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jueves, 19 de abril de 2012

Sin lastres


Tras una pausa más larga de lo que me gustaría, debido a algunos trabajos de la facultad, por fin puedo comentar una noticia que para muchos será mala, y para otros buena (y también habrá a quien se la pele, como todo).
Supongo que con la fotografía de inicio muchos ya sabréis a lo que me refiero, que no es ni más ni menos que la salida de Mikael Akerfeldt de Bloodbath. La gracia del asunto es que ya dejó la banda en 2003 para dedicarle más tiempo a Opeth, y aunque tocó con ellos en Wacken 2005, ya que su cantante oficial en este tiempo: Peter Tägtgren es un hombre más ocupado aún, volvió en 2008 y por el mismo motivo que hace nueve años, abandona otra vez el barco.
Como me esperaba, ha habido muchos lamentos ante la noticia. Akerfeldt es un cantante genial, y cualquier banda estaría encantada de tenerlo en sus filas, y sería una enorme pérdida quedarse sin sus servicios.... pero no para Bloodbath, para la banda sueca ha sido una ganancia.
Si, más de uno dirá que cómo puedo decir eso, si Akerfeldt es un músico excelente, que mire a Opeth, que blablabla. Ahí está el problema. Me da la sensación de que muchos que se han lamentado de la noticia, son fans de Opeth, y a buen seguro más de uno sólo escuchaba a Bloodbath por Akerfeldt, así que lo que les fastidia es que su ídolo se ha quedado sin una banda. Pero yo lo diré así de claro, no soy fan de Opeth, sino de Bloodbath, y mucho. Tanto es así que son una de mis bandas predilectas. Como he mencionado en alguna vez, se me cae la baba con el Death Metal sueco, y escuchar a una banda que recoge lo mejor de este movimiento me vuelve loco.
Precisamente porque conozco a Bloodbath desde hace mucho, y no por Akerfeldt, soy de los que piensan que Bloodbath han hecho muy bien al librarse de nuestro amigo. Doce años de historia y sólo tres discos, dos EPs y dos DVDs, pero demasiada camiseta. Por mucho que me gusten Bloodbath, poca seriedad  le da esto a la banda. Parece más un capricho de unos músicos que se aburren, y realmente empezó así, pero la calidad que tenía su material pedía a gritos ser explotado en directo, y no ha sido hasta 2005 cuando por fin dieron un concierto. El motivo siempre era el mismo, falta de tiempo debido a los compromisos con sus bandas principales. Pero a medida que ha avanzado el tiempo, parece ser que Akerfelt era el único que suponía un lastre. Ya lo dijo Jonas Renkse (cantante de Katatonia, reconvertido en bajista aquí) en 2010, que a ellos les gustaría hacer más cosas, una gira de verdad, por ejemplo, pero que el único que no quería era Mikael por sus compromisos con Opeth (minuto 2:02 si quereis oirlo de su boca)



En otras palabras, esto ya se veía venir. Si queremos que Bloodbath sea una banda en condiciones, y no algo como un mundial, que se vea cada cuatro años, esto era necesario. Todos parecen muy dispuestos a llevar a Bloodbath al siguiente nivel, y ahora pueden aprovechar todo su potencial. No sirve la excusa de que ahora que no está Akerfeldt, no va a ser lo mismo. Voy a ser muy subjetivo, pero me da igual, ahí está uno de los mejores discos de Death Metal de la última década como es Nightmares Made Flesh, con Peter Tägtgren, y aunque sea imposible, al estar ocupado siempre con Hypocrisy y Pain, Tägtgren sería la voz perfecta para Bloodbath. Sin embargo ellos dicen que ya tienen cantante, del cual todavía no desvelarán nada, aunque no creo que sea alguien que tenga otra banda grande. Ya han tenido suficientes problemas por  ahora con combinar agendas.
Por si queda alguna duda de que al último al que Bloodbath le importaba algo era a Mikael, aquí van sus propias declaraciones. En pocas palabras, ya ni lo veía divertido y sabía que los demás se lo querían tomar en serio.
Puede que sea un poco duro con Akerfeldt, pero nada más lejos de la realidad, se ha portado de manera ejemplar, aceptando que ahí no tenía nada más que hacer, y quitándose de en medio para no molestar. No creo que la separación haya sido en malos términos, todo lo contrario, cada uno por su lado. El cantante consigue más tiempo para su banda, y nosotros una banda con total disponibilidad para hacer lo que les gusta, y sobretodo, la posibilidad de verlos en directo.
Eso si, menudo papelón va a tener el nuevo para igualar a dos malas bestias como Tägtgren y Akerfeldt, aunque sabiendo como son las cabezas pensantes detrás de Bloodbath creo que no debemos temer.

martes, 21 de febrero de 2012

Crítica de discos: Hypocrisy - Hell Over Sofia (2011)


Pequeña novedad dentro de las reseñas del blog. Hoy toca una reseña de un álbum en directo y un DVD, que además es la primera vez que critico un DVD en este espacio.
Lo diré desde el principio, siempre he sido un aférrimo defensor de los discos en directo, considero que la discografía de una banda no está completa sin un disco en directo decente. No me valen las cutradas para sacar dinero, tiene que ser algo que sale desde la propia banda y no desde la discográfica.
Un buen álbum en vivo, esa es una asignatura pendiente en el Metal extremo. Mientras que en el Metal convencional tenemos auténticas obras maestras como: A Real Live/Dead One de los Maiden, Priest.... Live! de los Judas, o el mejor de todos a mi parecer, el Live Shit: Binge & Purge de Metallica. Mientras que en el Black y Death tenemos directos un tanto mediocres como el Entangled in Chaos de Morbid Angel (que parece más un ensayo bien ejecutado que otra cosa), directos soporíferos como Dead de Obituary, por no hablar del formato video, donde hemos visto despropósitos, vease el The Auricular Chronicles de Aborted, Black Mass Krakow de Gorgoroth, Live Damage de Dark Tranquillity y cualquier cutrez grabada con cuatro cámaras donde apenas se oye al público. No obstante, tal y como está la industria musical, las bandas se centran (aún más) en el directo, y esto a beneficiado enormemente a los discos en directo. Donde cada vez se mejora más la producción, se da un sonido más nítido, se le da importancia al público. Cosas que parecen bastante obvias pero que, sin embargo no se cuidaban, llegando a ser una asignatura pendiente en las bandas extremas. Pero en estos últimos años han salido auténticas joyas como Where Death Is Most Alive de Dark Tranquillity, o Evangelia Heretika de Behemoth, y afortunadamente este Hell Over Sofia entra en esta categoría.
Encontramos dos CDs en directo y un DVD. En los dos CDs tenemos en concierto entero en Sofia, y aunque alguien pueda pensar lo contrario, no es que simplemente hayan sacado el audio del DVD y lo hayan  puesto en estos dos discos. Nada más lejos de la realidad, es un directo en condiciones, casi hora y media de brutalidad sonora.
En cuanto al setlist, podría decirse que es muy bueno, aunque, como todo, mejorable. Tenemos clásicos como Fractured Millenium, The Final Chapter, Killing Art, o Roswell 47, que sirve de cierre del concierto. Nombraría también Pleasure Of Molestation o Apocalypse, pero están dentro de dos enormes Medleys, cosa que siempre me ha reventado bastante. Ya que filmaban el DVD podían haber tocado los temas enteros. Esto no quita que la ejecución de los temas sea impresionante, sonando con esa mala leche que sólo tiene el directo. Para el que dude de la veracidad de los temas en directo, por si tienen algún retoque en estudio. Ese retoque se queda en una limpieza y mezcla de sonido, algo normal pues en directo puede que un instrumento se "coma" a otro (proceso en el que, por ejemplo, las guitarras salen ganando y los teclados perdiendo), pero no se ha camuflado absolutamente ningún  fallo. Quien tenga dudas, ahí tiene Youtube....
Sin embargo al ver el video, podemos darnos cuenta que pequeños trozos de los diálogos de Peter con el público. Algo incomprensible pues hay espacio de sobra en los discos. Lo que tampoco es comprensible es que en los dos medleys que tenemos, estén cortados trozo por trozo de canción, algo absurdo teniendo en cuenta que en el DVD no pasa esto y cada trozo del medley está unido. Tal vez lo hayan hecho para dar la impresión de que el CD contiene más temas que el DVD. Movimientos bastante absurdos que no alcanzo a comprender....
Como es habitual el DVD está editado de manera espectacular. Múltiples cámaras de alta definición en varias partes del escenario, tanto por los laterales, como por el centro y una cámara aérea. En pocas palabras, un trabajo hecho por profesionales y donde se nota que ha habido dedicanción y esmero. Poco puedo más decir para alabarlo, el resultado es impoluto, tanto en audio como en video. ¿Que poner de pega en este aspecto? Que el concierto no dure más de hora y media.
Aunque para que negarlo, lo más atractivo del DVD era el documental que acompaña al directo: 20 Years Of Chaos And Confusion. Que, lógicamente no es ni más ni menos que un breve repaso por la historia de Hypocrisy narrada por el propio Peter. Desde los comienzos con Masse Broberg hasta hoy día. Lo cierto es que el documental nos deja momentos impagables como cierta anécdota que tuvo que ver con la famosa Vanessa Warwick, la casi mortal salida de Masse Broberg de la banda, o el impacto en la banda que tuvo la retirada de Lars Szoke de las baquetas, o enterarnos de que sin Mikael Hedlund y el anteriormente citado Lars, el sonido de la banda no habría sido el mismo. Aunque finalmente a uno le queda la sensación de que podrían haber profundizado mucho más en aspectos como el por qué de la temática de las letras, y sobretodo que ese mini documental de casi media hora sobre la gira sudamericana de 2010 se podría haber acortado un poco, porque se convierte en la parte más aburrida del documental (aunque, insisto, ese es el único punto bajo). De agradecer que no se haya convertido en un compendio de videos caseros sobre las borracheras de la banda, como suele pasar en muchos casos.
Por último nos dejan de regalo el último videoclip de la banda: Weed Out The Weak, y aquí es donde hay que dar otro pequeño tirón de orejas a la banda, que se ha dejado de por medio los videos de Eraser y Scrutinized, ya que los demás videos estaban en el anterior DVD de la banda (Live & Clips). Pequeños detalles que son de agradecer.
A pesar de todo esto, hay que rebuscar mucho para encontrarle los defectos. Poco se puede decir ante un trabajo tan bien hecho, y que merece ser escuchado y visto por, no sólo los seguidores de Hypocrisy, sino por cualquier seguidor del Metal extremo que quiera ver otro ejemplo de cómo hacer un excelente disco en directo.

Nota: 9

lunes, 5 de septiembre de 2011

Crítica de discos: Hypocrisy - Abducted (1996)

Hay pocas bandas que pueden dar un giro contundente a su sonido sin perder la calidad y no perder muchos seguidores por el camino, y a pesar de eso da la sensación de que Hypocrisy siempre ha estado por detrás de las bandas "convencionales" de Death Metal melódico como Arch Enemy o At The Gates, cuando su calidad está fuera de toda duda, que ya sean mejores o peores que X bandas es a elección de cada uno, lo que sí está claro es que Peter Tägtgren y sus chicos han sido y son de los más originales.
Para empezar su "Melodeath" se decanta por un perfil más atmosférico, con teclados más ambientales y la voz de Tägtgren, que por su rasgada voz gutural encajaría más en una banda de Black Metal, además de que podemos encontrar trazos del susodicho Black Metal, Thrash e incluso Doom, a pesar de empezar siendo una buena banda de Death Metal más normalita, pero que ya dejó trallazos bajo el nombre de Penetralia, Osculum Obscenum y The Fourth Dimension, que siguen siendo muy apreciados a dia de hoy, y es precisamente este último disco el que serviría como transición a la obra que trato hoy y clave para entender como se gestó este álbum.
Para empezar a partir del 94 (fecha de salida de The Fourth Dimension) la temática satanista y violenta se empezaba a dejar de lado y comenzaron a introducir una temática que ya será completamente protagonista del 96 hasta día de hoy y muy pocos habían decidido explotar.
La temática OVNI que siempre ha caracterizado a Hypocrisy y que siempre ha estado muy presente, tal vez por eso muchos nunca se los han tomado en serio y los han considerado como la banda del pirado de Peter Tägtgren (aunque a veces tienen motivos para hacerlo), pero OVNIS aparte, este es el disco emblemático de Hypocrisy, donde desarrollan su sonido más característico, sin experimentos como su álbum homónimo o el Catch-22, álbumes más rápidos, más lentos, etc. Lo que no quita que haya incluidas algunas sorpresas que veremos más adelante.
Por si quedaban dudas con su bizarra portada (que cada uno interprete como quiera), el álbum abre con una intro desconcertante, donde oimos a dos pilotos conversando a través de una transmisión, donde parecen muy preocupados por algo, no sabemos el qué porque dicha transmisión tiene la misma calidad de sonido de una psicofonía, sólo podemos oir claramente al final "esto es extraño". Tras esto arranca el que se ha convertido en el himno de Hypocrisy: Roswell 47. Toda una declaración de intenciones, sin engañar a nadie y dejando claro con lo que nos vamos a encontrar a lo largo de todo el álbum, canción de medio tiempo, con tintes épicos, voz rasgada de Tägtgren y riffs muy inspirados en la escena de Gotemburgo (aunque las similitudes no van mucho más lejos).
Por el contrario tenemos temas mucho más rápidos como Killing Art, Abducted o Point Of No Return (donde se nota la sombra del Thrash alemán), como recordatorio de la etapa más embrutecida de Hypocrisy, aunque donde mejor se desenvuelven es en la otra parte del álbum, la que muestra a Tägtgren, Hedlund, y Szoke no tan rápidos, sin perder la contundencia, pero dejando espacio a los teclados e incluso a las voces limpias, dandole a los temas un aura incluso majestuosa, se nota que esto es lo que le realmente les gusta a los suecos, ningún tema tiene desperdicio, desde la emocionante The Arrival Of The Demons, pasando por la chillona When The Candles Fades. Sobre las letras creo que sobra decir que los OVNIs tienen el monopolio lírico...
Sin embargo, como comenté, todavía quedan un par de sorpresas bajo la manga en el tramo final. El interludio tranquilo de Reflections apenas da pistas de lo que se avecina, pero ha sonado demasiado "bonito" para ser una banda de metal extremo. Es entonces cuando llega la gran sorpresa, Slippin' Away no es ni más ni menos que..... !una balada! En el 96 no era yo consciente, pero me imagino que a más de un true le sentaría como un tiro el hecho de oir una balada por parte de un grupo de Death Metal, sorpresa absoluta para la época, hoy día esto ya no es sorprendente, pero bueno, tambien es cierto que hay mucho idiota que hace "Melodeath" con mucho azucar y poca personalidad, pero eso es otro tema...
Lo cierto es que Hypocrisy fue posiblemente la primera banda de Death Metal en hacer una balada, aunque es cierto que la temática del suicidio para una balada no es de lo más original, el resultado final es cuanto menos, satisfactorio. Por si fuera poco, Drained sigue el mismo camino, siendo incluso más calmada que su predecesora.
A pesar de el fantástico álbum que se sacaron Hypocrisy bajo la manga, mucho, demasiado les costaría conseguir el reconocimiento que se merecían, camino que todavía siguen recorriendo. Tal vez para una banda tan atípica como Hypocrisy les ha venido bien estar mucho tiempo en segundo plano, lo que les ha permitido no bajar su calidad y además poder hacer pequeños experimentos, porque todos sabemos lo que les pasa a las bandas que llegan a lo más alto, tal vez sea mejor así.

Nota: 9,7

lunes, 11 de julio de 2011

Crítica de discos: Celtic Frost - Monotheist (2006)


Posiblemente con esta entrada no le descubra nada nuevo a nadie, no sacaré ninguna novedad de renombre pero creo que es necesario dedicarle una entrada a un álbum tan monumental como es Monotheist. Pero sobretodo esta entrada es un tributo a la banda sin la que posiblemente no existiría el Death Metal, ni el Black Metal, ni el Doom (o por lo menos no tendría ese aura tan malévola).
Se dice que Celtic Frost son los Black Sabbath del metal extremo, algo que no es exageración en absoluto. Estamos hablando de una banda que pasó de ser una cutre banda de Thrash como fueron Hellhammer, a hacer uno de los álbumes más grandiosos y bizarros de la historia del Heavy Metal: Into The Pandemonium. Una banda tan grande que sólo pudo ser derrotada por sí misma, con ese vomitivo Cold Lake que no era más que una burda imitación de Poison y compañía, acompañado, como no, de unas horrendas fotos promocionales. Cada disco de Celtic Frost (no cuenta Cold Lake, claro está) suena distinto del siguiente, y cuando digo distinto, es que el cambio se nota y mucho. Puede que no fuesen los músicos más técnicos del mundo (algo que está bastante de moda últimamente) pero son capaces de transmitir muchísimo más con una sola canción que la mitad de bandas modernas.... y no tan modernas.
¿Pero por qué escojo su último álbum en vez de Morbid Tales o Into The Pandemonium, que para muchos representan el auténtico sonido de los suizos?
Bueno, situémonos primero: Estamos en el 2001, Celtic Frost, o lo que es lo mismo: Tom Warrior y Martin Erin Ain deciden reunirse tras su separación 8 años antes. La cosa no empieza bien, con otra maqueta bizarra (en el mal sentido de la palabra) como fue Prototype. A pesar de esto, siguen trabajando en un esperado álbum de regreso, y anuncian orgullosos que su nuevo álbum es el más oscuro que han hecho hasta la fecha. Puede parecer típica fanfarronería que sueltan todas las bandas, pero Celtic Frost cuando dicen que van a hacer algo lo hacen, con todas sus consecuencias. Porque no mintieron sobre la oscuridad del álbum.
Monotheist es otro giro de tuerca completo al sonido Frost, no tiene nada que ver con Into The Pantemonium o To Mega Therion, pero a la vez suena a Celtic Frost, y por si fuera poco con giños a su pasado más glorioso.
Aunque este álbum sea relativamente menos difícil de clasificar (Doom Metal de cajón), tiene esos detalles extraños y experimentales que tanto gustan a esos suizos. Pero sorprende bastante el hecho de que, siendo un álbum de Doom Meal, podría pensarse que tal vez se haga monótono, tenga poco dinamismo, que no enganche, etc. Nada más lejos de la realidad, tenemos variedad de sobra, es imposible aburrirse, incluso con Synagoga Satanae, un himno de 14 minutos nada más y menos, pero de eso nos ocuparemos luego.
El disco abre con un breve zumbido que nos dará paso a Progeny, que, siendo ortodoxos, no es lo suficientemente lenta para ser clasificada Doom, pero eso no importa, lo que nos interesa es la machacona batería de Franco Sesa, que actua como si acabase de darse una sesión de Godflesh, lo que contribuye a crear una atmósfera un tanto repetitiva, algo hecho a conciencia.
El primer "ataque" propiamente Doom lo tenemos en Ground. Un aunténtico muro contundente de guitarras y bajo nos acompañan desde el primer segundo, como una apisonadora, aunque de vez en cuando la base rítmica quedará "desnudada" en forma del bajo de Ain, y la percusión de Sesa.Ideal para contar la agonía de alguien olvidado por sus dioses
Con el poético nombre de A Dying God Coming To Human Flesh tenemos la canción relativamente más accesible del disco, es más, de este tema se sacó un video.
Compuesta por un ritmo limpio y lento y una letra sumamente repetitiva a manos de Ain, que en esta canción lleva la voz principal. Pero no es más que calma antes de la tormenta, y lo que antes era un tranquilo tema acústico se convierte en una canción inhumana, con una voz que parece parida por un buen cantante "blacker", a partir de ahí nos acompañará la solemne voz de Tom Warrior , que parece el único abismo de calma entre tanta violencia sónica.
Pero ahora empiezan las sorpresas: Drown In Ashes empieza con una calmada intro con sintetizadores a la que pronto se le unirá la voz de Lisa Schapaus, antigua cantante de Xandria (con ese nombre no es muy complicado averiguar el género) para hacer un siniestro dueto con Tom Warrior, algo que no nos coge por sorpresa a todos aquellos que han seguido la trayectoria de los suizos...
Una de los temas más interesantes de este álbum es Os Abysmi Vel Daath, y no sólo por su título sugerente, sino porque desde su punto de salida deja entrever esas otras influencias que han cogido Celtic Frost para su nuevo retoño. Se nota cierta mano del Drone, e incluso del Noise, que no quiere decir que vayamos a encontrarnos un zumbido de 20 minutos, pero sí que es uno de los temas donde está presente ese Doom Metal tan aplastante. No está, por tanto, hecho para oídos poco acostumbrados. Más aún con el desconcertante interludio que contiene, que recomiendo escucharlo completamente a oscuras y con los auriculares bien puestos, eso sí, la experiencia es cuanto menos.... curiosa.
En la versión Digipack del álbum se incluía el tema extra Temple Of Depression, tal vez no incluido en la versión original por su parecido con Progeny, es decir: batería machacona y guitarras entrecortadas, aunque más influida por el Drone en ciertos puntos. Canción, a mi parecer, que no es nada del otro mundo, pero que tampoco hubiese bajado la media demasiado al disco. Atención a la sección de "ruido" que se marcan al final del tema. Típico experimento made in Celtic Frost.
Pero para quitarnos de tanto aire desagradable encontramos a Obscured. Menos furiosa que su predecesora y que probablemente sea lo más próximo a una balada que vamos a encontrar en la discografía de los alpinos (bueno, si nos aventuramos igual hasta lo podríamos considerar). Con un bello dueto entre Warrior y una tal Simone Vollenweider, aderezado de esos riffs laaaaargos y mantenidos de guitarra que hemos oído en todo el disco, aunque, como he dicho antes, más calmados, cuyo propósitos es dejarle el protagonismo a las voces, al menos en este caso.
Este bonus track que apareció en el vinilo, sí que debía haber sido parte de la versión regular del compacto. Incantation Against es más que un guiño al pasado, es un homenaje descarado. La canción se compone de una intrumental clásica, con cierto toque a las mil y una noches, donde predomina la voz de una damisela, en este caso la misma Simone que aparecía en Obscured.
Si alguien ha encajado las piezas verá que es ni más ni menos que un clarísimo homenaje a Tristesses de la Lune.
Pero tanta tranquilidad no puede ser posible, así que volvemos a tener a los Celtic Frost más burros en Domain Of Decay, otro tema para incrustarte contra el suelo, con esos riffs monolíticos y la voz de Tom, que suena tanto en su tono lúgubre como con su mala leche habitual.
Ain Elohim tiene la misma agresividad, solo que mucho más continua, durante 7 largos minutos sin descanso, donde las cosas cada vez se ponen peores, con un Warrior desatado totalmente hasta el fundido final.
Pero ahora viene la traca final: la triología Triptych compuesta por Totengott, Synagoga Satanae y Winter, que es lo mejor del disco sin duda.
La primera parte: Totengott, es escalofriante, con una extraña instrumental que parece sacada de una sesión de Noise, y una voz inhumana que da pavor. Sencillamente indescriptible.
Pero llegamos al cúlmen del álbum. Aunque pueda parecer que los 14 minutos de Synagoga Satanae sean demasiados, puedo asegurar que no sobra ni un solo segundo.
Lo que empieza con un sintetizador de los que nos tienen acostumbrados, se revela enseguida con uno de esos riffs aplastantes, que tanto hemos visto por aquí. Por si no fuera poco con la voz de Warrior, aquí cuenta con el apoyo de Satyr de Satyricon y Peter Tägtgren de Hypocrisy, que irán llevando la atmósfera de la canción a algo terrorífico y sobretodo, fúnebre, acompañado por ese ritmo que parecen los pasos de un elefante, y para aumentar el desconcierto en el oyente, el idioma de la canción va variando: del inglés al alemán, y del alemán al latín, eso sí, la letra no tiene desperdicio para nada...
Y cuando parece que el tema da un respiro, en ese momento justo vuelven las pesadas guitarras de Warrior y Erol Unala.
Por suerte para nosotros (si es que seguimos vivos) cuando la batería comience a mostrar un ritmo más rápido, significa que estamos cerca del final de la pesadilla, que deja paso al sencillo tema instrumental Winter, mucho más tranquilo y calmado que el resto del disco, para darle un respiro al oyente. Lo mejor de este tema es que realmente a uno le deja la sensación de haber sobrevivido a una enorme tormenta, porque lo ha sido, tras tanta locura y pesadez.
Si has llegado hasta aquí tras este largo tocho, enhorabuena, significa que te ha interesado realmente el disco o que tienes mucho tiempo libre. En cualquier caso, si lo has escuchado, te recomiendo encarecidamente que le des otro repaso, es uno de esos álbumes densos pero que recompensan la perseverancia, y si por el contrario no lo has escuchado, ya estás tardando en bajarlo, comprarlo o robarlo, pero créeme que su escucha, aunque pueda resultar muy árida, vale mucho la pena. No todas las obras maestras están hechas para todos los oídos

Nota: 9,5

martes, 15 de marzo de 2011

Crítica de discos: Bloodbath - Nightmares Made Flesh (2004)

Dicen que la familia no se elige, ni la época ni lugar de nacimiento obviamente. Es por eso que muchos fantaseamos con la posibilidad de haber nacido en otras circunstacias. Cada uno tendrá sus motivos para desear haber nacido en tal o cual época. En mi caso me hubiese gustado nacer con el tiempo suficiente como para ser un adolescente en la Suecia o en la Noruega de principios de los 90, en vez de ser un neonato como fué mi caso. Dejando aparte el segundo país que he puesto de ejemplo, pues alguno habrá relacionado las palabras "Noruega" y "años 90" y habrá sacado unas macabras conclusiones, así que creo que está bastante claro, desearía ser un adolescente en Suecia por un motivo muy sencillo: la incipiente escena Death Metal que se gestaba allí. Nunca he negado mi amor incondicional por el Death Metal, más si es antiguo y está hecho en este país escandinavo. Cierto que el Death Metal no es originario del país de Ikea, sino de Tampa, en Florida, pero en Suecia tiene algo especial, un sentido de la melodía bastante siniestro, malvado, como queraís llamarlo, distinto al de Florida, eso sí, no penseís que desprecio a las bandas de esa zona, ni mucho menos. Es más, pagaría lo que fuese por grabar en los estudios Morrisound. Pero como he dicho, las bandas suecas tienen algo especial, es oir los nombres Entombed, Dismember, Grave, Unleashed, Carnage, At The Gates, Dark Tranquillity, etc. y me muero de gusto, y me jode mucho no haber visto a esas bandas con sus primeros álbumes. Pero por suerte para mí y para muchos, ese espíritu volvió hace unos años, con un ligero lavado de cara, pero con la misma mala ostia y melodía malsana. Los responsables de esto fueron Jonas Renkse y Anders Blakkheim de Katatonia (si, también soy fan de ellos), Dan Swanö, de los desaparecidos Edge Of Sanity (si, también me molan) y de tropocientasmil bandas más, es el niño hiperactivo del Death Metal y Mikael Akelfeldt de Opeth (mira, estos me aburren un poco). Ni que decir tiene que son músicos de gran calidad que saben lo que hacen y le dan a los fans lo que ellos quieren, y en Nighmares Made Flesh lo cumplen a la perfección. Sin mbargo en este album en concreto la alineación varía. Dan Swanö se cambió de la batería a las 6 cuerdas para dejar paso a un monstruo tras los timbales: Martin "Axe" Axenrot de Opeth. Mientras que a las voces se encarga el genial Peter Tägtgren, de Hypocrisy (a alguien de aquí le encantan...) que a mi parecer hace mejor trabajo que Mikael. No se trata de establecer una guerra absurda entre ambos, ya me gustaría a mí berrear la mitad de bien que ellos. Simplemente que para Bloodbath es una mejor elección tener a Peter, por eso es una pena que sólo haya cantado en este albúm, ya que su agenda entre ser dueño y productor del estudio "The Abyss" y lider de Hypocrisy y Pain, le resta mucho tiempo. Al igual que Mikael, que no cantó en este álbum pues quería centrarse más en Opeth (que curioso, Martin Axenrot, no...).
En cualquier caso, el registro vocal de Peter es distinto al que usa habitualmente. En vez de ser tan raspado, tipo Black Metal, aquí se decanta por una voz más profunda y clásica, que le queda estupendamente al conjunto, eso sí, no descarta del todo los raspados y en algún verso del texto se le escapan este tipo de vocales.
La música en sí, sólo se puede definir de una manera: malévola y jodidamente aplastante. Death Metal sueco con una buena producción, lista para competir con miles de clones que sólo se empeñan en ser lo más técnicos posibles, con lo que todas sus canciones apenas se diferencias. Pues este álbum se mea en todos. Por algo son mi banda favorita de Death Metal moderno (aunque esté hecho a la antigua usanza).
No es un album de Necrophagist claro está, y ni falta que les hace. Puede que no sea el álbum más complejo del mundo, pero consigue machacar al oyente sin descanso, salvo por ciertas partes "tranquilas" que cuentan con siniestras guitarras acústicas y que quedan muyyyyyy bien.
Pero desde el principio con Cancer of the Soul comienza la tormenta. No se anda con miramientos y a los dos segundos te atacan con un blast-beat. El riff principal se os quedará en la cabeza por mucho tiempo, asegurado. Aunque más pegadiza es Brave New Hell, no es la más corta del disco, pero es la más reconocible, debido a su estribillo, que cuenta con unos coros que recuerdan a los que tanto les gusta usar a Anthrax. Pero esa es la única similitud, pues es una pista muy machacante, que tal vez peca de ser un tanto repetitiva, tal vez por eso se de las más accesibles del disco.
En Soul Evisceration podemos comprobar el magnífico nivel de Martin Axenrot, por la ingente cantidad de blast-beasts que tiene el tema, se nota que el odio blacker noruego les acompaña e influencia. Mientras que en Outnumbering The Day tenemos esa siniestra melodía que comenté antes, aunque está poco presente, destaca entre tanta bestialidad. Atención a la letra, una "bonita" crónica de como el mundo se va a tomar por culo. Si es que no todo son tripas....
No hay un sólo tema de relleno, cada uno tiene su interés, en el caso de Feeding The Undead se encuentra en su base rítmica, y en un solo que se marca Dan Swanö, de los mejores del disco.
Pero sin duda la canción más memorable de Bloodbath, la mejor del disco, la más recordada, es Eaten. Tiene un poco de todo lo que es Bloodbath, un Tägtgren que se deja la garganta, blast-beats, una melodía terrorífica...y sobretodo una de las mejores letras que he visto en una banda de Death Metal. Brevemente trata sobre alguien a quien le fascinaría ser mutilado y masacrado delante de sus ojos, mientras está vivo. A alguno como yo, seguro que la memoria le permite intuir de donde han cogido la inspiración....
De Bastard Son Of God poco hay que decir, la más rápida del disco y en donde en casi tres minutos destrozan todo lo que se les pone por delante. Todo lo contrario lo tenemos en The Ascension, la más lenta del disco, que empieza con un siniestro órgano, avecinando la oscura tormenta que viene por delante, sospecho yo que tener a dos de los miembros fundadores de Katatonia influye bastante.
Más clásica se presenta Draped In Disease, que sigue los cánones del viejo Death Metal sueco, una de las canciones más "tradicionales" del álbum.
Se dice que para acabar un álbum, lo mejor es dejar la pieza más tranquila, para darle un descanso al oyente y se quede con un buen sabor de boca.... este no es el caso. Primero porque Stillborn Saviour tiene esa batería machacona que tienen muchas canciones del album, y la misma mala ostia. Mientras que Blood Vortex, como mucho, le hace el mínimo favor al usuario de simplemente bajar un poco la velocidad, esa es la única concesión que hacen Bloodbath al oyente, y si no le gusta, a joderse y no haber escuchado. Bloodbath no nos dan tranquilidad, no están hechos para el neonato en el Death Metal, sino para el que ya ha experimentado con este tipo de música, esos sabrán apreciar aún más las mínimas pausas con guitarras limpias que nos ofrecen, bueno, eso y los riffs enfermos, la batería atronadora, las guturales tanto profundas como raspadas.... yo creo que ya hemos tenido suerte los fans de que no hubiesen hecho el álbum con una producción deficiente, para hacerlo más aunténtico. Pero supongo que eso nos dificultaría la tarea de disfrutar de la calidad de este disco, porque la hay y a patadas.

Nota: 9