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sábado, 17 de septiembre de 2011

Crítica de discos: ICS Vortex - Storm Seeker (2011)

Para qué nos vamos a engañar, cuando acepté el pedido de reseñar este disco no tenía ni idea de que iba a encontrarme. Ya conocía, obviamente al ex-bajista de Dimmu Borgir y la aportación que hacía este a la banda noruega, y aunque nunca he sido muy fan de la música excesivamente recargada de Dimmu Borgir, siempre me pareció la suya una voz agradable, aunque eso no quita que verlo sin toda la parafernalia de los noruegos alrededor, me sea cuanto menos, bastante raro.
Pero por suerte o por desgracia, poco o nada tiene que ver la nueva banda del cantante/bajista con lo que nos tenía acostumbrados en Dimmu Borgir, es decir, ni grandes arreglos orquestales ni riffs impregnados en Black Metal. No, en sulugar tenemos un Heavy Metal de corte mucho más clásico, más sobrio y con algunos toques progresivos y power metaleros, que conociendo la voz de ICS Vortex es lo que más le pegaba.
No obstante hay algunas reminiscencias a los que hizo en el pasado, algo comprensible. La canción que abre el disco The Blackmobile es un ejemplo claro, donde al afinar el oido encontramos riffs con cierto aura "blacker", eso sí, de una manera mucho más relajada, para que os hagais una idea, algo un poco más suave que lo que hizo Demonaz (letrista de Immortal) en su disco March Of The Norse. Reminiscencias digo, porque no tiene la intensidad y mala leche que tiene ese álbum, por no poner de ejemplo algo como Immortal.... No es que sea algo malo, ni mucho menos, simplemente parece un recordatorio de donde viene uno.
El resto del álbum tira por una corriente mucho más épica, que incluso podrían recordarnos a cualquier banda de Power Metal europea de primer nivel, aunque sin tanto predominio de teclados, eso sí.
Vease Odin's Tree, que no oculta su temática vikinga, o Aces, con esas guitarras dobladas de la escuela de Iron Maiden. Incluso gracias a los teclados de Skoal! podríamos identificarlos con algo de Folk Metal, tipo Turisas o Korpiklaani.
Pero es ese toque épico y conmovedor el que impregna en todos los cortes del disco, incluso en temas más Hard Rockeros como Windward o Flaskeskipper, y en especial en el tema que de título al álbum, el más largo de todos con unos 6 minutos de duración, pero que es un pequeño resumen la más tranquila de todo el disco, donde no contamos con guitarras distorsionadas, sino con una batería nada agresiva y unas guitarras limpias con bastante aire blues y progresivo, y sí, si alguien lo está pensando, falta cambiar la aguda voz de ICS Vortex por una más grave y tenemos un tema de Opeth, perfecto para ser incluido en el Damnation o en el Heritage que saldrá en breve (y que ya ha generado polémica). Gran tema y que seguro, se convertirá en la favorita de muchos fans de este noruego, que me consta que los tiene a patadas.
Ya para acabar, aunque no he comentado todos los temas, pues creo que todos siguen la misma linea, y con lo que he dicho os podeis hacer una idea, destaca la curiosa outro de The Submariner, compuesta enteramente por teclados electrónicos ambientales, en plan (salvando las distancias) Jean Michel Jarre (típico tema que ponen en Milenio 3 de fondo para hablar de OVNIS), que sospecho que habrá sido una de las mayores influencias del rubio cantante noruego.
Como veis, este álbum ha servido como campo de juegos a ICS Vortex, que libre de limitaciones ha hecho básicamente lo que le ha dado la gana, cosa que es bastante buena si sabes qué quieres hacer, y, más importante, tienes capacidad para ello. Un buen álbum, sin duda, al que habría que reprocharle que las voces tengan ese tono monótono agudo que a la larga cansan un poco. Pero claro, esa es una de sus señas de identidad a la hora de cantar. Aunque le hemso visto en registros un poco más graves, no sería descabellado pedirle para el siguiente álbum que lo bajase un poco. No obstante, buen álbum, sólido y con las ideas claras, que muchas veces eso se echa de menos

Nota: 8

miércoles, 3 de agosto de 2011

Crítica de discos: Demonaz - March Of The Norse (2011)

Tocaba ya otra reseña de álbum, sólo que esta vez es especial, es el primer pedido que concedo en este blog (concretamente de C.G.), y que espero que sean más.
Disco muy adecuado a las circunstancias en las que me encuentro, un tanto perdido por el norte de España, con un paisaje de montes verdes, un tanto idílicos, y sin mi ordenador de mesa, así que poco puedo hacer salvo actualizar este pequeño pozo de inmundicia llamado Aire Frio.
¿Y que mejor que un álbum de Metal Vikingo para estar rodeado entre montañas? Porque la portada este álbum es como un disco de Cannibal Corpse (salvando las enormes diferencias musicales, claro), deja muy claras sus intenciones desde el primer segundo. Con una portada donde muestra a una especie de dios nórdico congelado, y con un título que lo deja todo aún más claro: la marcha de los nórdicos. Si alguien ha hecho ya sus similitudes con Bathory o Tyr, ha dado en el clavo. Porque esto es lo que vamos a encontrar en la media hora que ocupa el álbum, 100% Heavy Metal Vikingo, con todo lo que ello conlleva: épica, coros medievales, letras de fantasía, etc.
Por otro lado, hay cierto detalle que nos revela definitivamente lo que vamos a encontrar. La tipografía de la "banda" es la misma que la de la banda Immortal, y para el que no lo sepa (que espero que sean pocos o ninguno) este es el proyecto en solitario del letrista y ex-guitarrista de Immortal, cuyo apodo responde al nombre de su banda. Ex-guitarrista porque por desgracia, el exceso de práctica con la guitarra dejó al pobre Demonaz con una tendiditis tal que era incapaz de lavarse la cabeza, por ello fue forzosamente relegado al ámbito de las letras en Immortal, dejandonos así sin uno de los mejores guitarristas del ámbito blacker y del panorama metalero en general. Por tanto su vuelta, aunque a las voces, era muy esperada. Y para que vamos a engañarnos, se nota mucho que Demonaz fue co-fundador de Immortal, porque huele a dicha banda por los cuatro costados. Aunque no vamos a encontrar esos riffs ultra veloces ni blast beasts por doquier, como pasaría en un disco de Abbath y compañía. Aquí se parece mucho más a los Immortal más melódicos y épicos, de esos que componen temas como: "Beyond The North Waves" o "In My Kingdom Cold". Aparte, la voz de Demonaz es parecida a la de su compañero de banda, pero sin ser tan desgarrada. Podría decirse que mucho más suave, y por tanto más accesible.
Desde el primer momento, con la introducción de North Hymn, con esa guitarra acústica y los coros masculinos, no necesitamos ser muy avispados para saber lo que nos va a caer. Y cuando se desata todo con All Blackened Sky, las reminiscencias a Immortal son clarísimas, con esos riffs blackers pero pasados por un filtro melódico. Es cuando oímos los coros de fondo y la "suave" voz de Demonaz, recitando una oda a los dioses nórdicos, es cuando nos recuerda totalmente a los suecos de Bathory, que siempre fueron una inspiración, no sólo de Immortal, sino de todo el Black Metal noruego en adelante, solo que aquí se nota quien adoraba más a Quorthon.
En pocas palabras, aquí Demonaz hace lo que le da la gana, que para eso ha reunido a dos colegas (Ice Dale, de Enslaved, otros que tiran por los mismos derroteros, y Armaggeda, batería de I, y primer batería de Immortal, y no, no es casualidad que sean tres en la banda), para divertirse un rato. Vamos, un "yo me lo guiso, yo me lo como".
Tal vez se le puede achacar que acaba siendo un tanto monótono, pues las señas de identidad comentadas antes en All Blackened Sky, podríamos aplicarlas al resto de cortes, pero es que este disco es muy transparente, no hay otra pretensión que hacer un buen disco de metal épico, para complacer tanto a los seguidores del género, como para los que quieran aproximarse a este por primera vez. Podríamos establecer un paralelismo con otras bandas como Bloodbath o Magic Kingdom, donde se reunen músicos expertos en el género, que no tienen la cantidad de actividad de un grupo normal, para hacer un álbum sin demasiadas complicaciones, sin necesidad de experimentos raros, y hacer un álbum respetando el género de forma fiel, algo que de vez en cuando se echa de menos.
La única diferencia es que aquí el alma de la banda es una sóla persona, que está en todo su derecho de hacer lo que le plazca, y para recordarle al mundo, que, de una manera u otra sigue ahí. Y no hace falta mucho más

Nota: 8