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martes, 11 de noviembre de 2014

Rock is dead


Ser una estrella del rock debe ser la hostia. Tocas en grandes arenas y/o estadios con miles de personas coreando tu música, todo el dinero que quieras, con lo que conlleva: deportivos, chicas, alcohol, drogas. Que sí, luego todo tendrá su lado malo: divorcios, alcoholismo, sobredosis, destrozo físico, etc. Y aún así hay gente como Vince Neil que han hecho todo tipo de locuras, inclusive llevarse por delante la vida de Razzle, batería de los finlandeses Hanoi Rocks en un viaje etílico a bordo del De Tomasso Pantera del cantante.

viernes, 27 de abril de 2012

Crítica de discos: Machine Head - Burn My Eyes (1994)


Más que a muchos les duela reconocerlo el Thrash Metal estuvo muerto durante mucho tiempo, y esta nueva ola, no es más que una moda pasajera, que decaerá de nuevo, y se repetirá el circulo. Ciclo de vida, todos los géneros han tenido su momento de apogeo, de decadencia y resurgimiento. También está pasando con el Death Metal, y últimamente, por lo que estoy oyendo con el Stoner. En cualquier caso, parece que a cualquier seguidor del género le ofenderá que le digas que su música pueda caer en el ostracismo.
Puede parecer que tiro piedras contra mi propio tejado, porque nunca he escondido que mi subgénero favorito es el Death Metal, aunque soy plenamente consciente de que mi subgénero predilecto no siempre estará con un estado de salud óptimo, también se sacar algo positivo de estas.
Primero porque te permite quitar mucha morralla de la mesa, y segundo porque obliga a los artistas a innovar, y puede que sea por esta necesidad por la cual salen cosas tan genuinas como esta.
Años 90, Pantera surgen prácticamente de la nada y sorprenden a todo el mundo con un sonido grave y machacón, que casi de inmediato crea escuela. Incluso los propios Sepultura se impregnan de la nueva moda con su Chaos AD, aunque con ingredientes (tribales) propios. Y he aquí uno de los coetáneos de los texanos.
Irónicamente, y aunque pueda parecer mentira hoy día, Machine Head tardaron mucho en ser aceptados en su propio país, y donde realmente tuvieron un éxito considerable con este disco fue en Europa, en América, hasta que no dieron a luz a The Burning Red, mucho más acorde con el movimiento del Nu-Metal que movía millones en el país de la libertad.
Y sacando un poco de pecho, podemos decir que en el viejo continente siempre hemos sido más exigentes, pero también sabemos apreciar mejor lo bueno. Estos son los Machine Head más auténticos, sin tantas complicaciones como en sus últimas obras, excelentes, todo sea dicho, pero completamente alejadas del núcleo de lo que son Machine Head. Temas directos, contundentes, y machacones. Groove Metal puro y duro, aunque con ciertas influencias que le dan ese toque particular. Y como no, mucha crítica política y social en prácticamente todas las letras. Un hijo de su tiempo...
El disco comienza con el que, por méritos propios, se ha convertido en el himno de la banda: Davidian. Una introducción de batería demoledora, y unos riffs cortantes nos enseñan que lo que viene es distinto, ya no es Thrash, es un monstruo diferente. La voz de Flynn no es gutural, pero si muy grave. Nada que ver con las chillonas voces de la Bay Area. ¿Que nos llama la atención? Esa base rítmica tan contundente, que no se concentra excesivamente en los solos (que haber, haylos) y que nos aplasta los oídos. Para finalizar el tema, una sección final de Slam, que ataca incisivamente, una y otra vez y nos mantiene pegados al suelo. Para el recuerdo queda esa frase en los estribillos, donde la solitaria voz de Flynn nos grita "Let the freedom ring with a shotgun blast". Primera puñalada a la América que adora las armas y ha permitido que se produzcan masacres como la de los davidianos.
Old es aún más contundente si cabe, con una pesada base rítmica que abre la canción y enseguida abre paso a los riffs de Logan Mader y Robb Flynn. Incluso con lo abrasiva que es, consigue que el estribillo se te quede pegado en la mente. Su sucesora, A Thousand Lies, es una de las más completas de todo el disco, desde el ritmo lento y pausado al principio, de pronto mete el acelerador y vuelve a convertirse en un martillo pilón para los oídos. Y cuando pensamos que el tema no da para mucho más, de nuevo otro golpe de efecto y Machine Head demuestran donde están sus raíces, para, acto seguido, volver a destrozarnos con ese ritmo aplastante.
Un tanto extraña es None But My Own, uno de los temas más oscuros del disco (y ya es decir, porque el álbum ya es muy negativo de por si....), donde se entrecruzan las influencias de los Alice In Chains, con ese inicio tan decadente, con un Groove ralentizado, y una parte final apoteósica donde parece que, de nuevo, volvemos a la vieja escuela de San Francisco.
The Rage To Overcome y Death Church siguen el mismo camino, contundentes y muy oscuras, la 2ª incluso tiene ciertas influencias industriales, por ese sample que usa al principio del tema, y lo repetitivo que se hace el tema, conscientemente, claro.
Hemos hecho referencia varias veces a las influencias de la vieja escuela thrasher que tienen los de Oackland, pero no podemos obviar que MH le deben mucho al Hardcore americano, como así lo atestiguan la parte final (e inesperada) de A Nation On Fire y la que supone un homenaje en toda regla, Blood For Blood.
Para casi el final, y darnos un respiro ante tanta contundencia, llega la semi-balada suicida, I'm Your God Now, que supone toda una grata sorpresa. Cabría pensar que no pega nada con el disco, que estaría desentonada... pero nada más lejos de la realidad, encaja perfectamente con el tono negativo del disco.
La parte final no baja el ritmo, con la corta instrumental Real Eyes, Realize, Real Lies. Este juego de palabras funciona perfectamente si prestamos atención a los samplers utilizados, más crítica social contra las mentiras de los dirigentes. Tema muy manido, si, pero que bien les queda....
Block supone el cierre perfecto para el disco, un tema más "animado" en comparación con la oscuridad tan densa que hemos tenido en los temas anteriores. Más parecido a Davidian y Old, con un estribillo que fácilmente se queda grabado en tu cabeza.
Con este álbum Machine Head darían la sorpresa, metiéndose en prácticamente todos los festivales europeos, de renombre, Monsters Of Rock, Dynamo Open Air... y teniendo el privilegio de telonear a Slayer.
Sus deslices con The Burning Red y Supercharger les costaron muy caro, lo que hace que todavía hoy, muchos sigan despreciandolos por aquellas obras, a pesar del tiempo transcurrido. Pero Burn My Eyes es distinto, es anterior a todo eso, son los Machine Head en estado puro, cuando era solo agresión pura y dura, y muy cabreada con el mundo.

Nota: 9'5

lunes, 24 de octubre de 2011

Vergüenza ajena: Machine Head - From This Day (1999)


Extraterrestres raperos con pelos de punta.

Volvemos con esta sección hecha para cabrear al personal y hacer reir a unos pocos. Sé que ha pasado bastante tiempo desde la última entrada, y no ha sido por falta de videos, todo lo contrario, tengo videos para llenar un par de meses. Pero es una sección que no ha requerido nunca de una urgencia a la hora de hacerla, como puede pasar cuando reseño un disco nuevo o comento la última prueba del WRC, pero nunca me he olvidado de esta sección, y cuando no tenía otra cosa mejor que escribir, me he decidido por reanimar este pequeño rincón lleno de bilis.
Ahora Machine Head tienen una reputación excelente, han sacado dos grandes discos: The Blackening y Unto The Locust, y en el recuerdo está el impresionante debut de Burn My Eyes. Sin embargo hubo un tiempo en el que Machine Head sucumbieron al efecto Cold Lake. Es decir, vomitar sobre una reputación impoluta haciendo discos que se apunten a la patética moda del momento. Y al igual que los monstruos suizos se pasasen momentáneamente al Glam. Machine Head harían lo mismo haciendo un disco de Nu-Metal puro y duro: The Burning Red.
Dicho álbum contaba la vida de una persona, desde su nacimiento (Enter The Phoenix) hasta su suicidio (The Burning Red). Nada más oir rapear a Rob Flynn en el primer tema, uno se alegra profundamente que el disco termine con el suicidio, además de que dicho tema es el único tema potable, y que sea una balada ya revela bastante de la calidad del disco.
Sinceramente no sé en que punto de la vida se situa este From This Day, pero da igual, después del video quieres adelantar el momento de la muerte.
Todo en este video es nefasto, desde el pelo pincho de Flynn, pasando por el espantoso peinado de Dave McClain en la batería, pintado como un leopardo, suponngo que pensaría "¿eh por qué no me tiño el pelo de la manera más extravagante posible que seguro a todo el mundo le gusta?" Para los que no crean en el karma, o en la justicia divina: Dave hoy día está calvo.
Por no hablar de las vestimentas. Que se alternan entre el chandal color butano y los trajes hechos con papel albal (que me recuerdan a cierto video a partir del 5:20...). Supongo que intentarían darle un aura futurista al video.... así entran ganas de que los polos se derritan y hundan California entera. Además para potenciar esa visión futurista usan una iluminación que volvería ciego a cualquiera, o le haría pensar que está bajo los efectos del LSD, que es como estaba el director del video, que en un cuelgue decidió que sería buena idea poner pantallas de televisión en el aire. ¿Que sentido tiene? Ninguno, bueno sí, advertir a la juventud que estas cosas se producen por el consumo de drogas duras.
Y por si fuera poco, ya es bastante espantoso ver a Flynn rapeando cual video de Limp Bizkit en vez de estar en las 6 cuerdas, que es lo que realmente se le da bien.
Por cierto ¿alguien sabe por qué aparecen todos esos jóvenes bailando como si estuviesen en una Rave con máscaras doradas y con diseños horteras? Al principio uno no entiende la simbología de las máscaras, pero tras ver el video y reflexionar, uno puede atisbar el profundo significado que se esconde: evitar que a esos pobres chavales les linchen por haber salido en esta atrocidad.
Suerte para Machine Head que esos tiempos ya pasaron para ellos, aunque deberían tener más cuidado en el futuro con lo que hacen, porque este video borró toda su reputación, y hoy día todavía muchos les siguen recordando que antes de hacer discos tan inmensos como The Blackening, jugaron a ser Limp Bizkit.


jueves, 29 de septiembre de 2011

Crítica de discos: Machine Head - Unto The Locust (2011)

Cuando hace un par de días reseñé el último disco de Anthrax comenté la enorme expectativa que había. Bien, con lo nuevo de Machine Head hay una expectación igual o mayor, aunque por otras razones más positivas.
Anthrax llevaban 8 años sin editar nada nuevo de estudio, Machine Head sólo la mitad, pero es que los antecedentes eran impresionantes, hace 4 años se editaron esa obra maestra llamada The Blackening, y claro, el liston era tan apabullantemente alto que toda la atención se centraba en si Unto The Locust superaría esa obra, cosa francamente demasiado dificil. Eso posiblemente haya sido una losa enorme que ha perjudicado a esta "langosta" de los de Oakland. Las comparaciones entre The Blackening y este Unto The Locust han sido, son y serán constantes, algo comprensible, no sólo por la calidad del predecesor, sino también porque Machine Head han continuado la senda de The Blackening, no han introducido grandes cambios, algo que puede ser malo..... pero los californianos están tan cómodos en este camino que lo bordan. Unto The Locust no es tan bueno como el predecesor, pero sigue siendo un grandísimo disco, con todas las letras. No han evolucionado mucho, cierto, pero la calidad se mantiene muy alta, es más, si este disco hubiese salido en 2007, os aseguro que MH habrían tenido a todo el mundo comiendo de su mano.
Hay cambios, claro está, pero no se aprecian hasta el segundo tema, porque I Am Hell, encargada de abrir el álbum tiene la misma estructura que Clenching The Fist Of Dissident.
Tema largo, que empieza de manera amable para después arrasar como una apisonadora con todo. Riffs rapidísimos y abrasadores, solos de guitarras dobladas y un tanto virtuosos... y acabar con un final fundido. Vamos, a lo que nos tienen acostumbrados. Es con Be Still And Know donde podemos apreciar ya ciertos cambios, en forma de estribillos melódicos, con ese tono épico que hace que se te incruste en la cabeza y quieras volver a oirlos constantemente. Cierto que hoy día se abusa de los estribillos melódicos, sobretodo en géneros que no son muy apreciados por aquí, pero que nadie se preocupe que MH no salen mal parados, es más, muchos deberían aprender de cómo se deben hacer las cosas. Aunque la presencia de The Blackening sigue muy presente y hay ciertos riffs que nos recuerdan a otros ya vistos.... (a buscar).
Locust, además de darle título al álbum, es la típica canción que hacen los americanos hoy día, tal vez por eso fue elegida como single de adelanto. Inicio tranquilo, guitarras dobladas, cambios de ritmo, etc.
This Is The End es otro tema curioso, con una corta introducción acústica rota totalmente por un riff rapidísimo, al que incluso se le aprecia cierto aura black-thrash, incluso tenemos algún pequeño blast-beat rondando por ahí....
Pero donde se hace algo realmente distinto es en Darkness Within. Si This Is The End tiene una pequeña intro acústica, aquí se explota más ese detalle, de hecho en la edición especial del álbum contamos con una versión totalmente acústica del tema, y ya sea con la versión electrica del tema o la acústica, Machine Head salen muy bien parados, es más, canciones tan melódicas como estas puede que sean el camino a seguir para el siguiente álbum, porque se les da bastante bien, más de lo que muchos esperarían.
Los dos últimos temas son ya más familiares para los seguidores de Machine Head. El penúltimo: Pears Before The Swine, suenan a Groove Metal machacón, como el que podían mostrar en Burn My Eyes o The More Things Change. Mientras que This Is Who We Are recuerda a A Farewell To Arms, quitando el comienzo protagonizado por un pequeño coro de niños que contrasta con la grave voz de Flynn, lo demás sigue igual, tema largo y pesado que acaba desembocando en un final tranquilo a base de violines.
Por último en la edición especial tenemos dos versiones, The Sentinel de Judas Priest, y Witch Hunt de Rush, más la acústica de Darkness Within. Poco que decir aquí, versiones embrutecidas de las originales, vamos, adaptadas al estilo de Machine Head, sin hacer ningún atropello con los temas.
Por tanto Unto The Locust no es el álbum más original del mundo, pocos cambios con respecto a su predecesora, lo que sería criticable.... pero es otro álbum que engancha como pocos a pesar de su extensa duración, cosa difícil de conseguir actualmente, y más aún con esta calidad, fuera de toda duda.
Por mí, si siguen creando álbumes tan adictivos, pueden seguir repitiendose todo lo que quieran.

Nota: 8,8