Buscar este blog

jueves, 8 de diciembre de 2011

La bala

7 años hace ya que fue asesinado y parece mentira que ya haya pasado tanto tiempo, porque los homenajes al guitarrista de Texas nunca han parado y probablemente nunca lo harán por suerte.
Se fue injustamente porque alguien que no estaba en sus cabales decidió que el era el principal causante de Pantera, aunque realmente gente como esa no necesitan ninguna razón para hacer lo que hizo. Podemos estar atormentándonos continuamente preguntándonos por qué los seguratas no lo pararon a tiempo, o qué hacía allí o por qué Darrell no se acercó, nada de eso importa, es inutil buscar culpables. Da rabia, lo sé, porque después de la separación de Pantera esto fue otra losa demasiado pesada. Y siento echar un jarro de agua fría, aunque ya lo dijese en su momento pero lo vuelvo a repetir, la reunión de Pantera habría sido imposible incluso con Dimebag vivo, las peleas entre los hermanos Darrell y Phil Anselmo nos habrían dejado numerosos y esperpénticos momentos en la prensa, porque en Pantera eran todos unos vocazas. Es una especie de regalo post-mortem que nos hace, al igual que ya nunca veremos un mal álbum suyo, o un momento de falta de creatividad, sé que es triste fijarse en eso, pero es lo poco en lo que podemos agarrarnos ante la impotencia de que sólo nos quedan los discos de Pantera y grabaciones en directo. Murió la persona y nació el mito. Podremos cuestionar si era mejor o peor guitarrista (a un servidor le gusta, pero no es su favorito), pero no se merecía esto, nadie se lo merece.
Todo con la cruel coincidencia de morir de un modo similar, en el mismo día encima, que John Lennon.
Quedémonos con lo mejor, ya que no le dio tiempo a mostrar lo peor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario