormes campos de matorrales, así que el suelo de ambos escenarios era una mezcla entre hierba y tierra. No era muy molesto, salvo en los moshpits más bestias, como en Napalm Death o Kataklysm, (servidor se enorgullece de haber sobrevivido) donde se levantaban enormes polvaredas de humo que nos cubrían de marrón a todos los que estábamos metidos, hasta los dientes. Y no busquéis similitudes en este aspecto con otro festival patrio porque aquí el ponerse hasta arriba de tierra era opcional.

Lunes:
Era difícil ponerse a ver un concierto antes de las seis de la tarde, porque aunque Eslovenia esté más al norte que en la península, y por la noche refresque que da gusto, el sol sigue dando como un condenado, y quemarse no era una utopía. Más de un grupo que tenía intención de ver se quedó en eso, en una intención.
Aun así, las ganas de ver a Gorguts eran más mayores. Una de esas bandas que quedó en el olvido debido a su extraño Death Metal, que como suele pasar, fue incomprendido en la época, pero sin los cuales, posiblemente no habríamos tenido a bandas como Cryptopsy, Neuraxis o The Project Hate MCMXCIX.
Tras unos años de separación, volvieron en el 2008 o 2009, no recuerdo bien. Y según decía su frontman Luc Lemay, era la primera vez en más de una década que pisaban Europa. Toma ya, empecé el MetalCamp con un concierto de esos para relatar. Yo viví el regreso de Gorguts a Europa.
Y eso, cayeron clásicos, clásicos y clásicos. Obscura, The Erosion Of Sanity, Stiff and Cold, y un nuevo tema del cual no recuerdo el nombre, no se si acaso lo mencionaron. En cualquier caso, nada del otro mundo. Gorguts cumplieron de sobra con sus 45 minutos, ejerciendo su papel de ir calentando el ambiente, donde ya se produjeron los primeros mosh.
A los que sí tenía ganas de ver era a Sanctuary... pero a medias. Como sabréis Sanctuary fue la banda en la que estuvieron Warrel Dane y Jim Sheppard antes de fundar Nevermore. Separados en el 92, reunidos en 2010 y con Nevermore separados, esto es lo que nos queda. Acudí a la cita en calidad de gran fan de Nevermore, que no quita que sepa apreciar la calidad de las dos únicas obras que nos dejaron los americanos, con una tercera que parece venir en camino, y de la cual nos dejaron un adelanto llamado I Am Low.
Aunque el recuerdo de Nevermore sigue muy presente, recomiendo a todo aquel que tenga ocasión, de ver a estos no tan jóvenes americanos. Concierto muy entretenido, con una buena alternancia entre la tralla de Die For My Sins, Battle Angels o Die For My Sins con los medios/lentos tiempos como la susodicha I Am Low, o The Mirror Black. Se nota que han cogido muchas ganas la reunión de Sanctuary y hacer algo distinto a Nevermore. Pero también se veía que la edad pesaba. Warrel entre canción y canción se sentaba, se movía poco. Un cansancio comprensible tras años de giras y giras, que por suerte no le han afectado demasiado a la voz. Ahora, otra cosa es pedir que siga haciendo esos grandes agudos de su álbum debut.
Conclusión: la sombra de Nevermore va a estar muy presente, y de aquí a unos años, se reactiven o no, pedirán la reunión de la alineación clásica. Como esto tardará en suceder, Sanctuary pueden rellenar ese hueco de momento, si, aunque no tengan a Loomis.
He estado en unos cuantos moshpits en mi vida, pero lo de Napalm Death había que vivirlo. No es la primera banda de Grindcore de Renombre a la que veo, ahí están los Rotten Sound este mismo año en Sevilla. Pero en una sala pequeña, y con un público que de media rozaba los 40 años, me quedé por las ganas de partirme la cara. Durante la hora que duró el espectáculo de los británicos no paré de dar y recibir golpes, sin descanso alguno. Y no eran pocos los que había ahí metidos. Personajes tan curiosos como un tío con las rastas enormes, vestido de mujer, (pirados travestidos en el Metalcamp hay unos cuantos) o un thrasher de esos que no han asimilado aún que los 80 pasaron, y que es para atropellarlos con un DeLorean. Personajes en un festival hay muchos, y yo tengo una habilidad especial para atraerlos, pero eso es para hacer una entrada aparte...
Napalm Death no defraudan, no dan la sorpresa tampoco, porque sabes a qué te enfrentas. Grindcore con muchos elementos de Death. When All Is Said and Done, Suffer The Children, Nazi Punks Fuck Off, Deceiver, y la imprescindible You Suffer (y por doble partida). Si nos centramos en el nuevo material, que también cayó algo, pues más de lo mismo. Que no es nada malo en bandas de este tipo. Saben perfectamente su papel, y cómo ejecutarlo a la perfección. Concierto hecho por y para los incondicionales de este ruido, y a quien no le gustase, pues tenía bastantes alternativas.
Un detalle curioso, que deja en evidencia a mi ciudad, es que cuando empezaban los conciertos de los grupos grandes, el sonido mejoraba aún más, era perfecto. Algo lógico en un festival europeo que mueve a mucha gente. Pero yo no me dí cuenta, para mí ya los primeros grupos se escuchaban tan bien, o mejor que cuando voy a mi ciudad (y hablo de cuando he visto a bandas importantes sin salir de Sevilla), y un compañero de faena, bastante más experimentado que yo por estos lares, me recalcó este detalle que os cuento. Como veis, uno nunca deja de aprender y sorprenderse.
Ya con el sol puesto, turno de ver a unas leyendas vivas que no necesitan presentación: Testament. Al igual que con los demás conciertos del día, también los vi desde el mosh.
En cualquier caso la expectación estaba, no en a ver cuanto tardaba en partirme algo, sino en los temas nuevos. Testament siempre han sido bastante fieles a su idea original, como Overkill u Slayer, y no se han metido en experimentos demasiado extraños siguiendo el ejemplo de Kreator. Testament han sacado obras mejores que otras, claro está. Pero no ha habido una traición al sonido primario. Tocaba defender el The Dark Roots Of Earth, y aunque aún no he tenido la ocasión de darle una escucha, lo poco que pude catar me pareció que estaba a la misma altura que ese The Formation Of Damnation. Además, que de un setlist ajustado de una hora, caigan cuatro temas del nuevo álbum, es síntoma de que la banda confía en el nuevo álbum. Pero también hay que dejar sitio para los clásicos que todos queremos oír. Y no faltaron The New Order, The Preacher, Practice What You Preach, o Into The Pit (no cayó Alone In The Dark por desgracia). Una hora escasa, insuficiente para lo que es Testament, el impresionante legado que tienen, y el buen estado de forma del que gozan tanto la banda como el género. Cosas de los festivales, tener que cortar el concierto cuando mejor estaba la banda y el público, otra vez será, y a pillarlos en su gira.
Testament Concert Setlist at Metalcamp 2012 on August 6, 2012 | setlist.fm

Media hora más tarde llegaban uno de los cabezas de cartel y una de las razones por las cual muchos habíamos decidido ir a ese festival eran la segunda banda más importante de Oakland (por detrás de Neurosis, claro está), Machine Head. Aunque después de las malas críticas vertidas sobre ellos tras su mal concierto en el Sonisphere español, miedo me daba lo que me pudiese encontrar. Cierto es que si en España tuvieron una hora escasa y no tocaron nada más antiguo de 2003, aquí disponían de hora y media. Aun así poca confianza en los temas nuevos, no porque no me guste el nuevo disco, sino porque consideraba que en directo podían causar problemas técnicos. Mis temores quedaron atrás con I Am Hell, nada sonaba fuera de lugar, ni tampoco en Old ni en Imperium. Los únicos problemas fueron un micrófono que se acoplaba durante la introducción de Darkness Within y provocaba un molesto ruido blanco.
A diferencia de mis compatriotas, yo salí con una sonrisa de oreja a oreja (escuchar Davidian en directo tuvo mucha culpa de ello). Y parece ser que la banda también, muy contentos se les notaba con la reacción del público, a pesar de que habían dormido unas dos horas y un público tan entregado les devolvió las fuerzas, para nada desganados. Como he dicho antes, los de Oakland pesaban mucho en el cartel.
Machine Head Concert Setlist at Metalcamp 2012 on August 6, 2012 | setlist.fm

Para finalizar, la primera jodienda del festival en cuanto a horarios. Machine Head se pisaban con Dark Funeral. Jodienda personal, por supuesto, a quien no le gustase alguna de las dos bandas o ninguna, cero problemas. Así que no me quedó otra que quedarme con tan sólo veinte minutos de los suecos. Hail Murder, My Funeral, The Dawn No More Rises, y poco más pude presenciar.
Antes de nada, Nachtgarm no es Lord Caligula, a buen seguro Calígula imponía más en el escenario. Pero a pesar de esto hay un detalle que me gustaría recalcar. Nachtgarm pedía varias veces moshpits (no de manera explícita, pero hacía gestos), hablaba más, estaba más animado, más comunicativo. No es que fuese un Phil Anselo, que te monta grandes discursos casi improvisados, pero es algo distinto dentro de este mundillo blacker. Trata de salir de ese hieratismo que suelen tener este tipo de artistas sobre el escenario, y que a mi no me hace demasiada gracia. Que si, que no tendré ni idea de Black Metal, que son así porque su música lo exige, y más cosas de esas. Pero gracias a eso existen gilipollas como Gaahl. A veces la actitud, la pose, se lleva hasta límites estúpidos. Me gusta que haya sabia nueva, que sean un poco más transgresores con lo que había antes ¿o eso no es lo suficientemente blacker?.

Martes: 
Gracias a las brutales agujetas con las que me levanté ese día, aprendí por las malas que en un festival hay que dosificar las fuerzas. Más aún si el día siguiente se presentaba tan cafre como el anterior.
Pregunta para los seguidores habituales de mi blog ¿alguna vez habéis visto una entrada sobre algún disco de Folk Metal aquí? Pues eso, nulo conocimiento sobre este subgénero. Así que sobre esas premisas me dirigí al escenario principal, a ver cómo se portaban los Finntroll, tanto oía hablar a la amiga que me acompañaba sobre ellos que la curiosidad era dominante. Y vaya sorpresa me llevé. Sobre una base de Black Metal, los finlandeses ejecutaban su particular sonido, desde luego mucho más agresivo del que esperaba, tal y como comprobé a pie de pista. Si, otra vez a tragar polvo.También con los finlandeses comprobé otra de las particularidades de este MetalCamp. Si el Hellfest o el Summerbreeze están más orientados al Metal Extremo, en el MetalCamp el género predilecto era el Folk y sus variantes. Así esos llenos tan brutales con este tipo de bandas a pesar de que el sol aún daba con fuerza y que Finntroll estuviesen tan motivados como si estuviesen en casa.
Después de esa inesperada descarga, hora de los Kataklysm, más acordes con mis gustos habituales. Tan brutales como me los esperaba, o más incluso, aún no me explico como salí vivo de allí, porque mira que Maurizio, en calidad de frontman no paró de pedir moshpits, circlepits, y varios walls of death. En concreto en el último wall of death del concierto con Crippled and Broken, el más grande en el que haya estado jamás, pasé varios segundos aplastado en el suelo, y encima rematado por un circlepit de aspecto nada despreciable. Agobiante, pero uno sabe a lo que se expone. O también el intento de batir el record de crowd surfing en un concierto de Death Metal durante Tak Si en Wacken se pudo, por qué no aquí... Desconozco si se consiguió al final, pero sólo se que me harté de subir a gente por los aires. Que a nadie le quepa duda de que Maurizio es un frontman genial, capaz de levantar el ánimo a todos, y "picarnos" para que hagamos headbanging o nos destrocemos entre nosotros. Y sobretodo, capaz de contener al público para que lo haga en el momento preciso. No son pocos los moshpits y similares arruinados por hacerlos antes de tiempo o cuando no tocaba, será un festival europeo, pero sigo viendo los mismos defectos que cuando estoy en mi ciudad, aunque claro, con más gente.
No me importaría para nada volver a ver a estos bestias en una sala, con más tiempo. Sí que tuvimos Iron Will, As I Slither, At The Edge of the World o la siempre recurrente para cerrar los conciertos, Push The Venom, pero con el listón tan alto que pusieron los canadienses, la hora de concierto le supo a muy poco a un servidor.
Giro de 180º con la caída del sol, para una de mis bandas predilectas. Paradise Lost, que han vuelto a una senda más acorde con lo que les hizo famosos. No han vuelto al Doom/Death, pero sí a un Doom/Gótico moderno que encaja más que aquellos discos de pop electrónico. Algo han reservado de su etapa primigenia para su repertorio con As I Die, Pity The Sadness y Widow. Clásicos intocables, que muy dificilmente van a dejar de verse por el setlist. Nick Holmes ya no tiene la voz como antes, claro está, pero al menos es consciente de ello, y se mantiene en una cómoda línea media. No intenta hacer imposibles, pero tampoco falla. Por cierto, los nuevos temas en directo suenan muy bien, pero que muy bien. Si el Faith Divides Us ya era bueno (y que por cierto, se merecía más espacio en el repertorio), me atrevo a afirmar que esta nueva obra lo supera con margen. Por la entusiasta reacción del público (más allá de un servidor) diría que cumplieron con creces. Que sí, que Holmes ya no es joven, pero también está el resto de la banda, que nunca nos fijamos en ellos.
Precisamente, hablando de miembros de bandas, el señor Adrian Erlandsson, batería de Paradise Lost, empezó su carrera en la mítica banda At The Gates... que tocaban a continuación. Y fíjese usted, cosas de la vida que cuando volvieron a reunirse en 2010, no pensaba que fuera a verles, por eso de que tocarían muy pocas fechas y lejos. Pero la reunión ha durado más de lo previsto, y ahí estaba yo viendo a una banda que no fue, ni mucho menos, tan apreciada cuando estaba en activo, ni siquiera con el Slaughter Of The Soul, que supuestamante les abrió muchas puertas. Como suele pasar en estas cosas, su legado empezó a valorarse una vez desaparecidos del mapa. Los suecos nunca vivieron de su banda, tan sólo los gemelos Björler con The Haunted, han alcanzado cierto status de popularidad. Pero como una especie de recompensa del karma, una banda que era de culto ha pasado a encabezar festivales. Así que tuvimos la suerte de escuchar entero el Slaughter Of The Soul, algo que han estado haciendo desde que se reunieron allá por 2008, sólo que sin el orden del disco y alternado con otros clásicos, como Windows, Terminal Spirit Disease, The Swarm, Kingdom Gone... Aunque realmente su discografía es imprescindible y da para que toquen todos sus temas.
Casi hora y media que se hicieron cortas no sólo por la admiración que le proceso a esta banda, sino porque prácticamente salieron, tocaron casi todo del tirón y se fueron. Claro está, las clásicas pausas para presentar los temas, a la banda... vamos, todo sobre raíles, cada gesto medido al milímetro y sin lugar a la sorpresa, que no implica que eso les reste agresividad o energía. Me hubiese gustado que se explayasen un poco más, pero son profesionales y vinieron a lo suyo (y de paso se dieron un buen baño de masas).
At the Gates Concert Setlist at Metalcamp 2012 on August 7, 2012 | setlist.fm

Si el lunes la jodienda era la coincidencia entre Machine Head y Dark Funeral, hoy sería peor. La banda que más ganas tenía de ver coincidiendo con esa agrupación underground que tanto promete que responde al nombre de Cattle Decapitation. Yo y muchos otros de blogs y prensa especializada hemos estado babeando con su última obra maestra, y había que comprobar si tanta maravilla escondía algún truco de estudio. Pues ni trampa ni cartón, lo que oímos en su Monolith Of Inhumanity es lo que oí en directo, calcado. Me reafirmo en que Travis Ryan es un prodigio vocal en todos los niveles. Puede que me perdiese los primeros 20 minutos, pero no me hicieron falta para comprobar que estos chicos son muy grandes. Cada cambio de ritmo, de registro vocal, cada blast-beat, todo calcado, sin artificio alguno. Tras haberme empapado sobretodo de sus últimas obras, me he quedado aún más encantado con estos chavales. ¿Que les falta? Pues otro guitarrista en directo, porque como suele pasar en estos casos, con una sola guitarra se pierde fuerza. No se notó demasiado gracias a que en el segundo escenario la calidad de sonido era algo peor, y estas cosas pueden camuflarse. Lo que aún me pregunto es cómo puede ser que bandas como esta prácticamente tengan que venir por su cuenta y riesgo a Europa. La calidad la tienen de sobra, tanto como para poder estar en el escenario principal, y a una buena hora, pero claro, esto no es el festival predilecto para este subgénero, así que conseguir el apoyo popular es otro tema...

Miércoles: 
Con el cuerpo y la garganta aún más destrozados que el día anterior, las tentaciones como el río, eran aún mayores. Así que ni Warbringer ni The Black Dahlia Murder, fueron rivales para un río helado que pintaba apetecible a esas horas y con ese calor. Pero ya que estábamos tan lejos de casa, habría que ver algo de conciertos para rentabilizar el día. Así que abrí la jornada en el escenario principal con Nile, una de esas bandas que hay que ver, o eso dicen.
Ciertamente Nile nunca me han hecho mucha gracia, se pierden demasiado en el virtuosismo, y a mi al menos me aburren. Algo subjetivo, pues tienen muchísimo tirón en la escena extrema mundial. Aunque parece que con su nuevo disco han conseguido en muchos de sus seguidores el mismo efecto que a mí, aburrimiento. Por ahí he oído en más de una ocasión que se podían haber ahorrado los temas nuevos.Pero claro, una cosa son los discos de estudio y otra el directo. Desde luego mucho más llevadero fue verlos sobre el escenario. La verdad es que, es una pena que los pusiesen a una hora tan temprana, las seis y media de la tarde, así el público habría estado bastante más animado y la afluencia habría sido mayor. También los días van pesando, y la vitalidad no es la misma, como comprobé en ese intento de wall of death que se produjo y se quedó en nada. En cualquier caso, nada que reprocharles. Impecables a nivel técnico/sonoro, tal y como se espera de ellos, e intentaron levantar el ánimo de la gente en la medida de lo posible, pero la hora era demasiado criminal. ¿Podían haber tocado más tarde? Teniendo en cuenta que venían Epica Y Eluveitie con mucho más tirón, suerte tuvieron de tocar una hora entera. Tal y como he mencionado, este no es el festival para ese tipo de público objetivo.


Tras otra pausa gracias a que Epica no me interesaban lo más mínimo (por muy buena que esté Simone Simons), iba a llevarme otra de las sorpresas del festival con Eluveitie. Creo que los suizos estaban a la cabeza en cuanto a camisetas de los asistentes se refiere. Huelga decir que el lleno en este concierto era brutal. Podían haber estado de cabeza de cartel sin despeinarse, pero claro, Korn son un titan le pese a quien le pese y siempre van a encabezar festivales. Aún así Eluveitie se merecían ser cabezas. Sin duda uno de los mejores momentos del festival. No es la primera vez que actúan en ese festival, y ni la última. Se les notaba muy cómodos, sabiendo que tenían a un público enorme a sus pies. Mi único problema es cómo no los descubrí antes. Otro detalle que me sorprendió es que, al igual que con Finntroll, ni me esperaba que tuvieran ciertos temas tan agresivos, de hecho Chrigel no paraba de pedir moshpits, y vaya si los tuvimos. Aunque debo reconocer que los momentos que más me marcaron fueron los temas más melódicos como A Rose For Epona o Alesia. Pero da gusto que una banda pueda alternarse entre un lado muy agresivo y otro mucho más tranquilo, me encantó ese contraste. Ahora, con ocho miembros en el escenario, cada uno con instrumento propio (vamos, que ahí nadie estaba con los brazos cruzados nunca), debe de ser difícil meterlos en una sala sin que su sonido empeore. Si ya a veces en ciertas salas les cuesta mezclar los instrumentos habituales, con la variedad que tienen los Eluvitie...

Hace muchos años que Korn dejaron de ser relevantes. Atrás queda su época dorada a finales de los 90/principios de los 2000, y ese intento de mezclar Dubstep y Metal, tras no conseguir demasiado éxito en su "vuelta a las raíces", parecía una prueba para intentar llamar la atención como fuese. Les llovieron las críticas, pero ahí se ha quedado la cosa. Y lo que les hace seguir encabezando festivales son los clásicos de su época dorada. Así de triste y realista.
Pero decidí hacer caso al niño de diez años que tengo dentro de mí, y pasar de la primera parte del concierto, protagonizada por caras B y todas esas mierdas electrónicas, para que nos entendamos, para ir directos a los clásicos. Concierto bastante corto el que ví, pero tampoco necesitaba más. Eso sí, en cuanto acaben la gira de The Path Of Totality no descarto gira sólo para los temas que todo el mundo quiere oír, y sacar pasta.
Sean salvadores o traidores de este género de música, no hay que negarles que han tenido mucha relevancia desde su debut. No es fácil conseguir el odio de tantas personas, tan rápido, nada más asomar la cabeza en el panorama musical. Hoy día esa antorcha la llevan Suicide Silence o Bring Me The Horizon, a los cuales, como bien sabéis, no les tenemos ningún aprecio en este blog, pero eso es otra historia...
Pero tanto el niño de diez años como el descerebrado de 21 se dedicaron a saltar durante Here To Stay, Freak on a Leash, Falling Away From Me, The Wall, o Blind. En estudio podremos decir que son una mierda, pero en el escenario saben como montar un buen espectáculo, con una buena escenografía. Eso sí, a Jonathan Davis también se le nota el peso de los años, y está bastante menos activo en el escenario. Vamos, que si en un momento puede ahorrarse los bailes, lo hará.
Korn Concert Setlist at Metalcamp 2012 on August 8, 2012 | setlist.fm

Para acabar el día, más líos, como el lunes y martes, pero esta vez sería distinto. Días antes Heathen habían cancelado su gira, lo que afectaba al Metalcamp. En teoría el escenario principal quedaría vacío después de Korn. Pero los rumores decían que una banda sorpresa tocaría allí. Y la mayoría de los rumores decían que sería Dark Tranquillity. Ver a mi banda de Death Metal (melódico) favorita era una oportunidad impresionante, aunque fuese una hora escasa, pero el fanatismo podía más. Lo que alimentaba esos rumores era que en la tienda de merchandising oficial del festival, junto a la de los grupos que tocaban ese día, estaba una camiseta de los suecos. El boca a boca es muy malo, pasaban los minutos y nada, en cuanto ví que cubrían la mesa de sonido aprendí que los rumores son muy malos, tanto que me tuve que ir corriendo al escenario secundario para ver lo que quedaba de Municipal Waste. Unos diez/quince minutos, y poco más pude presenciar y puedo contaros, eso y que no hay que fiarse demasiado de lo que la gente dice.

Jueves: 
El sol había decidido esconderse para dar paso a la lluvia fina y viento frío, nada que no nos impidiese ir de temerarios al río a darnos unos baños y salir corriendo para no morir de hipotermia. Mientras yo estaba bañándome y jugandome un resfriado, en un pequeño escenario improvisado sobre la arena los Trollfest daban un pequeño concierto acústico. Gran idea de los noruegos, en un festival que los tiene en alta estima, no hay más que ver que ellos han sido los encargados de hacer el "himno" del festival.
Volviendo a los conciertos de verdad, merecía la pena acercarse más pronto al escenario principal para ver a una banda muy adecuada con este tipo de tiempo nublado, los suecos Grand Magus. Si su reputación ha subido como la espuma en estos últimos años no es casualidad. Los norteños han sabido actualizar el viejo modelo del Heavy/Doom y hacen que suene fresco y contundente, como los grupos de antes, pero en 2012.  Así poco a poco se están construyendo una pequeña base de fans, o eso me hacía suponer la respetable cantidad de público que había viéndolos... para la hora que eran, claro está. E incluso ya tienen pequeños clásicos como Valhala Rising, Hammer Of The North o Iron Will, precisamente las tres últimas del concierto y que más espectación levantaron. Por algo consiguieron animar al público, por algo...
De nuevo se cumplió la regla de que a grupo Folk, llenazo. En este caso fue por Korpiklaani, pero a diferencia de con Trollfest u Eluveitie, fue escuchar dos temas y ver que mi interés estaba en cualquier lado menos con los finlandeses. ¿Solución? Ir a ver a la única representación patria del festival, y encima de Canarias. Jotnar habían estado por todo el festival repartiendo panfletos de su concierto, así que ya que al menos se habían currado la promoción más que otras bandas pequeñas, saciaría mi curiosidad. El único problema que veía es que en cuanto ví la etiqueta de "Modern Melodic Death Metal" nada bueno presagiaba (cosas de la discográfica, decían), porque todos sabemos que tipos de bandas se ponen esa etiqueta: Soilwork, Sonic Syndicate... vamos, Metalcore que copia a In Flames en su etapa Colony/Clayman, donde ya no tenían nada de Death Metal melódico... salvo guturales. Guardándome mi desprecio hacia este estilo, fuimos a verlos sin prejuicios, y lo que conseguí fue un ataque de "nostalgia" por llamarlo de algún modo. Cuatro gatos viéndolos, un sonido de mierda... vamos, como en mi ciudad natal. Parecía que al rato de acabar iba a coger el coche y llegar a mi casa. Aunque el estilo no fuese mi predilecto, le pusieron muchas ganas, pero el nefasto sonido y los escasos 35 minutos de los que dispusieron, pues casi los destrozan. El sonido es comprensible, aquí las bandas pequeñas cuentan con el ingeniero de sonido propio del festival, y este obviamente no conoce el sonido de todas las bandas que tocan, así que hace lo que puede (o lo que quiere, pues no muy satisfechos quedaron con él, tal y como el vocalista me comentó). Otra cosa son las bandas medias y grandes, con su ingeniero propio, pero eso ya es otra historia. Tristemente decidí escucharme su EP en casa, y me reafirmo en que el sonido no les hizo justicia. De hecho podrían comerse vivos a Sonic Syndicate y similares (aunque no es dificil, la verdad...). Sobraron ganas y faltaron apoyos.
Con Edguy la historia fue bastante distinta afortunadamente. Hice bien ese día al quitarme los complejos musicales. Puede que el Power no sea lo mío, pero no me he reído más en un concierto en mi vida. Tobias Sammet es un frontman de diez, con un humor bastante ácido, capaz de reírse de ellos mismos. Como en la balada Save Me "se que es una mariconada de balada de canción, pero podríais cantar conmigo"  o "se que este festival es de toda esas cosas de Black Metal, pero sé que en el fondo tenéis a un pequeño heavy que ha hecho que nos soportéis" . Incluso sin estas bromas el concierto se habría hecho igual de ameno, pero se echa de menos este tipo de humor en los escenario, porque a veces este mundillo es demasiado serio.
Como no, también hoy iba a tener mi ración de problemas de grupos, pero esta vez iba a ser algo distinto. Si a mi me preocupaban las coincidencias de horarios antes citadas, la gran mayoría de público estaba cabreada por la simultaneidad de Septic Flesh y Amon Amarth, a mi como los vikingos me dan igual, mi opción estaba clara. No tanto dudar entre Hatebreed e Incantation, pero hete aquí que para regocijo de la gran mayoría Incantation cancelaron el concierto, y más tarde me enteré que también parte de la gira. Total, que no habría coincidencia, pero me quedé sin el denso Death/Doom de los americanos, así que después de maldecir a la organización, a joderse e ir a Septic Flesh. Buen consuelo, sí, pero sólo durante 45 minutos que muy cortos se hicieron. Más aún con el sonido cristalino y perfecto del que gozaban, de los mejores del festival. Algo nada sencillo, si tenemos en cuenta la de elementos que meten los griegos en sus temas. Un setlist compuesto únicamente por sus dos últimos discos, los que los han lanzado a la palestra, The Vampire From Nazareth, Communion, Pyramid God, Persepolis y ese himno en el que se ha convertido Anubis. Muy pocos minutos para una formación que podría perfectamente dar conciertos de hora y media u dos horas, pero que esta vez me dejaron con cara de incredulidad por tan poco tiempo en el escenario. Me llamo la atención que no estuviese Sotiris Vayenas, encargado de las voces limpias en la banda, así que por desgracia las tuvimos sampleadas. Gran concierto, pero demasiado corto.
Septic Flesh Concert Setlist at Metalcamp 2012 on August 9, 2012 | setlist.fm

Como no, lleno absoluto en Amon Amarth, nada extraño si tenemos en cuenta que vi más martillos de Thor que crucifijos en el Vaticano. Valió la pena verlos porque ofrecieron el concierto más atractivo a nivel visual, con fondos de escenario que cambiaban, y mucha, pero mucha pirotecnia, es más, fueron los únicos que lo hicieron. No cambia que me haya quedado con las ganas de Incantation y Hatebreed, pero hay que rendirse ante los suecos porque hicieron un concierto digno de cabeza de cartel. Impresiona ver al gigantón de Johan Hegg en directo, la verdad. En cuanto al setlist, pues de los típicos para agrandar a todo el mundo. Live For The Kill, Cry of the Black Birds, Runes to my Memory, y como no, Pursuit Of The Vikings, de ese Twilight Of The Thunder God que tantas buenas críticas les han dado. Un concierto de esos que hay que ver, aunque sólo sea por mera curiosidad.
Amon Amarth Concert Setlist at Metalcamp 2012 on August 9, 2012 | setlist.fm


Para finalizar el jueves, más dudas, o bien los resurgidos Hell, o los cazurros de Milking The Goatmachine. Si por mi hubiese sido me habría partido en dos, más aún cuando me contaron el pedazo concierto-ceremonia ocultista que hicieron los británicos, pero por no movernos del escenario principal...
Mal hace uno en no tomarse en serio a unos tíos que tocan disfrazados de cabras, y más aún con una intro bastante peculiar y cómica, y aunque ya los conocía de mucho antes, los subestimé en potencia. Craso error tratándose de una banda de Brutal Death Metal, porque menudos moshpits que se formaron de nuevo, aunque esta vez más peligrosos, pero no en el sentido de que estábamos los cafres de siempre. No, era de noche y la mayoría de la iluminación había sido apagada, casi como pegar a oscuras, un riesgo adicional, como así atestigüé con múltiples caídas ajenas y alguna propia. Canciones como Here Comes the Uncle Wolf, Milk Me Up Before I Go Go, More Humour Than Human, dejan la broma limitada al título, porque por lo demás, blast-beats y mucho slamming y sin que uno se de cuenta, un destrozo corporal impresionante.

Viernes: 
Cinco días son muchos para un festival, y a estas alturas, pocas fuerzas quedaban. Pero un día de festival, sigue siendo un festival, aunque este decidiría tomármelo con más calma.
Así que decidí empezar con los finlandeses Swallow The Sun, otra banda más de esa estupenda generación de bandas de Doom/Death melancólico que está saliendo de Finlandia, como Ghost Brigade, Ommnium Gatherum, Insomnium... aunque estos son los que relativamente me gustan menos (su último disco me ha dejado un poco frío), sigue siendo un placer ver a bandas de este tipo, como si fuesen un buen plato que vas comiendo poco a poco. Curiosamente, el tiempo, bastante nublado, y con algo de lluvia, era perfecto para disfrutarlos, con nada de calor y tranquilos.
De ahí, giro de 180º para Sodom, los más crudos de la generación del Thrash alemán, una versión mejorada de Hellhammer, como me gusta verlos, por esos elementos tan blackers que tan bien los distinguen del resto. Una auténtica bomba sónica que en una sola hora de concierto descargaron una buena cantidad de temas, como si siguiesen una estrategia Blitzkrieg nos dieron con cada tema en la cara casi sin darnos cuenta. Sodomy and Lust, M-16, Agent Orange, Surfin' Bird, Rememeber The Fallen... no recuerdo mucho más por la cantidad de temas que enlazaban sin descanso. Tom y sus chicos siguen en un estado de forma envidiable, sacando discos cada muy pocos años, y siendo una patada en la boca en directo, que así sigan.

Hay que destacar el curioso caso de Pain, una banda que nació como proyecto paralelo a Hypocrisy y que ya ha superado a esta en popularidad del público general. El nombre de Peter Tägtgren sigue estando muy asociado a la banda de Metal extremo, pero cada vez su banda secundaria tiene más peso, y en unos años podría ser Peter Tägtren, el de Pain. Algo que tiene peligro, pues Hypocrisy estuvieron a punto de desaparecer en el 97, por problemas entre los miembros, algo que queda lejos afortunadamente, y porque Tägtgren quería dedicarle más tiempo a la banda industrial. De todos modos de momento sólo son conjeturas fatalistas mías, ya que para 2013 tendremos nuevo álbum de Hypocrisy, y vuelven los OVNIS y además con una historia extraña de esas que tanto le gustan al sueco.
No significa que odie a Pain, nada más lejos de la realidad, simplemente es que ya que veo a uno de mis ídolos, preferiría verlo con Hypocrisy (y también una de mis bandas predilectas, para qué negarlo).
Aún así sin chirridos y blast-beats, Peter y sus chicos dieron un espectáculo muy entretenido, incluso bastante "bailable", como me comentó un compañero de faenas. Si el escenario principal estaba a reventar, por algo sería. Dudo mucho que alguien saliese descontento después de la actuación. Una hora justa para Walking Of Glass, Same Old Song, Dancing With The Dead, The Great Pretender, Dirty Woman o Shut Your Mouth. Parecía incluso que habría opción de bis tras Shut Your Mouth, pero en eso se quedó.

Tiempo para el último cabeza de cartel del festival, Sabaton. La verdad es que con los suecos u oía cosas muy buenas, o muy malas. Muchos no se explicaban como podían estar de cabezas de cartel, porque en Wacken nadie los veía, por el otro lado, con el subidón que han pegado desde el Art Of War, se lo merecen, argumentaba la otra parte. Pero a la hora de la verdad, fue el concierto más peculiar de todos. Si el crowd surfing había estado presente en todo el festival, en esos momentos la gente se atrevió hasta con una tienda de Quechua. Si, una tienda de Quechua naranja, de esas que ves en el Decathlon, pues imagínatela surfeando en un mar de humanos. O también está la opción de tirarle un Kinder Bueno al cantante. "En los conciertos de Heavy Metal se tiran bragas, no chocolatinas para niños". Como bien decía el soprendido Joakim Brodén. Otro gran concierto, como en los demás cabezas de cartel (Korn quizás un poco más apáticos), y es que cuando dicen los Sabaton que su día había sido una mierda hasta llegar ahí, a un concierto con una gran marea humana esperándolos, pues todo salió perfecto (aunque fuese sin pirotecnia). Y de nuevo un servidor que se llevó la enésima sorpresa del festival con una banda de su género no predilecto. Hay Power Metal de calidad, más allá de los tópicos...
Finalmente para cerrar estos cinco largos días (tan largos como esta crónica), los festivos y bizarros Trollfest. Nada que ver con ese concierto acústico donde mi poca inteligencia me hacía ser candidato a una hipotermia en río mientras ellos tocaban. Hay que reconocer que no son de mi agrado. Sobre una batería de Black Metal ejecutan su peculiar (más bien, esquizofrénica) música, con acordeones y saxofon. Un contraste cuanto menos bizarro, pero la música era lo suficientemente festiva para esas horas y lo que quedaba de festival, y a estas alturas no iba a quejarme. Como no, finalizaron con el tema que han hecho exclusivo para el Metalcamp.
Así que sin darnos cuenta, hemos llegado al final del festival ¿que quedaba? pues una noche muy fría, mucha niebla, un viaje muy largo y como no, echar de menos estos días nada más salir del país. Por mi parte, aquí acaba la larga crónica sobre la música del festival. En la siguiente crónica, más llevadera, cubriré todo lo que fue la organización del festival, y como no, el viaje hasta allí, toda una odisea.


Antes de acabar, un consejo, si tenéis la oportunidad, por remota que sea, id a un festival europeo. Os daréis cuenta de que en este ámbito nos falta mucho que aprender, por desgracia.

Fotos: Metalcamp Facebook