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martes, 3 de julio de 2012

Sepultura, Clockwork, Switchtense, Mauser - Sala Custom (Sevilla) 26/06/2012


Lo que pasó el martes posiblemente haya sido de las cosas más extrañas que me hayan pasado en un concierto, pero que sin embargo demostró la gran profesionalidad y compromiso que tienen los brasileños con sus fans. Pero volvamos al principio.
Tal y como se estipulaba, el concierto de Sepultura debía comenzar a las ocho de la tarde, como es de suponer, y más si vives en Sevilla, un concierto en una sala nunca es puntual, otra cosa es que se retrasen más o menos minutos. En cualquier caso, ya tenía un mal presentimiento. Los brasileños venían de tocar en EEUU en el festival Orion Music and More organizado por Metallica. Temía que el jet lag, el cansancio, hiciera mella en los músicos, y no pudiese ver a una de mis bandas favoritas en todo su esplendor. Aún así había que considerar que ya tuvimos suerte, pues la interrupción de la gira europea echó atrás varias fechas en España, y en Sevilla estuvimos a punto de quedarnos sin ellos.
Sin embargo, cuando colgaron un pequeño papel en la reja de entrada, donde anunciaba que habría cierto retraso en el concierto, mucho no me tranquilizó, porque como he dicho, cierto atraso es habitual, pero que ya anunciasen eso, desde luego parecía que esto iba a ser para largo... y no me equivoqué, hasta las diez y cuarto aproximadamente no pudimos entrar en la sala. Todo esto bajo el sol de justicia sevillano, y por si fuera poco, la entrada solo estaba abierta para los que quisiesen comprar entradas. La verdad es que con todos estos ingredientes uno no puede sino pensar mal.
No obstante, luego me enteré que la realidad era muy distinta.
Durante el concierto, Andreas Kisser hizo referencia un par de veces a las dificultades que habían tenido, que a pesar de ser un día duro estaban ahí... vamos, que algo grave había tenido que pasar.
Un par de días más tarde, pregunté, vía Twitter a la sala que es lo que había pasado.
Al parecer en el viaje de vuelta les habían extraviado parte del backline (el equipo de amplificación que se usa en el escenario, por si alguien no lo sabe), y tuvieron que sustituirlo a última hora, de ahí el retraso enorme. Si, estas cosas pasan, y no te las crees hasta que te tocan de cerca.
Entonces ¿por qué es tan admirable la actitud de la banda?
Porque no escogieron el camino fácil, que habría sido cancelar el concierto, a pesar de perder dinero, y recuperar backline con más calma para el siguiente concierto, pero no fue así, y tampoco dejaron a varias bandas sin tocar, para ganar tiempo, pero eso habría sido una putada para las bandas, que además son jóvenes y tienen la ilusión de tocar con un gran grupo y sobretodo pueden publicitarse, algo que no se paga con dinero. Y es admirable porque conciertos se han cancelado por menos.
En lugar de eso, optaron por recortar veinte minutos de cada banda, inclusive los brasileños, la solución más justa, a pesar de dejar a todos con ganas de más.
Abrieron la noche los Mauser, banda local de Thrash, que aunque ya los había visto unas cuantas veces en distintos conciertos por aquí, se notaba, y mucho, que estaban motivados por telonear a sus ídolos. Salieron con muchísima fuerza, atronando al personal desde un principio, y aunque desconozco si en el último año han cambiado de miembros o no desde la última vez que los ví, han subido bastante el nivel, tanto en el apartado técnico como en el de desenvolverse en el escenario. Que sigan por este camino, que sigan trabajando, porque puede que llamen la atención un día no muy lejano

Nota: 7

Pero no me equivocaría al decir que los más sorprendentes fueron los portugueses de Switchtense. Había escuchado algo de su potente Groove/Thrash, pero en directo fueron una auténtica patada en la boca. No me esperaba ni mucho menos, esa brutal contundencia, tan contundentes como los violentos mosh que se formaron con su actuación. Desde luego, la escasa media hora que tocaron se quedó muy corta, les dio tiempo a tocar lo relativamente más conocido de su repertorio, como Face Off, Concrete Walls o Into The Words Of Chaos. Aún así, supieron aprovechar muy bien su tiempo, y tuvieron la suerte de que el sonido de la sala, en este caso, también les favoreció, permitiendoles sonar claros y potentes, como debería ser. Seguro que la actuación les sirvió para ganarse unos pocos de fans, me incluyo entre ellos.

Nota: 8'5


Los que no salieron tan bien parados fueron Clockwork, pero por razones ajenas a ellos. Curiosamente los veinte minutos que tuvieron, les sirvieron justos para tocar entero su EP Dawn Of A New Breed, desconozco si habrían tocado versiones, y cuales, en el caso de tener los cuarenta minutos de rigor, con esa duda nos quedamos. Lo primero decir que Clockwork, a pesar de tener tan sólo un EP, no son, ni mucho menos, unos novatos en esto. Para nada, hay miembros del calibre de Soziedad Alkoholika o Exodia. Vamos, profesionales con años de rodaje y contactos. Sin embargo, si a los portugueses les salió todo a la perfección, Clockwork sufrieron una mala mezcla de sonido, con una de las guitarras "tapando" a la voz, que apenas sonaba en algunas ocasiones. Nada tiene que ver con que en el disco tenga algunas partes en las que no cante agresivamente, como he oído por ahí. Le pusieron muchas ganas, pero el sonido les restó contundencia. Bajaron un poco la intensidad, que no el nivel. Aún así, muy cercanos con el público, tanto que algunos afortunados tuvieron la oportunidad de hacerse con alguno de los susodichos EPs, que lanzaron durante la actuación. Cierto es que se merecen venir aquí otra vez, con más tiempo y más material grabado, esperemos que ocurra.

Nota: 7'5


Llegaba el momento de los titanes de la noche, a pesar de que era bastante probable que el setlist se acortase para nuestra desgracia. Aún así, tras las intro correspondiente, salieron al escenario como unas bestias con Beneath The Remains, clásico entre los clásicos, y una de las favoritas de un servidor, suerte que decidieran recuperarla para esa gira de finales de año que fue el Thrashfest, donde tiraron de material añejo. Seguidamente llegaron Refuse/Resist y Kairos sin descanso alguno.
Para entonces la sala estaba a reventar, y aunque la tentación de un moshpit especialmente violento era muy tentadora, pesaba más el estar en segunda fila ante tus ídolos. Ni que decir tiene que ante los clásicos todo el mundo cantaba, pero es que con los temas de la etapa Green, también se cantaba, no tanto eso sí, pero ahí todo el público estaba entregado. Quiero decir que, el que se acerque a ver a la banda actual sólo por los clásicos, se sorprenderá de lo contundente que es el nuevo material, y aunque no sea tan mítico como los discos clásicos, en directo impresiona y mucho. Tenía ganas de escuchar temas de ese Kairos, que para mi gusto ha sido un álbum excelente.
Así fue, y tras la breve pausa de rigor para agradecer al público el haber venido en un día tan complicado (primera referencia al incidente que comenté arriba), llegaba Relentless, y sin descanso, otro clásico Dead Embryonic Cells, con su correspondiente intro enlatada, y enlazada con esta, Convicted In Life (uno de los cañonazos de ese Dante XXI al que le deberían dar más bola) y Dialog. Tal y como estaba la banda, desde luego no parecía que estuviesen hartos de tocar, o cansados. Nada más lejos de la realidad, daban apariencia de que este hubiese sido su primer concierto de la gira y estuviesen frescos.
Otra pequeña pausa más, y otra referencia a los problemas de esa tarde, y turno para uno de los cortes más recordados de Against, o lo que es lo mismo, uno de los pocos temas que se salvan, Choke. Después Septic Schizo/Escape To The Void (vamos, ETTV con la intro de Septic), una lástima que no decidan darle más oportunidades al Schizophrenia, porque temas como From The Past Comes The Storms o Rest In Pain funcionarían en directo, y quitaría otras cosas como Sepulnation, que vino a continuación. No es que sonase mal, para nada, pero es un tema bastante mediocre, por muy conocido que sea y tenga cierto cariño por parte de los fans.
A partir de aquí, la recta final iba a ser de vértigo, empezando con ese pequeño solo de batería de Eloy Casagrande, al verlo uno entiende por qué a pesar de tener una edad relativamente corta (es tres días mayor que yo...), está en Sepultura. El tío es una máquina en la batería, e impresiona bastante ver a la velocidad que toca. Sin embargo, ahí sigue otro de los problemas que tienen Sepultura desde el 97, una sola guitarra. Kisser es un guitarrista estupendo, y de hecho no falló una sola nota esa noche, pero sin otro compañero a la guitarra, los temas suenan más huecos, menos potentes, y con dos guitarras podríamos escuchar esa dupla de guitarras que es imprescindible para música de este tipo. A pesar de eso Subtraction, Territory, Inner Self y Arise siguen siendo demoledoras, y aún más si fueron seguidas, sin descanso alguno, el punto álgido de la noche, y si le hubiésemos sumado unos cuantos temas más como Slaves Of Pain, Slave New World, o Attitude (la cual se cayó del setlist por falta de tiempo), habría sido perfecto. Aún así, todavía quedaba un bis, compuesto por Ratamahatta, tema más bien hecho para que ellos se diviertan tocándolo, y la siempre presente Roots Bloody Roots, que a mi pesar hace años que se convirtió en el himno de Sepultura, no obstante no voy a negar que uno disfruta cantando y botando en este tema, independientemente de su calidad.
Al final ni Attitude, ni What I Do!, ni Mask, ni Just One Fix. La ejecución fue perfecta, pero uno se queda con ganas de más, después de una hora escasa donde los brasileños mostraron su mejor cara, aunque por dentro igual estuviesen maldiciendo sin parar por todos los inconvenientes que tuvieron, pero es su trabajo, y aunque no sea tu mejor día, dejaron todo eso atrás y se dedicaron a lo que mejor se les da.


Nota: 9