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viernes, 17 de mayo de 2013

Altar Of Plagues - Teethed Glory and Injury


Conocí a los irlandeses Altar Of Plagues por su debut White Tomb una auténtica obra maestra del Black Metal ambiental, y uno de los mejores discos del género que he tenido el placer de escuchar, y sigo haciendo a día de hoy.
Después llegó Mammal y puede que por lo idealizado que tenía a la anterior obra, ni de lejos me causó tanto impacto. Era muy buen disco, pero superar a su obra White Tomb era casi una quimera, así que cuando oí que Altar Of Plagues sacarían una nueva obra, sabía que debía esperar lo mejor y lo peor. Sin medias tintas, o lo que es lo mismo, no me dejaría indiferente.... cosa que así ha sido.

Debo reconocer que cuando vi en la Metallum que serían nueve temas nuevos y todos ellos de duración "normal". Entiéndase que no había temas de 12 o 15 minutos, como nos tenían acostumbrados. Idiota de mí, mal pensé que encontraría un trabajo con un sonido más convencional y accesible, a punto estaba de soltar por la boca la temida palabra "vendidos"... y de una patada en la boca los irlandeses me han hecho callarme. Porque además de no haberse hecho más accesibles, han llevado su sonido a unas regiones desconocidas en inhóspitas. De esos geniales Altar Of Plagues capaces de recrear ambientes desolados y fríos, no queda más que la base. En su lugar encontramos a otra banda que han decidido experimentar con todo, dejando tan solo un Black Metal muy desconcertante y más extraño aún, si cabe.
Es más, creo que el hecho de que hayan escogido el formato de canciones de cuatro a nueve minutos, hace un resultado incluso más meritorio. Habría sido más fácil meter en un tema de 15 minutos, cual cajón de sastre, todo lo que se les ocurra meter. No digo que sea algo malo, muchas bandas lo hacen,  y como muy buenos resultados, pero con estas canciones cortas, lo que consiguen es engancharnos aún más, para ver con qué nos sorprenden en el siguiente segundo.
No obstante, el inicio es bastante convencional (para lo que hacen estos chavales, claro) con Mills, donde nos reciben con unas gaitas que tendrán el peso en la mayor parte de este corte de introducción, pero progresivamente unos golpes de bajo, seguidos de algunos beats electrónicos romperán la atmósfera poco a poco, hasta que un largo riff nos vaya avisando de que esto puede estallar en algún momento. Estamos tan solo en la introducción y ya estamos desconcertados. De ahí pasamos al que ha sido el single del álbum, God Alone, que ya termina de descolocarnos por completo. Con unos riffs que pueden recordarnos al Metal progresivo actual, mientras suena un Blast-Beat, y lo mejor es que encaja a la perfección, para finalmente darle ese toque más ambiental al que los irlandeses nos tienen acostumbrados. Suena raro de describir, pero más raro y gratificante es de escuchar. Pero es una muestra de que estos chicos hacen lo que les da la gana. 
Pues imaginaos ya cuando los irlandeses juegan a ser Merzbow y nos plantan al final de A Body Shrouded una pequeña sesión de ruido blanco, para después enlazar con Burnt Year, corte más fiel a las raíces de Black Ambiental de la banda, y para demostrar que también pueden ser fiel a sí mismos. Para después en Twelve Was Ruin volver a dejarnos completamente fuera de juego, con el tema más vanguardista de todos
Nueve minutos de desconcierto total, donde nunca sabemos por donde nos vendrán los golpes, con cambios brutales de registro de un momento a otro. 
Y ya para rematarnos, tenemos A Remedy And A Fever, donde se atreven con la osadía de hacer un homenaje clarísimo a Neurosis, banda por la que se ha notado siempre que beben los vientos. Homenaje brillante, todo sea dicho.
Mientras que en Scald Full Of Water, juegan a imitar a las bandas de Metal Industrial, es decir, ritmos machacones y repetitivos hasta que acabemos con migrañas o directamente con lesiones cerebrales.
De los dos últimos temas del disco, poco más que decir, siguen esa senda experimental y desquiciante, probando al oyente de hasta donde es capaz de aguantar, incluso en Reflection Pulse Remains, por si no habíamos tenido suficiente, se atreven en ciertos instantes con percusiones tribales. No hablamos ni mucho menos de algo a lo Territory de Sepultura, sino un "coqueteo" en el ritmo de la  batería, que por cierto, en muchos momentos dista bastante de ser la típica del Black Metal (a pesar de los Blasts) y parece regida por la esquizofrenia como único patrón.
Es un disco curioso, por la de elementos que reúne, en principio no se presenta como algo fácil de escuchar, pero de manera inexplicable, no es así y te atrapa sin remedio. 
Parece que los irlandeses se han empeñado en demostrar que ellos hacen Metal Extremo, sin paliativos ni etiquetas. Es más, el álbum es indicativo de lo que está por venir, pero claro, apuntando en tantas direcciones, somos incapaces de prever por donde tirarán en la próxima ocasión. 
Solo se que, hagan lo que hagan, van a romper barreras y tímpanos.

Nota: 8'7

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