No es sencillo para mi escribir la crítica a The Necrotic
Manifesto, porque me siento como el padre ante uno de sus hijos favoritos. Es
mucho más exigente con él, que con el resto. Con esto acabo de tirar con el
retrete la objetividad de la reseña, pues ya sabéis mi predisposición hacia los
belgas, pero al fin y al cabo, es mi blog, y si no, lo habría escrito para
Subterráneo Heavy.
8 discos ya, que se dice pronto, algunas obras maestras,
como el Engineering The Dead o Goremaggedon, otros más experimentales, como
Strychnine.213, y otros discos más discretos, no quiero mirar al Slaughter
& Apparatus, pero...
Dejando a un lado a los clásicos pedestales intocables, que
por mil y una razones no se pueden comparar (razones mayoritariamente de
contexto espacio-temporal), queda mirar al Global Flatline de hace 2 años que
significó una vuelta a terrenos más conocidos, tras un Strychnine.213 que dejó
diversidad de opiniones, y no gustó a muchos sectores.
Svencho (el carismático vocalista y único miembro original)
era muy consciente de ello, y dirigió los pasos de sus chicos hacia la tan
cacareada "vuelta a las raíces", aunque no hay más frase más
mentirosa que esa en el mundo de la música (Tal vez solo le gane "este es
nuestro mejor álbum"). Aunque no
era un Goremaggedon 2 (y ni falta que
hacía), el disco fue un auténtico cañonazo de Death Metal moderno, que se ganó
gran parte del respeto perdido años atrás.
Y si Global Flatline parecía más hecho para los fans, The
Necrotic Manifesto, aún más, para bien o para mal.
Así que no es muy difícil intuir que hablamos de una obra
continuista, eso sí, con continuos guiños al pasado. Desde el uso de samplers
de películas de terror (ha vuelto el "saqueo" de trozos de cierta
saga de terror con aires sadomasoquistas, e incluso uno de estos samplers ya
fue usado en otro de sus primeros discos), hasta el título de una de las
canciones: Purity Of Perversion. Vuelta al 99, vamos.
Detalles al pasado y canciones que son una auténtica patada
en los dientes. Tras una apocalíptica introducción, The Extirpation Agenda se
tira directa a nuestra cara, sin concesión alguna, para continuar el ataque con
el tema homónimo, un golpe tras otro, sin respiro. La tónica general del disco
es fácil de intuir: riffs rapidísimos, doble bombo por doquier, los solos con
una pizca de melodía y que siguen llevando el ADN de Carcass, y la voz doblada
de Sven, que se ha convertido en una seña de identidad más del grupo.
Y puede que hayan sido víctimas de su propio éxito, por
pecar de excesivo continuismo, y nos invada el pensamiento de "esto ya lo
he oído". Algunas canciones, aparte de las mencionadas antes, como Your
Entitlement Means Nothing (con Vince Bennett de The Acacia Strain), o
Excremental Veracy (donde tenemos a Phlegeton en un discreto segundo plano,
cuando se le podría haber sacado más jugo), sí que serán más recordadas.
The Necrotic Manifesto sigue siendo una mala bestia cabreada
con el mundo, pero me parece el hermano pequeño de Global Flatline.
En lo que sí he observado cierto bajón ha sido en el tema
lírico, tal vez se han cansado de las letras enrevesadas sobre maníacos y
masacres varias, para simplificarlas demasiado en ciertas ocasiones (Coffin
Upon Coffin como título, es ridículo a todas luces).
Ahora, al igual que ellos, me dejo lo mejor para el final.
Si bien no nos han ofrecido el álbum más novedoso del mundo, corriendo ese
riesgo de acabar repitiéndose a sí mismo, hay cierta canción que no sólo rompe
este esquema, sino que nos ofrece un lado que nunca nos habían mostrado y se
convierte en uno de los mejores cortes de su carrera. Más allá del cariño que
pueda tener a la canción por su temática, Cenobites es diferente, por definirlo
de algún modo. Es un tema lento y con una atmósfera oscura. Sé que no es la
primera canción lenta de Aborted, pero de la manera que lo han realizado,
captando ese aura malévola de aquellas criaturas de Barker, jamás lo he oído
así.
No hablo de algo que vaya a revolucionar el Death Metal,
pero nos enseña indicios distintos de lo que pueden hacer los belgas. Tal vez
por ser tan diferente, supone un soplo de aire fresco para cerrar la obra, y
aunque luego la canción se mete en derroteros más habituales, consigue
impregnarnos de cierto desasosiego y de una extraña calma.
A pesar de los golpes que le he dado, es muy buen disco, ¿su
problema? que su predecesor, a mi parecer, era mejor, y que Aborted tiene ya
auténticos titanes en su discografía, y claro, así este Manifiesto Necrótico
hasta palidece. Ahora, que los valientes se atrevan a enfrentarse a este
monstruo. Dudo que logren algo.
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